Las calles de San Petersburgo estaban bastante animadas pese al clima ya que al ser fin de semana todos buscaban la mejor forma de pasar el día. Yuuri Katsuki como movido por un enigmático impulso decidió ir al gimnasio, esto podría parecer algo insignificante pero viendo su poco interés pasado era claro que un ligero cambio se estaba operando muy en su interior.
--Hemos llegado.-- dijo el nipón estacionando el auto.--hemos llegado.-- repitió al sentirse ignorado por el adolescente.
--¡Oh disculpa no te oí!.-- Viktor en realidad durante todo el camino no dejó de asomarse por la ventanilla.
--Descuida, sólo por favor no te dejes ver y no toques nada, ¿si?.--
--¡Entendido capitán!.-- contestó el ángel.
--¿Eh? ¿también en el cielo hablan así?.--
--Algunos ángeles nuevos si lo hacen.--
--Ya veo.-- Yuuri bajó de su auto y se encaminó a la recepción donde después de informarse sobre las membresias se anotó en la que consideró la mas conveniente para él. Enseguida entró a un gran salón donde las caminadoras daban la bienvenida asi que subió a una de ellas para comenzar a calentar. Desde ahí seguia los movimientos del ruso que husmeaba aquí y allá con curiosidad aunque por la actitud de los presentes se convenció de que efectivamente nadie lo veía y eso terminó por relajarlo. Poco a poco fue subiendo la velocidad del aparato asi que su atención estaba puesta en su rutina por ello no se dio cuenta que a un par de máquinas de distancia un chico de quince años rubio de ojos verdes con unos grandes audífonos inalámbricos lo observaba con detenimiento. Después de 20 minutos abandonó la caminadora bastante fatigado pues era un hecho que el sobrepeso le estaba causando estragos, decidió descansar unos minutos con el pretexto de atarse las cintas de sus tenis pero en ese momento el chico rubio se paró delante de él.
--Hola.-- lo saludó.
--Hola.--respondió el japonés sin poner demasiada atención en el rostro del chico.
--No te había visto nunca aquí, ¿es primera vez que vienes?.-- preguntó el recién llegado.
--Sí.-- contestó el pelinegro.
--¿Seguirás viniendo?.-- preguntó sin mas tardanza el rubio.
--¿Puedo saber la razón de tanto interés?.-- replicó bruscamente el japonés que pronto se molestó por las preguntas del adolescente.
--Sólo quiero saber si seguirás viniendo.-- contestó el chico sin vacilar.
--Sí lo haré, pero ese es mi asunto, además no sé ni siquiera quien eres, ¿no crees que es de mala educación hacer tantas preguntas sin presentarse antes?.--
--Yo te conozco a ti perfectamente, eres Yuuri Katsuki, el mejor patinador de Japón.-- dijo con visible entusiasmo.
Yuuri sonrió con amargura antes de responder.-- Ex patinador.-- le corrigió.-- ¿Y tú quien eres?.--
--Yuri Plisetsky, el campeón nacional de Rusia en la categoría júnior.-- contestó con orgullo.
--Lo lamento pero no te conozco, ni me interesa hacerlo asi que déjame en paz.-- contestó el nipón levantándose de la banca.
El chico frunció el ceño con disgusto aunque ya no añadió nada sólo se quedó viendo al pelinegro como se alejaba para enseguida entrar a otro salón donde subió a una escaladora.
--¿Asi que esa es tu forma de tratar a un admirador?.-- le reprochó el ángel apareciendose frente a él.-- Fuiste de lo mas grosero.--
--¿Y que? ¿acaso no oiste como comenzó a interrogarme sin mas presentación?.--
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Send me an angel
FanficEn una noche de invierno un carruaje corre frenético, dentro de el seis huérfanos conducidos por su profesor huyen de la revolución rusa la cual está en su punto álgido, creen que van hacia la salvación pero...la muerte los acecha en una remota mont...