Send me an angel

Cap 9- El dolor del ángel.

Transcurrieron un par de semanas;  Yuuri comenzó a pasar mas tiempo con el suizo ya fuese por trabajo en el hospital, por las horas de entrenamiento pero sobre todo por sus constantes salidas a cenar. Viktor por su parte los acompañaba a todos lados, claro que tenía especial cuidado con ello para no darse a notar, sin embargo esto cada vez le era mas difícil, ciertamente le molestaba ver como Chris buscaba hasta el mas mínimo pretexto para tener contacto físico con el nipón que rápidamente parecía aceptar aquellos toques que si bien seguían siendo tan sutiles como por ejemplo tocarse las manos o apoyar la cabeza en el hombro del otro, sin duda el inexperto ángel comenzaba a sentirse agobiado por su misión.

Finalmente el día del debut oficial de Yuuri como copiloto de Chris se aproximaba, había un evento de apertura que se llevaría a cabo en la pequeña ciudad de Leskolovo al norte de San Petersburgo, por ello el nipón esa tarde daba una última revisión a su equipaje antes de que el suizo pasara por él en punto de las cinco de la tarde.-- ¿Estás seguro de que no olvidas nada?.-- preguntó el ángel que saboreaba una enorme manzana sentado en un sillón junto a la ventana de la recámara del nipón.

--He revisado tres veces ya sería el colmo si olvidara algo.-- contestó cerrando su maleta.

--Pero acaso no llevas demasiadas cosas para únicamente tres días?.--

--No llevo muchas lo que pasa es que mi traje de piloto ocupa demasiado espacio al ser muy grueso ya que incluso debe ser contra el fuego.--

--¿En serio tan peligroso es ese deporte?.--

--Lo es, pero todos los deportes tienen su riesgo.--

--La verdad no entiendo a los humanos, se ponen en peligro sólo por unos aplausos y unas lineas en el periódico.--

--No se trata de aplausos, es mas que eso.--

--¿Más?.-- Viktor evidentemente no comprendía.

--No me entenderías aunque te lo explicará.--

--¿Pero eso que significa?.-- insistió el adolescente.

--Después te lo diré, Chris acaba de llegar.-- Yuuri tomó su maleta y salió de la habitación seguido del ángel.

--Hola Yuuri.-- saludó el suizo con una radiante sonrisa.-- ¿Estás listo?.--

--Ya sólo llevaré a Makkachin con la señora Kournikova.--

--De acuerdo, mientras tanto subiré tu maleta al taxi.--

--Gracias, en unos minutos bajo.-- contestó el pelinegro.

Chris tomó la maleta y salió del departamento, Yuuri llamó al caniche ya que su amable vecina la señora Kournikova se ofreció a cuidar a la mascota puesto que era un hecho que Viktor no se quedaría ahí.-- Estoy listo.-- dijo el ángel con entusiasmo.

--¿Vendrás con nosotros?.-- cuestionó el nipón únicamente para confirmar.

--¡Por supuesto que si! ¿qué clase de ángel sería si me quedara aquí?.--

--Justo lo que creí. Bien, andando.--

El viaje de 2 horas en tren hasta la tranquila ciudad de Leskolovo al norte de San Petersburgo transcurrió en relativa paz, Viktor obviamente vagabundeó por los vagones ante la mirada discreta de Yuuri pero tuvo el debido cuidado de no hacerse notar lo que terminó por relajar al nervioso pelinegro. Al fin cerca de las ocho de la noche pudieron estirar las piernas al bajar en la antigua estación de ferrocarril, Chris de inmediato se adentró a un pintoresca panadería que estaba apenas cruzando la avenida.

--Que lindo pueblo.-- exclamó el peliplata.

--Si lo es.-- contestó el japonés en voz muy baja para evitar llamar la atención.