Dos años han transcurrido desde que Viktor abandonó la inmortalidad y volvió al mundo de los humanos, en ese tiempo muchas e importantes cosas acontecieron entre ellas la victoria de Yura Plisetsky en la final del Gran Prix lo que hizo feliz a su entrenador, pese a eso el rubio decidió volver a la tutela del viejo Yakov ya que estaba mas que claro que Yuuri no deseaba salir de Rusia a cada rato a causa de las competiciones de su pupilo ya que esto inevitablemente lo alejaba de su amado peliplata que recién había cumplido 20 años (al menos en su nueva existencia) y que en la actualidad estudiaba enfermería a la vez que servía como ayudante en el mismo hospital donde Yuuri laboró tiempo atrás. Para el nipón no fue ninguna sorpresa cuando su novio le comunicó su deseo de tomar dicha profesión ya que pese a ser un humano algo de su pasado como ángel seguía presente y como prueba los pacientes a los que Viktor se dedicaba solían enfrentar su enfermedad (algunos incluso la muerte) con total entereza y valor tal como lo hizo la señora Kournikova que falleció tres meses después del regreso de Viktor y que tras una larga conversación con el ruso partió en total paz, si bien la pérdida de tan dulce anciana fue terrible para Yuuri, este sabía que la muerte no es el fin así que al poco tiempo se sintió reconfortado. Por lo demás su vida estaba completa, la academia tenía bastantes alumnos al grado que Yuuri se vio precisado a contratar a un chico para que diera las clases mas básicas por supuesto siempre supervisado por él, eso hizo que sus recursos monetarios aumentaran considerablemente y optaran por adquirir un departamento mas grande ubicado en un elegante edificio en una de las zonas mas tranquilas y exclusivas de San Petersburgo. Por lo demás su vida era una sucesión de hechos felices y algunos incluso terminaron siendo graciosos como la vez que visitaron el antiguo orfanato de San Sebastián y Viktor dijo delante de un grupo de turistas que un libro que mostraban en exhibición le perteneció y que fue regalo del rector Petrov lo que hizo que Yuuri lo tomara de la mano para salir al instante del lugar entre las risas de los oyentes o como la vez que el ruso se impactó contra la puerta de la cafetería y dijo que había olvidado que ya no podía traspasarla. Por fortuna esos bochornosos momentos habían quedado atrás y en su lugar el peliplata estaba por completo adaptado a su nueva vida en un mundo tan diferente al que conoció cien años atrás.
Una fresca tarde de otoño cuando la isla Solovetsky se cubre de un bello tono cobrizo y las lápidas y cruces del cementerio brillan bajo la pálida luz del sol. Dos hombres jóvenes que caminaban tomados de la mano entraron con paso lento observando con atención a su alrededor sobre todo uno con cabello corto platinado, ojos azules y elevada estatura que sobrepasa en varios centímetros a su acompañante un japonés de rostro resplandeciente y feliz. Los dos años sin duda han dejado su huella en Viktor Nikiforov que ha dejado por completo su apariencia adolescente y en su lugar se muestra como un hombre joven y sumamente apuesto que acapara las miradas a donde quiera que va.
--Es un cementerio bastante conservado, por su antigüedad creí que lucía mucho más abadonado.-- dijo el ruso.
--Tal parece que forma parte de los atractivos turísticos de la isla.-- respondió el nipón.
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Send me an angel
FanfictionEn una noche de invierno un carruaje corre frenético, dentro de el seis huérfanos conducidos por su profesor huyen de la revolución rusa la cual está en su punto álgido, creen que van hacia la salvación pero...la muerte los acecha en una remota mont...