La tarde era bastante oscura debido a la pertinaz lluvia que prevalecía en la ciudad, no obstante eso no detendría al nipón que en ese momento estacionó su auto frente al enorme centro deportivo de San Petersburgo el cual contaba con un magnífico gimnasio al que muchos de los atletas de Rusia acudían. Al entrar lo primero que hizo fue informase sobre donde estaba la pista de hielo, esto con la intención de evadirla pues se sentia incapaz de enfrentar los recuerdos que aquel lugar le provocaban.
--Buenas tardes señorita.-- saludó a la recepcionista del gimnasio.
--Buenas tardes, ¿en que puedo servirle -- respondió la mujer sin levantar la mirada de su móvil.
--¿Sabe si Yuri Plisetsky ha venido hoy?.--
--Acaba de llegar pero si necesita hablar con él deberá esperar a que salga.-- la chica al levantar la vista para ver al nipón se quedó boquiabierta.-- Disculpe no tenía idea de que fuera usted, claro que puede pasar aunque únicamente necesitará llenar un registro.-- se apresuró a decir en cuanto lo reconoció.
--Bien, deme la forma por favor.-- Yuuri de inmediato escribió sus datos en un cuaderno ya que el lugar solía tener un cuidadoso registro de sus usuarios.
--Si planea practicar le podemos ofrecer la membresia especial para atletas, con esta tendrá acceso a todos los servicios con apenas una cuota de recuperación.--
--Gracias señorita pero únicamente vine a hablar con ese chico.--
Yuuri se despidió rápido de la mujer y se internó por un largo pasillo hasta llegar a un enorme gimnasio en el cual varios chicos y chicas se ejercitaban, dio un recorrido por el lugar entre las curiosas miradas de los usuarios que fácilmente lo habían reconocido.
--Si busca la pista de hielo esta se encuentra en el ala derecha del edificio.-- dijo de pronto una chica que escalaba en una máquina.
--Gracias, pero en realidad busco a Yuri Plisetsky.--
--Entonces ahí lo encontrará, se fue hace poco mas de media hora ya que siempre pasa aquí antes de irse a la pista.-- añadió otra chica.
Yuuri agradeció la información para enseguida salir del lugar, por un momento pensó en ir hasta la pista pero a medio camino decidió que mejor no, sabía que ver ese sitio sería terrible para él asi que prefería evadirlo, ya tendría otra oportunidad de ver al chico. Se dio la vuelta en busca de la salida y no paró hasta llegar al estacionamiento donde entró rápidamente a su auto.
--¿Asi que vas a huir?.-- dijo el ángel desde el asiento trasero.
--¿Estabas aquí?, bueno, eso ya no es una sorpresa.-- contestó colocándose el cinturón.
--Te pregunto nuevamente; ¿vas a huir?.-- insistió el ruso con seriedad.
--Tengo otras cosas que hacer es todo.-- Yuuri en el acto llevó su mano a la llave dispuesto a echar a andar el motor.
--¿Pasar la tarde viendo televisión y comiendo sin control es mas importante que cumplir la promesa que le hiciste a un chico que pese a todo te sigue admirando como su ejemplo a seguir?.-- le cuestionó con un claro reproche.
--Le podré decir que tuve trabajo extra en el hospital cuando tenga otra oportunidad de verlo.-- argumentó el nipón.
--Entonces le mentirás.--
--Si le mentiré. ¡por favor Viktor no me veas asi!.-- se quejó.
--¿Verte cómo?.--
--Con ese gesto de reproche, ¿¡acaso tú comprendes lo que siento!?, el patinaje era mi razón para vivir y el haberlo tenido que dejar de forma tan humillante es...es...-- Yuuri calló pues un nudo en la garganta le impidió hablar más.
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Send me an angel
ФанфикEn una noche de invierno un carruaje corre frenético, dentro de el seis huérfanos conducidos por su profesor huyen de la revolución rusa la cual está en su punto álgido, creen que van hacia la salvación pero...la muerte los acecha en una remota mont...