ASSURANCE │Levi Ackerman.

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Syam por fin tuvo un respiro después de aquella tarde. Su tarea no había sido nada fácil y aunque odiara admitirlo, agradecía bastante haber tenido unas manos extras, no podía negar que Callie realmente era talentosa.

Hange había sido un caso difícil, la pobre estaba muy malherida e insistía en salir a investigar algo por su cuenta. Tuvo que sacarla casi a rastras de ahí para llevarla a Trost.

Cuando logró terminar por fin, había notado el rostro preocupado de Levi por un instante pero al saber que Hange se recuperaría, pareció relajarse. Solo que aquello no duraría mucho hasta que regresaron los demás.

Muchos integrantes de la policía militar habían muerto y por poco Erwin formó parte de ese grupo.

Así que sin duda, una de las tareas más complejas que le tocó hacer fue mantener a Erwin en este plano mientras Calliope se ocupaba del resto de soldados. Ninguno se interesó por revisar los cuerpos de quienes habían muerto.

Syam decidió quedarse al lado del comandante una vez que lo trasladaron a su habitación sin despegarse de él por un segundo hasta asegurarse de que su vida no correria peligro.

─ No es necesario que sigas aquí. Ve a descansar. ─ murmuró Levi a sus espaldas. Syam se estiró en la incómoda silla observando que la habitación estaba a oscuras. Se había quedado dormido.

─ Debo vigilar que no se le infecte esa herida. ─ explicó mirando al comandante que dormía en la cama. ─ ¿Dónde está Callie? Escuché que ciertos capitanes se estaban peleando por la futura médico de la legión.

Levi resopló, sabía que aquello no había pasado desapercibido para los demás.

─ Está dormida en mi habitación.

─ Vaya, ya están durmiendo juntos.

─ No es así. ─ respondió de manera tajante y luego soltó un suspiro sin ánimos de pelear con él. ─ Me quedaré aquí vigilando al cejotas. Así que largo.

─ Sabes que no puedes mantenerla por tanto tiempo aquí. Su presencia no pasará desapercibida y pronto pedirán explicaciones.

─ Lo sé. Pensaré en algo.

─ Envíala a otro lugar, contrata a algún matón que la vigile. Tu atención debe estar enfocada en la legión.

─ ¿Estás intentando darme un sermón? ─ el pelinegro se cruzó de brazos y Syam lo imitó. ─ Conozco mis prioridades. Tengo suficiente con Erwin para que tú también estés reventándome las pelotas.

─ Solo quiero evitar que te distraigas, capitán. No sabemos lo que pasará ahora en adelante.

─ Lárgate. ─ gruñó.

─ La verdad estoy cómodo aquí. ─ descaradamente colocó los pies sobre la cama de Erwin evitando tocarlo. ─ De todos modos necesitamos hablar.

─ ¿Ahora qué? ─ cuestionó. Se deslizó en la puerta hasta sentarse, sin importarle el polvo del suelo.

─ Después de escuchar sobre tu discusión con Kaneko, oí a varios reclutas de la tropa de guarnición hablar sobre la extraña actitud del rubio. Ya sabes, creo que está dañado por aquí. ─ comentó a la vez que señalaba su cabeza. ─ Lleva mucho tiempo obsesionado con Callie. Pidió trasladarse al distrito Trost antes de su caída y le hizo saber a todo el mundo que sería su esposa.

Levi asintió.

─ Creo que está involucrado con los fugitivos del subterráneo.

─ ¿Tú también crees que intentó matarla? Está más loco de lo que pensé.