𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐀𝐜𝐭𝐨: Ⅰ

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Segundo Acto.

PRIMER CAPÍTULO.

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¿Y si este mundo fuera el infierno de otro planeta?

── Aldous Huxley.

Bajo el infinito mar de estrellas repartidas por todo el cielo nocturno, los soldados de las tres divisiones; tropa de guarnición, legión de reconocimiento y policía militar se movían de un lado a otro, atentos a su entorno.

Hace casi dos horas habían logrado capturar a todos los miembros de una extraña embarcación que se había acercado a la costa con intención de desembarcar. Fue una fortuna tener a Eren como titán, ya que las armas que utilizaban los extraños funcionaban a distancia y mataban mucho más rápido que las simples hojas del equipo tridimensional. Así que luego de una breve batalla campal, lograron inmovilizarlos.

Muchos de ellos aseguraron que pronto llegarían refuerzos, por lo que todo el mundo estaba en alerta. Incluso Eren había decidido mantenerse en su forma de titán y vigilar a la distancia cómo una torreta.

Mientras Callie miraba embobada la constelación de las estrellas, una manta cayó sobre sus hombros, sobresaltándola en su lugar. La imponente figura del líder Thomas se sentó a su lado mientras le ofrecía un puñado de nueces. Solo entonces notó que la manta no era una como tal, sino que era la capa de Raiden.

─ Gracias. ─ murmuró con timidez. En los ocho meses que habían transcurrido en un abrir y cerrar de ojos, la médica de la legión aún se sentía bastante intimidada por el mayor.

Raiden asintió.

─ Está helando. Úsala cuanto quieras. ─ le dijo señalando su capa.

─ Gracias, líder Thomas. ─ volvió a repetir y el pelinegro sonrío. A pesar de que le había pedido que dejara la formalidad, Callie no había sido capaz de hacerlo. Los diez años de diferencia le pesaban mucho a la menor, y sus modales eran bastantes estrictos.

Ambos se sumieron en un extraño silencio, solo quedaba el sonido de las nueces al ser trituradas por sus dientes. Luego de un momento, Raiden se apoyó en su barbilla y bostezó, estaba visiblemente aburrido.

─ ¿Quieres que encienda una fogata para ti?

─ No es necesario. ─ se apresuró en responder.

Levi lo había arrastrado lejos de sus propias obligaciones y lo obligó a hacer de niñera de la menor cuando las amenazas de la llegada de más enemigos explotaron en la base. Naturalmente, Raiden no se negó.

Esto le había traído recuerdos de cuando Levi le había encargado a Syam que la vigilara, pero al final terminó cediéndole su cuidado a alguien más que ni siquiera conocía, anteponiendo sus responsabilidades sobre las órdenes del capitán. Pero Raiden se tomó en serio su trabajo, dejó de lado a sus subordinados y en cambio se quedó al lado de la fémina, sobre todo cuando después de unos minutos había llegado la tropa de guarnición y Ryan Kaneko estaba entre ellos.

Con el plan de capturar a los enemigos que se acercarían a la costa, todas las divisiones habían sido llamadas a cooperar considerando que la legión aún estaba algo débil con la cantidad de soldados inscritos. El comandante Nile decidió enviar a Raiden y un puñado de sus subordinados para ir en apoyo, mientras que el comandante Pixis envió a Kaneko y varios escuadrones con sus respectivos líderes.

Casi parecía una mala broma. ¿Dot Pixis estaba loco al enviar a Kaneko a trabajar junto a Raiden y Levi? O tal vez estaba un poco ebrio y había olvidado la mala relación que tenían.

ASSURANCE │Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora