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—Este sitio es el paraíso —dijo Uraraka con una sonrisa de felicidad y satisfacción tirando de sus sonrosadas mejillas—. El onsen estuvo genial, el paisaje es hermoso y puedo comer todos los dulces que quiera porque ya está incluido en el paquete que contratamos. ¡Por un precio realmente bajo!
—¿Es la primera vez que visitas un ryokan, Ochako-chan? —preguntó Asui caminando a su lado. La castaña le respondió con un asentimiento de cabeza mientas degustaba su dulce.
Ambas subían por las escaleras hacia el ala de habitaciones para los huéspedes. Se habían separado del grupo al llegar al hospedaje para ir al baño y al salir se toparon en el pasillo con una mujer del personal que les ofreció en silencio una charola completa de esponjosos castella. No solo una porción, la charola completa para ellas, la que ahora llevaban a su habitación para compartir con las demás.
—¿Qué hay de ti, Tsuyu-chan?
—También es mi primera vez en uno. Había escuchado hablar de ellos, pero nada como este lugar —respondió con su costumbre de colocar un dedo en el mentón al hablar—. Pensé que estaría repleto de turistas o que lo compartiríamos con otras personas. De cierta forma es agradable que solo sea para nosotros, de esa manera Sakura-chan puede acompañarnos todo el tiempo como nuestra amiga y no como empleada.
Llegaron a la habitación y abrieron la puerta corrediza para ingresar, esperaban encontrarse con sus amigas dentro, pero el lugar estaba desierto. Al parecer, los demás todavía estaban en la planta de abajo.
Uraraka se adentró con tranquilidad, seguida de cerca por Asui, y dejó la bandeja que llevaba en las manos sobre la mesita pequeña apostada a un costado de la ventana y luego observó al exterior. Podía ver el inicio del bosque y el jardín desde su ventana, le gustaba mucho la vista que tenía esa habitación. Algo llamó su atención abajo que hizo que quitara su mirada del paisaje y miró hacia allí con curiosidad, acercándose más al cristal. Antes de que pudiera comentar cualquier cosa, escuchó la voz de su amiga peli-verde a sus espaldas.
—¿Qué estás haciendo ahí?
—¿Huh? —musitó extrañada. Se giró para observarla y quedó paralizada en su lugar—. ¡...! —ahogó un grito.
—Habíamos acordado no hacer esta clase de cosas, kero —continuó la chica de peculiaridad de rana, siendo totalmente ignorante de lo que le sucedía a su amiga detrás de ella.
—T-Tsu... —La voz de Uraraka no salía como quería, su garganta se había cerrado y los latidos de su corazón se apresuraron y retumbaron en sus oídos.
—Ya sé que eres tú, Tōru-chan. Puedes dejar de fingir. No creo en estas cosas.
—¡Tsuyu-chan! —llamó finalmente con un pequeño gritito agudo después de intentarlo un par de veces más con desesperación.
Asui se giró para ver a su amiga ante su llamado tan alterado, encontrándola con una expresión completamente horrorizada en el rostro, pálida y respirando de manera superficial, agitadamente. Rápidamente se acercó a ella con preocupación.
—¡Ochako-chan! ¿Qué...? —No pudo terminar sus palabras porque Uraraka la tomó del brazo, acercándola a ella y pegándolas a la ventana.
—Tsuyu-chan, e-eso no es... Tōru-chan. —Se obligó a hablar, aunque su voz tembló de igual manera, presa del pánico.
—¿De qué...? —Asui cortó sus palabras al observar por la ventana después de que por el rabillo de su ojo captara movimiento.
Abajo, la ropa flotante que se movía con hiperactividad de un lado a otro le hizo saber que su amiga estaba observando el jardín mientras las demás la esperaban en el corredor que unía la sección de las habitaciones con el resto de la gran casa. Sakura hablaba de forma amena con Yaoyorozu y Jirō junto a ellas asentía de vez en cuando a sus palabras; mientras tanto, Ashido hacía señas y hablaba con Hagakure desde su lugar, parecía intentar que la chica invisible se apresurara con su sesión de fotos a las flores y a la fuente del jardín.
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[✓] El Ryokan
Fanfiction。·*·。·*·。·*·。·*·。· ❀ ·。·*·。·*·。·*·。·*·。 Esta es la historia de un grupo de estudiantes que decidieron tomar un último descanso antes de convertirse en héroes profesionales, para crear memorias que no olvidarían jamás. Una encantadora miko de cabello...