• Día 2 - Onsen •

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—Aah... Estoy muy llena —exclamó Ashido al entrar a una de las habitaciones designadas para las chicas—. Lo que daría por un paseo por ese bello jardín.

—Si no fuera por Mineta, no tendríamos que estar encerrados aquí —secundó Jirō, dejándose caer en uno de los almohadones dispersos por el suelo de tatami.

—¡Ahora no podremos salir hasta que Sakura-chan regrese de resolver el problema! —Se quejó Hagakure. Las mangas de su yukata se movían frenéticas acompañando sus palabras—. ¡Tonto Mineta!

—Sakura-chan se veía realmente afectada por lo que pasó en el santuario, kero —comentó Asui que se encontraba junto a Uraraka; ambas estaban sentadas en almohadones frente a la pequeña mesa.

—Teniendo en cuenta lo que representa para alguien de su posición, profanar un lugar sagrado de esa manera... Es normal que actuara así. —Yaoyorozu juntó sus manos a la altura de su pecho con aflicción, mientras observaba de pie el paisaje por la ventana.

—Espero que esté bien... Sakura-chan —musitó Uraraka con expresión preocupada—. Ella dijo que se encargaría de todo, pero espero que sus padres no se enfaden con ella por nuestra culpa.

—Oigan —llamó Ashido, tomando asiento junto a Jirō. Su voz volviéndose lo más parecido a un susurro cuando continuó—. ¿No creen que con lo que pasó allá... recibamos alguna clase de castigo divino?

—¿Castigo divino?

—Se refiere a una maldición, Ochako-chan.

—¡Tsuyu-chan! No digas esas cosas a la ligera —respondió la castaña, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.

—Yo no creo en esas cosas. —La chica de peculiaridad auditiva le restó importancia al asunto al recostarse en el suelo. Asui estuvo de acuerdo con ella, pero no fue lo mismo con las demás quienes se pusieron a debatir sobre el tema, dejando en claro que, a pesar de tener miedo al respecto, no podían abandonar la curiosidad. Por el lado de Yaoyorozu, ella se mantuvo firme en que esos temas debían tomarse con respeto.

—¡Oigan, oigan! ¿Qué tal si asustamos a los chicos con esto? —sugirió Hagakure con entusiasmo—. Yo podría usar una sábana y dejarla caer, entonces ¡BAM! No hay nadie allí.

En el momento que las demás iban a dar su opinión, unos golpes en la puerta corrediza las hizo respingar del susto. Siendo la primera en salir de su estupor, Momo se apresuró a responder el llamado, encontrándose con una mujer del personal que llevaba una charola con humeante té y bocadillos como dango, daifuku y sakuramochi. La mujer con máscara de zorro se adentró en la habitación en silencio, acomodó la bandeja en la mesa pequeña y se marchó sin dejar que le agradecieran después de dar una cortés reverencia y cerrar la puerta detrás de sí.

Un silencio incómodo se formó por unos largos segundos después de su retirada.

—Será mejor que dejemos de hablar de cosas paranormales —sugirió Mina. Hagakure se desanimó, pero le restó importancia para atacar los dulces.

—Hay una nota aquí —habló Uraraka—. Es de Sakura-chan. Dice que nos llevará al onsen cuando regrese.

—¡Onsen! —exclamaron con felicidad las más extrovertidas del grupo.

Del otro lado del pasillo, a un par de habitaciones más allá, el mismo entusiasmo se filtró a través de las paredes de la habitación en la que estaban reunidos los chicos.

—Mineta-kun, deberás disculparte apropiadamente por tu falta con Sakura-san. —Las manos de Iida se agitaban con velocidad mientras reprendía a su compañero, demostrando su descontento y decepción por su forma de actuar.

—Tengo una idea. —Kaminari musitó con malicia—. ¡Necesita un castigo! Si nos cae una maldición por tu culpa, ¡no te lo perdonaré! ¡Sero!

Unos momentos después, se vio al muchacho lujurioso envuelto completamente en cinta y pegado a una pared, sus ojos lloraban sangre mientras sus chillidos eran amortiguados por la peculiaridad de Sero.

—No ir al onsen será tu castigo. Aah —suspiró risueño—. Me pregunto si Sakura-chan se nos unirá. ¿Serán aguas termales mixtas?

Kaminari, maldito traidor, pensó Mineta con rabia que iba en aumento al escuchar los planes que harían sus compañeros al ir al onsen sin él.

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[✓] El RyokanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora