La manta fue arrancada de la cabeza de Nocturno con tal fuerza que cayó al suelo. La cabeza le dio vueltas por un momento, pero lo primero que pensó fue que se alegraba de haber escondido bien el visitasueños la noche anterior.
-Arriba-, gruñó Oráculo. Su respiración era tremendamente espantosa esta mañana. Al menos, Nocturno asumió que era de mañana, aunque el cielo estaba apenas más claro que la noche anterior.
Fulgor y Ocre permanecieron hoscos detrás del gigante Ala Nocturna, mirando a Nocturno. Esperaba que hubieran tenido que pasar la noche en el calabozo.
Profecía se acercó brincando para unirse a ellos, seguida más lentamente por Víbora y Calamar. Por todo el dormitorio, los dragonets Alas Nocturnas asomaban la cabeza por las mantas, mirando. Fauces parecía abiertamente envidiosa; el humo se elevaba de su hocico y su cola se movía con rabia.
Oráculo ni siquiera miró a los otros dragonets Alas Nocturnas. -Vamos-, ordenó. Su cola casi derribo a Nocturno cuando se dio la vuelta y salió de la habitación.
-¿A dónde vamos?- Preguntó Profecía alegremente. Parecía haberse recuperado de la noticia de que ella o Nocturno estaban programados para morir.
-Ha ver si vale la pena dedicaros más tiempo-, dijo Oráculo. -Ciertos dragones piensan que deberíamos encerraros a todos hasta que solucionemos nuestro problema Ala Lluviosa, pero creo que necesitáis tanto entrenamiento como sea posible comenzando lo antes posible. Entonces. Hoy tendremos otra prueba-.
-¿Una prueba?- Nocturno hizo eco, batiendo sus alas. -¿En que? ¡No hemos tenido tiempo de estudiar! ¿No deberíamos revisar el material primero?-
Oráculo miró por encima del hombro a Nocturno. -A veces es muy difícil no morderte-, gruñó.
<<Bueno, eso no es justo>>, pensó Nocturno, pero decidió no decir nada más. <<Por lo general, era bastante bueno en las pruebas. Tal vez esta fuera finalmente su oportunidad de ganarse un lugar en la profecía. <<Especialmente si se trata de historia. He leído todos los pergaminos de la historia varias veces cada uno>>.
Se dio cuenta de que Fulgor todavía lo miraba con resentidos ojos anaranjados. Con cuidado, Nocturno maniobró para que Profecía caminara entre él y el hostil dragonet Ala Celeste.
Los seis siguieron a Oráculo hasta el techo de la fortaleza que daba al bosque de la pequeña isla. Oráculo extendió las alas y entrecerró los ojos hacia el cielo, que era gris oscuro y parpadeaba con un relámpago lejano. A lo lejos, las nubes parecían caer sobre el océano. <<Una tormenta en el mar>>, pensó Nocturno.
Se estremeció al recordar la tormenta que casi había inundado la cueva del Reino del Mar. Cieno había sido encadenado a la pared, y Gloria y Sol estaban tan decididas a no dejarlo. Si Tsunami no hubiera venido por ellos, probablemente habrían decidido ahogarse junto con Cieno. Nocturno no estaba seguro de haber sido capaz de hacer eso. Había estado demasiado asustado para decir algo, viendo el agua subir lentamente hacia ellos.
-Manteneos cerca de mí-, gruñó Oráculo. Golpeó a Nocturno en el cuello con una garra. -No intentes nada-.
Y luego se elevó hacia el cielo sin más explicaciones o instrucciones.
Nocturno tardó un momento en darse cuenta de que estaban abandonando la isla. <<¿De regreso al continente?>> Saltó en el aire, su corazón saltó esperanzado al mismo tiempo.
-Espera- gritó Calamar con un quejido quejumbroso, aleteando detrás de Oráculo. -Ni siquiera hemos desayunado. No me vas a hacer volar con el estómago vacío, ¿verdad? Porque moriré. Literalmente moriré-.
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Alas de Fuego: El Secreto Oscuro
AdventureLa exitosa saga ALAS DE FUEGO del New York Times vuela a la misteriosa tierra de los Alas Nocturnas, donde Nocturno debe enfrentarse a una terrible elección: ¿Su tribu o sus amigos? En las sombras, se están elaborando problemas... Los misteriosos Al...