Capítulo 28

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La tierra comenzó a temblar sin detenerse, un temblor continuo que sacudió los dientes de Nocturno en su cabeza y lo hizo sentir como si la cornisa estuviera a punto de caer debajo de él. El volcán volvió a gruñir, y otra fuente de lava se disparó por el costado y comenzó a deslizarse por la pendiente escarpada.

El rostro de Oráculo estaba iluminado por el resplandor anaranjado del volcán, la crueldad grabada en cada línea de su hocico.

-¿Qué tú que?- dijo Tsunami.

<<La profecía no es real>>. Las palabras no tenían sentido en la cabeza de Nocturno. No podía encajarlos en la forma en que funcionaba el mundo, en la forma en que su mundo siempre había funcionado. <<La Profecía De Los Dragonets no es real>>.

-Eso no es cierto-, gritó Sol. -Solo estas diciendo eso para ser horrible-.

El volcán dejó escapar un rugido como el de veinte dragones a los que les pisan la cola a la vez.

-Oh, es completamente cierto-, gruñó Oráculo. -La reina Triunfal y yo la escribimos juntos después de que la última erupción destruyera parte de la fortaleza. Sabíamos que pronto necesitaríamos un nuevo hogar, y la profecía era nuestro plan para conseguirlo-.

-¿Cómo?- Preguntó Nocturno, pasando la profecía por su mente. -¿Qué tiene que ver la profecía con el lugar donde viven los Alas Nocturnas?-

-La idea era que controlaríamos a los dragonets-, dijo Oráculo, -al incluir un Ala Nocturna, que, naturalmente, sería el líder del grupo. Tu abismal fracaso en ese departamento fue nuestro primer problema. Luego elegiríamos una reina Ala Arenosa y, finalmente, los Alas Nocturnas se unirían a la guerra, con nuestra fuerza en números inclinando la balanza para que nuestro aliado estuviera seguro de ganar-.

-Y luego tu aliada, quienquiera que hayas elegido, te ayudaría a apoderarte de la selva tropical-, ato cabos Nocturno. -Se trata de ti, pero no de una manera que nadie se dé cuenta. La oscuridad se levantará para traer la luz, esos son los Alas Nocturnas-.

-Exactamente. La única parte realmente importante de la profecía; no podríamos ser demasiado obvios al respecto-, dijo Oráculo. Detrás de él, un humo oscuro salía del volcán a un ritmo alarmante. -¿El resto de esto? Humo y espejos.-

-¡No!- Sol casi gritó, haciendo que los demás saltaran. -¡La profecía es real! Nacimos para poner fin a la lucha, para poner fin a la guerra y salvar a todos-.

-No me temo que no-, dijo Oráculo con maldad. -Eres tan común como cualquier otro dragón-.

-Vaya-, dijo Cieno. -No es de extrañar que siempre me haya sentido normal-.

-Pero no lo eres, no eres ordinario-, dijo Sol, con la voz llena de lágrimas. Nocturno nunca la había visto tan alterada. Dio un paso hacia ella, extendiendo sus alas, pero ella lo empujó. -¿Qué pasa con el huevo rojo de Ala Lodosa? ¿Qué hay de mi huevo, solo en el desierto?-

-Hay patrones científicos en cosas como la aparición de huevos con sangre-, dijo Oráculo. -Los estudiamos y los usamos en nuestras profecías para impresionar a nuestros inferiores menos científicos. En cuanto al huevo de Ala Arenosa, planeamos configurarlo, pero como sucedió, recibimos un aviso de que el tuyo ya estaba allí. Una coincidencia.-

-No, no lo fue, fue- fue el destino-. Sol hipo.

-En una garra, eres el peor-, le dijo Tsunami a Oráculo. -Pero, por otro lado, Sol, piensa en lo que esto significa. Podemos vivir nuestras propias vidas. No tenemos que seguir un plan que nos trazaron las estrellas. Somos libres.-

-¡Pero quiero detener la guerra!- Sol gritó. -Todos esos dragones por ahí creen en la profecía. ¡Creen en nosotros! Si nos damos por vencidos, ¿Quién los salvará?-

Alas de Fuego: El Secreto OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora