Capítulo 22

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No fue difícil adivinar dónde estaba el túnel hacia la selva tropical. Una vez que llegaron a la playa de arena negra, el grupo de Alas Nocturnas armados reunidos en la entrada de cierta cueva fue una pista bastante fuerte.

-Se confiable-, le dijo Nocturno a Profecía, pensando en Tsunami engañando a los soldados Alas Marinas. -Actúa como si estuviéramos haciendo exactamente lo que se supone que debemos hacer-.

-No hay problema-, dijo Profecía. -Quiero decir, lo somos-.

Nocturno supuso que rara vez tenía problemas con su confianza. Ahora solo tenía que seguir su propio consejo. Y tenía la esperanza de que las noticias no hubieran llegado todavía desde la cámara del consejo, que estos guardias no supieran sobre el ataque planeado para esta noche.

Aterrizaron justo dentro de la boca de la cueva, tambaleándose hacia adelante bajo el peso de Fulgor. El dragonet rojo se deslizó lentamente hasta el suelo. Parecía aturdido y a punto de desmayarse.

-Quédate con nosotros-, le dijo Nocturno, apretando una de las garras de Fulgor.

-¿Cuál es el significado de esto?- gruñó el mayor guardia Ala Nocturna. Caminó hacia adelante para cernirse sobre ellos, mirando a Fulgor en particular.

<<Aquí vamos>>, pensó Nocturno. <<Quizás todos esos juegos de simulación que solíamos jugar resulten útiles después de todo>>.

-¿No recibiste el mensaje? Sabía que eso pasaría-, dijo. Quería sonar audaz y autoritario, como Tsunami, pero su voz sonaba más aguda y ansiosa de lo que esperaba. <<Así que trabaja con eso. Tiene sentido que esté ansioso por este plan. Si no puedo ser Tsunami, entonces trata de convencerlos como Nocturno, el sabelotodo nervioso.>> Señaló a Fulgor. -Este es uno de los dragonets de la profecía. Como puedes ver, hoy fue cortado por una cola de Ala Arenosa-.

Nocturno levantó un poco el vendaje para que los guardias pudieran ver la herida que supuraba debajo. Todos dejaron escapar un grito ahogado colectivo de horror y retrocedieron.

Nocturno se enderezó y plegó las alas. -El veneno es extremadamente mortal. La reina nos ha ordenado que lo llevemos a la selva y de allí al Reino de Arena para encontrar una cura-.

-¿Vosotros?- dijo el jefe guardia con escepticismo.

-Lo sé, también estaba nervioso por toda la idea-, dijo Nocturno, con la esperanza de que creyeran que por eso le temblaban las garras. -Pero ella dijo que soy el único Ala Nocturna que no será atacado o ahuyentado por los dragones en la selva. Me conocen. Pensarán que estoy de su lado. ¿Te imaginas que un Ala Nocturna sea amigo de un Ala Marina o un Ala Lodosa? ¿O un Ala Lluviosa, de todas las criaturas?- Algunos de los guardias asintieron con la cabeza, pero el más grande no parecía convencido.

-Tendré que verificar esta orden-, dijo el gran guardia, señalando a uno de los otros dragones hacia adelante.

-Por supuesto que sí-, dijo Nocturno, dejando que el pánico se derrame un poco en su voz. -¡Dije que esto pasaría! Ella va a estar tan enfadada-, le dijo a Profecía, luego se volvió hacia el guardia. -Les dije que nos retrasarías enviando a alguien de regreso a la fortaleza. ¡Les dije que este Ala Celeste estaría muerto antes de que pasáramos! Pero nadie me escucha. Su Majestad dijo que le echarías un vistazo y comprendería la urgencia, y que no debería preocuparme-. Él retorció sus garras juntas. -Pero, por supuesto, tenía razón en preocuparme. Siempre tengo razón en preocuparme-.

-Um-, dijo el guardia. Empezaba a verse casi tan nervioso como se sentía Nocturno. -¿Realmente está tan cerca de la muerte?-

-Está bien-, dijo Nocturno, frotándose la cabeza con ansiedad. -Haría exactamente lo mismo en tu lugar. Probablemente nos matará a todos, pero ¿Qué más podrías hacer?- Le hizo un gesto con la cabeza al mensajero. -Adelante. Puedes decirle que realmente no importa, ya que estará muerto cuando regreses-. Le dio un codazo a Fulgor con un dedo del pie. El Ala Celeste servicialmente se parecía aún más a un pez moribundo.

Alas de Fuego: El Secreto OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora