Nocturno corrió por los pasillos vacíos. Todos los Alas Nocturnas de la fortaleza parecían estar agrupados alrededor de la cámara del consejo, tratando de escuchar lo que estaba pasando. Una vez que se abrió paso entre la multitud, los pasillos estaban despejados todo el camino de regreso al dormitorio.
<<Puedo advertirles. Por una vez, realmente puedo ayudar, solo tengo que comunicarme con mis amigos>>.
Profecía todavía estaba dormida, sus alas se cernían sobre ella, su costado subía y bajaba con respiraciones profundas. Nadie más estaba en el dormitorio; Nocturno había visto a la mayoría de los dragonets Alas Nocturnas entre la multitud fuera de la cámara del consejo.
Corrió a su cama y metió la mano en el agujero donde había escondido el visitasueños.
<<Incluso a la mitad del día, alguien estará dormido. Quizás Kinkajú de nuevo. Otro Ala Lluviosa, si es necesario. Quizás Gloria esté disfrutando de su tiempo al sol. Puedo enviarle un mensaje a alguien. Tengo que hacerlo, o los matarán a todos esta noche>>.
Sus garras se cerraron en un espacio vacío.
El pecho de Nocturno se contrajo y se agachó, escarbando a través de todos los agujeros alrededor de su cama. Arrojó la manta a un lado y buscó de un extremo al otro del hueco. Comprobó las camas a ambos lados, su corazón latía cada vez más rápido.
Pero no cabía duda.
El visitasueños se había ido.
-No-, susurró, rascando de nuevo en el escondite. ¿Cómo había podido desaparecer? Alguien debió de haberlo visto, alguien había levantado la manta anoche y se había dado cuenta de lo que tenía en sus garras. Alguien lo había observado desde las sombras y se lo había llevado mientras él no estaba.
¿Pero quién? ¿Podría ser Oráculo? Seguramente el gran dragón habría castigado severamente a Nocturno si lo hubiera atrapado con el visitasueños... pero tal vez el castigo aún no había llegado.
<<Más importante, ¿Qué hago ahora?>>
-¿Nocturno?- Se dio la vuelta y se dio cuenta de que Profecía estaba despierta y justo detrás de él, mirando con una expresión confusa. Se subió a la cama más cercana y lo miró a la cara. -¿Por qué estás aleteando como un carroñero con la cabeza mordida?-
-He perdido algo-, dijo Nocturno. -Quiero decir, lo dejé aquí mismo, pero ya no está, y de verdad, de verdad que lo necesito. ¿Viste a alguien por aquí hoy?-
Ella sacudió su cabeza. -¿Por qué, qué es?-
-Es...- Vaciló. ¿Cuánto debería decirle? Parecía el único dragón en el que podía confiar en toda la isla y necesitaba ayuda. ¿Pero estaría dispuesta a traicionar a su tribu?
-¿Quieres ayudar a los Alas Lluviosas?- preguntó.
-Los dragones tristes-, dijo, parpadeando. -Por supuesto que sí.-
-No solo los prisioneros de aquí-, dijo. -Toda la tribu está en peligro. Los Alas Nocturnas planean invadir la selva tropical a través del túnel del que te hablé. Van a matar a todos los Alas Lluviosas, y lo harán esta noche-.
Los ojos de Profecía se agrandaron. -¿Por qué?- gritó.
-Para robar el territorio para los suyos-, dijo. -Esa es la cosa, Profecía. Si me ayudas ha ayudar a los Alas Lluviosas, significa detener el plan Ala Nocturna. Significa dejar a nuestra propia tribu atrapada en esta isla. Es difícil, puedo ver lo miserables que están aquí. Pero no puedo dejar que le hagan esto a los Alas Lluviosas-.
-Yo tampoco,- dijo Profecía con firmeza. -Dime qué puedo hacer-.
-Bueno,- dijo Nocturno. -No tengo ni idea.-
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Alas de Fuego: El Secreto Oscuro
AdventureLa exitosa saga ALAS DE FUEGO del New York Times vuela a la misteriosa tierra de los Alas Nocturnas, donde Nocturno debe enfrentarse a una terrible elección: ¿Su tribu o sus amigos? En las sombras, se están elaborando problemas... Los misteriosos Al...