Capítulo 21

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Alfonso abrió la puerta de su habitación y se vio envuelto en un torbellino de cabello rojo que lo tomó por sorpresa. 

—Dul, ¿qué haces aquí? ¿Por qué no me dijiste que venías?

—Por esa cara que tienes ahorita — dijo su hermana sonriendo — Quería darte la sorpresa. Solo que pensé que ibas a estar aquí y mira no más, la hora a la vienes llegando. ¿No me digas que volviste a las andadas, Alfonso Herrera?

—¿Cuáles andadas, Dul? — respondió mientras se encontraba con la mirada divertida de su hermana — Mejor dime por qué no me habías dicho que te vas a ver mañana con Ucker.

—Porque... Espera, ¿tú cómo sabes eso?

—Ah, hermanita querida, yo todo lo sé, no hay nada que me puedas ocultar, yo... ¡Auch! Dulce.

—No seas payaso y dime cómo sabes. ¿Acaso? — Dulce se tapó la boca con ambas manos sorprendida y comenzó a pegar saltos de la emoción. Alfonso tardó unos segundos en entender lo que su hermana había asumido — ¿Tú y An...?

—No, Dul. No. Fue Ucker quien me contó, la cena que tenía era en su casa, con él y con Enrique — después de unos minutos en silencio, Dulce se acercó y abrazó a su hermano.

—Lo siento, Poncho. Yo... Perdón, la emoción me hizo dejarme llevar. Pensé que tal vez tú también... Pero bueno, ¿cómo es eso de que Ucker te contó? ¿Ahora son muy amigos o qué onda ustedes dos?

—Pues te sorprendería ver cómo ha avanzado nuestra relación — respondió mientras le sacaba la lengua. Aunque sentía una pequeña punzada en el corazón, no quería echarle a perder la alegría a su hermana, tenía un brillo especial en los ojos, uno que hacía mucho no veía — Hemos ido mejorando. Digo, no creo que me haya perdonado del todo, pero vamos por buen camino.

Alfonso vio como el rostro de Dulce se iluminaba. Sabía lo que sentía por Christopher y lo importante que era para ella que los dos se llevaran bien. Aunque después de unos momentos, vio como se empezó a poner nerviosa. Comenzó a caminar por la habitación mientras se frotaba las manos. 

—Hey, Dul. ¿Qué pasa? Ven, siéntate. 

—Estoy nerviosa, Poncho. No me quiero ilusionar, pero al mismo tiempo el hecho de que Ucker quiera verme, me da esperanzas de que tal vez él... Yo... Tengo miedo, no sé qué esperar de este encuentro. Hace meses no lo veo, siento... El corazón se me acelera, pero al mismo tiempo me cuesta respirar, es como... Siento...

—Hey, hey. A ver, Dul, tranquila hermanita. Mírame — dijo mientras le acariciaba la mejilla — No tienes que tener miedo. No quiero arruinar este encuentro tan esperado, pero créeme cuando te digo que todo va a estar bien ¿sí? Has esperado meses por esta oportunidad, no dejes que el miedo te paralice — Dulce respiró profundamente y sonrió.

—Te extrañé mucho, Poncho. Mamá también te extraña. 

—Y yo las he extrañado a ambas, pero había varios asuntos que tenía que resolver primero. 

—Y esta cena con Ucker... ¿Te dijo algo de mañana? ¿Te dijo algo más de... de mí?

—Ni creas que te voy a decir algo Dul, espérate a mañana, no seas impaciente. 

—¡Poncho! Bueno, al menos cuéntame de qué se trataba esta cena taaaaan importante y secreta. 

—No seas dramática — dijo Alfonso mientras le hacía cosquillas — Enrique solo quería que tuviéramos una cena fuera del ámbito profesional. Algo más casual, más familiar.

La Venganza (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora