Capítulo 9

369 37 2
                                    

Alfonso había sentido que el camino hacia la casa de Anahí había sido demasiado corto. Quería pasar más tiempo con ella, seguir escuchándola hablar, bromear con ella, reír juntos. Cada vez era más difícil tener que decirle adiós. Cuando estuvieron frente al edificio, Alfonso la acompañó hasta la puerta.

—Gracias por todo, Alfonso — dijo ella mientras abría la puerta — Fue una cena muy agradable, creo que ya nos conocemos un poco más.

—Sí, pero estoy seguro de que aún queda mucho por descubrir — Alfonso la veía con tanta intensidad que estaba seguro de ella lo podía sentir.

—De eso no me queda ninguna duda, en especial porque sigues siendo demasiado misterioso para mi gusto. Hay muchas cosas que aún no me cuentas, pero soy paciente — agregó ella con una sonrisa. Esa sonrisa lo mataba, se acercó a ella sin pensarlo y ambos sintieron la tensión en el aire. ¿Acaso la besaría?

—Enana, qué bueno que ya estás aquí — se escuchó la voz de Christopher haciéndolos separarse un poco — Poncho, muchas gracias, nos sabes el alivio que sentí cuando supe que estaba contigo — Alfonso le dedicó una última mirada a Anahí y, entonces, se dirigió a Christopher con una sonrisa.

—No tienes nada que agradecer, Ucker. Es lo menos que podía hacer. Bueno, creo que es hora de irme, nos vemos mañana — le extendió la mano Christopher y después se inclinó para darle un beso en la mejilla a Anahí, bastante cerca de la boca. Ambos sonrieron y entonces, ella lo vio alejarse.

Cuando por fin despareció de la vista, Anahí se volteó y le dio un golpe a su hermano en el brazo.

—¡Auch! ¿Qué te pasa, intensa? — preguntó mientras se acariciaba el brazo en el lugar del golpe.

—Qué inoportuno eres, Christopher. ¿De verdad no podías esperarte a que nos despidiéramos?

—Yo solo escuché voces y quise venir a ver si ya habías llegado. No pensé que fuera a interrumpir nada. Acaso... — Christopher abrió los ojos — ¿Qué iban a hacer Anahí? ¿Se iban a besar? ¿Desde cuándo te gusta Herrera? — Anahí caminó hacia el sofá de la sala y se dejó caer en él.

—Pues no estoy segura, pero al menos eso parecía. Y no lo sé, Ucker, me parece un hombre muy atractivo e interesante. Puede que sí me guste — respondió mientras le sacaba la lengua a su hermano. Él pareció pensarlo un momento y después suspiró y se sentó al lado de ella.

—Any...

—Ya sé, Ucker, ya sé. Voy a tener mucho cuidado.

—En realidad te iba a decir que te ves muy contenta y que Alfonso me cae bien — Anahí lo miró sorprendida.

—¿Lo dices en serio?

—Claro, desde que fue a hablar conmigo de Dulce, me di cuenta de que se preocupa por ella y eso habla bien de él. Además, he visto que te cuida y no te veía así de feliz desde... — Christopher no terminó lo que iba a decir.

—Desde Aarón, lo puedes decir, Ucker. No me afecta hablar del tema, ya no.

—A veces me arrepiento de no haberle partido la cara — Christopher apretaba los puños y sus ojos se habían oscurecido. Anahí tomó su mano y la apretó con fuerza.

—No valía la pena, bebé. Así como tampoco vale la pena hablar de él ahorita. Tuve una noche muy bonita, me quedo con eso. ¿Y a ustedes qué tal les fue?

—Pues avanzamos bastante, creo que ahora sí está todo listo.

—Oye, yo pensé que ibas a ir a cenar con Dul o algo.

La Venganza (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora