Enfrentamiento

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"Entonces, te confirmaré. No llegues tarde" Irene sonrió antes de levantarse del cómodo sofá. Después de un par de semanas, al fin tenía el gusto de pasar a saludar a Jennie. Que aunque no convivieron tan de cerca en su país natal por haberse mudado antes, la conocía por pláticas o reuniones con su amiga Rosé.

Pese a que le hubiera gustado seguir conversando, debía continuar con las diligencias para con sus demás invitados y ya había ocupado gran parte de la hora con ella en su oficina.

"Está bien" la acompañó hasta la recepción. Mientras esperaban el ascensor, Jennie se quedó contemplando la pantalla en el muro pensando algunas cosas referentes sobre la invitación que recibió recientemente. No se sentía con la entera confianza de preguntar, aunque sólo le interesaba conocer la asistencia de una persona en específico. "Uhm... con respecto a tus asistentes".

"Si. ¿Qué sucede?"

"Eh, ¿también estará ella?" habló casi en susurro, reprimiendo su sentir a la pregunta.

"¿Quién?"

"La familia Manobal" expresó con formalismo, sólo para no verse tan evidente.

"¡Ah! ¿Te refieres a Lisa y su papá? Sí, por supuesto. Mi tío Marco llegará hasta...

"¡Es tu tío!" se sorprendió. "Eso quiere decir que ¿eres prima de Lisa?"

"jajaja. No. Ella y yo nos conocemos desde pequeñas porque nuestros padres son mejores amigos. Siempre lo vi como parte de la familia y cuando comenzó a decirme sobrina, supongo que se me quedó la costumbre de decirle tío".

"Ah, Bien".

"Sí y volviendo a tu pregunta. Mi tío, es decir el señor Marco también vendrá y ni se diga de Lisa, ella está obligada "sí o sí" a asistir.

"Entiendo" el teléfono de Irene sonó en un aviso para que se apresurara.

"Te importa si lo dejamos para después. Aún tengo que ir a otros lugares y concluir mi recorrido antes de la noche".

"Por supuesto. Ten un buen día".

Irene abandonó las instalaciones de Industrias Kim's tan pronto llegó el auto por ella. Jennie volvió a la oficina pese a los pocos deseos de seguir ahí. Pero ya había faltado el día anterior y un día más no podía ser posible.

Al final de la jornada, salió del edificio y como cada noche desde que llego, se dirigió al auto que esperaba por ella para devolverla a su departamento.

"Buenas noches, señorita Kim".

"Hola, Saúl" habló al subir al auto. Sintió vibrar su celular sacándolo de inmediato para responder. Al notar que se trató de un mensaje pensó dejarlo pasar y más cuando notó quien lo enviaba.

'Oye ¿Estás en tu departamento?'

Su pregunta fue suficiente para ponerla en alerta, no sabía cuál era el motivo al querer saber su ubicación y prefería no saberlo. Se inventó lo primero que le vino a la mente.

'No. Sigo en el trabajo. Regresaré tarde'.

Volvió a responder un segundo mensaje deseándole buena noche. No tenía intención de alargar la conversación y aunque muy en el fondo se reprochó por hacerlo, sabía que era lo correcto para tratar de olvidar sus sentimientos por ella.

"Saúl, hoy cambiaremos de ruta" después de todo, no puedo volver ahora a casa. Pensó.

"Lo que ordene".

Los siguientes días fueron algo similares, con la diferencia que en dichas ocasiones las excusas de sus salidas tardías de la empresa si fueron por trabajo acumulado. Lo único que restaba para acabar sus agotadores días, sería el fin de semana y por desgracia, no podía desperdiciarlo en cualquier cosa porque tenía en puerta la invitación de Irene a la celebración del aniversario de bodas de sus padres, lo cual la mantuvo nerviosa porque lo más probable es que ese día conocería al fin a la persona con la que la Chef Lisa salía.

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