Visitas

578 63 1
                                    

Jennie desvió la vista hacia la ventanilla que tenía a su izquierda. No veía absolutamente nada más que las luces parpadeantes del ala lateral que la abdujo en una especie de apoyo para soltar las palabras adecuadas.

—Supongo que...  lo que todos buscan en una. Ser felices, tener una estabilidad o al menos eso pensaba.

—Explícate —suavizó su habla.

Se tomó unos segundos y prosiguió.

—Pues, que te puedo decir. Esto también es nuevo para mí. Sí, hace unos años me hubieran preguntado lo mismo, te diría justo eso. Cuando dejamos de vernos intenté seguir con mi vida conociendo a más gente para... olvidarte.

—¿Lo conseguiste?

—Evidentemente no —sonrió melancólica—. Bueno, casi. Después de un tiempo, comencé a salir con alguien. Supuse que sería la definitiva porque, uhm... nos íbamos a casar.

—¿De verdad? —la tomó por sorpresa.

—Sí. Congeniamos tan rápido que al año ya le estaba dando el anillo.

—¿Y qué pasó? —se arrepintió de preguntar—. No, disculpa. No es de mi incumbencia.

—jejeje... descuida. Te lo puedo contar. Se llama Sana —comenzó a narrarle—. Simple y sencillamente no acepto. Me amaba, al menos eso me dio a entender. Pero... dijo que aún tenía otras prioridades antes de atar su vida a la de otra persona. Y no la culpo, ella es una mujer con grandes aspiraciones, se fue a hacer una especialización porque ya sabes que en la medicina siempre hay que ir un paso más.

—¿Fue complicado?

—Sí, lo fue. Pero descuida no le guardo algún tipo de resentimiento, quedamos en buenos términos e incluso hace un par de meses me enteré de que ya había terminado su programa con excelentes notas.

¿La sigues queriendo? Fue la duda que surgió en la chef, aunque por más que quiso expresarlo las palabras no salieron.

—A lo que voy es que... quizá no entendí en su momento lo que yo buscaba de los demás. ¿Era la necesidad de brindar amor? Sabes, mis sentimientos son un caos cuando se desembocan al exterior. 

—Un poco, sí.

—Pero entendí que lo que más deseo en este mundo es estar para mi pareja. Quiero que la persona que esté a mi lado me vea cómo su mejor amiga. En esa persona en la que ella se pueda apoyar y que me haga partícipe de sus eventos más importantes de su vida —expresó con voz soñadora.

Recordó un poco lo vivido con su exnovia Sana. Fue cierto que sintió un fuerte amor por la doctora, pero el hecho fue que sus mundos siempre estuvieron rodeados por trabajo en ambas partes que les impedía relacionarse como lo hubieran deseado. Jennie entendió que al final del día ninguna pudo de su parte para encontrar una forma de sobrellevar la relación y que esta no perdiera fuerza hasta culminar en un rompimiento.

Por eso, no quería cometer el mismo error dos veces y trataba de poner todo de su parte en su camino para conquistarla.

Cuando salió del sueño en vida que tenía, dio una vista rápida a su compañera que la miraba atónita.

—Me gustas y lo sabes. Sin presiones. Yo sólo... quería que tuvieras presente esto —soltó lo último con timidez.

Por escasos minutos ninguna supo cómo continuar hablando. Jennie estaba tan avergonzada porque al fin pudo decirle todo lo que sentía, sin miedo alguno. Finalmente, si la aceptaba o no, ya no dependería de ella porque supo que dejó en claro todo y no se arrepentía de hacerlo así, ya que no guardo nada.

Segundas oportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora