Sentimiento

813 86 5
                                    

Tal vez se le pudo pasar un poco la manual, molestarla, pero no era como si fuera toda su culpa, parte de ello le pertenecía a Lisa por los comentarios sobre su relación misteriosa mencionados justo cuando confesó su amor hacia ella.

Observó a su amiga avanzar hasta uno delos corredores. De pronto, Jennie no consiguió detener su andar al estamparse contra la misma chef que de repente giró sin aviso.

—¿Cuál es tu problema? —soltó severa la Chef. No estaba para nada contenta.

—¿Qué? ¿De... de qué hablas?.

—Lo sabes.

—Sigo sin comprender.

—¿Por qué le dijiste a todos que estoy saliendo con alguien?

Aunque nerviosa, intentó que sus reproches no le afectarán. Estaba decidida, no se daría por vencida hasta escuchar de su boca lo que ya sabía, pero que quería oír.

—Creí que tu romance era de dominio público, especialmente con tu familia. Yo no sabía que lo mantenían en secreto. Pero me sorprendió que ni siquiera Irene estuviera enterada.

—... —La chef la observó inexpresiva. Fue cuando intentó hablar, que escucharon pasos acercándose, haciendo que tomaran un poco de distancia.

—¡Oh! Están aquí —Se trataba del padre de Lisa, tenía el teléfono en mano. Parecía estar hablando con alguien, aunque no duró mucho cuando, luego de disculparse, cortó la llamada.

—Regresaré primero —dijo la Chef. No tenía la intención de seguir ahí. Se apresuró a llegar al acceso, pero el señor Marco la detuvo pidiéndole que le permitiera unos minutos para hablar.

—Por favor, hija —insistió.

—Esté... yo me adelanto. Iré por... ahí. Con permiso —abrumada por el ambiente. Jennie señaló la próxima salida. El padre de Lisa le agradeció la privacidad otorgada.

«Eso fue extraño» susurró para sí, una vez volver a la fiesta. Para ese momento, los padres de Irene se encontraban dispersos entre los invitados, conversando alegres anécdotas con sus amistades.

Jennie volvió a la mesa donde Irene se encontraba conversando con un joven. Que a juzgar por la mirada risueña que ella tenía, posiblemente se trataba de algún romance.

—Jennie. Tardaste mucho.

—Siento la demora.

—Ven. Te quiero presentar a mi novio. Él es Jin —volvió la vista al joven—. Cielo. Ella es Jennie, amiga de mi país natal.

—Un gusto conocerte.

—Igualmente —sonrió amigable.

Tuvieron una breve conversación los tres. Jennie tenía una buena forma para relacionarse y no pasó mucho tiempo en que los tres reían animados ante cualquier comentario que decía.

Pero en lo que a Jennie concierne, no deseaba ser mal tercio, así que se disculpó señalando que tenía que salir al balcón a tomar una llamada importante.

En la tranquilidad del lugar, dejó salir un suspiro de cansancio. Se sintió extraño, ya que ella no solía agotar sus energías hasta después de la media noche.

Tal pareció que le afectó la velada, —específicamente la confrontación con la Chef— más de lo que se habría imaginado.

Tomó asiento en la pequeña jardinera a su costado. Más relajada, se dedicó desde el balcón a observar la tranquila vista de la ciudad en lo que iba de la hora, sus pensamientos se dispersaron y lo único que podía escuchar eran los sonidos provenientes del exterior; el tránsito vehicular, personas conversando e incluso alguna que otra sirena de ambulancia pasando a prisa.

Segundas oportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora