III - Pasado y presente (Parte 1)

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Cuando tenía quince años, en una tarde de verano, Colin Bridgerton se enamoró.

En Aubrey Hall, insistió su madre en invitar a muchos jóvenes iguales a el. Recordó como había invitado a algunas señoritas. Las hijas de Lady Mary Sheffield, el hijo del duque de Hastings, los hijos de los Atholl en Escocia y las hijas del barón y la baronesa Featherington. Todos en edades de once a dieciséis, excepto por Anthony que tenía diecinueve.
Su madre, Violet Bridgerton había organizado todo para que los amigos de sus hijos pasaran unas vacaciones increíbles. Puede que fueran nobles, pero aún eran chicos y podían pasarlo bien.

Tuvieron juegos de pall mall, tiro, cabalgatas, fiestas de té y muchas cenas que les hacían ver como sería su futuro.

Entre las damas invitadas había una muy bonita, al menos a la vista de Colin. Era más bajita que las demás, tenía la edad de su hermana Daphne y solía observarla mientras paseaba con las demás chicas por el jardín. Había hecho amistad fácil con sus hermanas Daphne y Eloise, era agradable oírla pues su voz era suave, calmada y muy serena. Transmitía paz.
Era preciosa. De no ser por su cabellera rojiza la compararía con una princesa de cuento. Su piel era blanca como la nieve, con mejillas rosadas y labios increíblemente rojos. Ojos azules iguales a los del cielo y aquel cabello que le recordaba a las llamas de fuego en la chimenea. Lo bueno de aquel verano fue que él no fue el único que resultó enamorado. Anthony quedó encantado con Kate Sheffield, de dieciséis años y quedaron casi en un noviazgo.

También hubo bromas, por lo menos de parte de Simon a su hermana Daphne quien acabó blanca por culpa de la harina que le lanzó.
Pero sin duda fue el mejor verano de su vida por haberla conocido. Tocaba el piano exquisitamente mientras que a él le gustaba cantar. Entendía sus chistes y podía verla aguantar la risa cuando decía algún comentario tonto. Sus hermanas eran muy parecidas a ella pero no tan lindas y sobre todo no tan inteligentes. Cuando los respectivos padres de cada uno de sus amigos fueron por ellos a Aubrey Hall sintió un vacío terrible al no tener cerca a Penélope. -Pareces algo pérdido desde que se fueron las Featherington ¿Estás bien, Colin?

-¿Las Sheffield ya se fueron, Anthony? Te ves feliz, con Kate. ¿Te gusta?

-Puede decirse. Es muy bonita, y alegre, pero también competitiva, la viste en el Pall Mall. Y me sorprendió. Y creo que mamá y papá están felices de que ya comience a ver chicas. Pero no me contestaste. Yo te vi mirando a la señorita Penélope. Es algo menor ¿No crees? -Colin rodó los ojos y comenzó a reír para luego ver a su hermano. -Eso es un sí.

-No lo sé. Es agradable. Crecerá, Anthony. Algún día los dos seremos adultos ¿No te parece? Igual que la señorita Sheffield y tú. Y podría cortejarla. Ya es hermosa, el tiempo solo hará que todas sus aptitudes sean más evidentes.

-Sí, sí, te gusta. Le diré a Benedict. -Y aquel chisme se regó, por lo que al final de la semana ya todos sus hermanos sabían. Y todo el mes lo estuvieron molestando.
Ella vivía en Londres por lo que solo podía verla cuando iban todos en verano, y el grupo se veía reducido año tras año porque algunos se iban a las escuelas, otros de viaje con sus parientes, pero Penélope era una constante. Y tuvo razón. Año tras año solo lucía más hermosa, con su cabello más largo, con su sonrisa más iluminada y puede que fuera su visión, pero incluso sus ojos eran más azules.

-¡PENÉLOPE! -Sentía envidia de Eloise que podía ir corriendo hacía aquella hermosa pelirroja y abrazarla. Meterla a su habitación incluso y quedarse hablando con ella por horas. Aunque su hermana era muy propia, no tenía ni idea de todos los pensamientos que había tomado de ella.

No eran precisamente sanos. Deseaba llevarla detrás de un árbol cerca del lago y darle su primer beso. Deseaba tomar su mano y deseaba tocarla, aunque no era propio que tuviera esos pensamientos sobre una dama. Era mejor mantenerse al margen, así que fue que decidió acompañar a su amigo Murray Atholl a Oxford y no verla. Luego hubo un viaje, el primero en solitario, tras su graduación se le permitió, al igual que sus hermanos mayores antes que él, y su destino fue Grecia.
La pasó bien, y conoció a las mujeres y las mujeres lo conocieron a él. Al principio no estaba muy seguro de que diablos estaba haciendo, pero cuando volvió y escuchó rumores de que el barón Featherington buscaba matrimonios convenientes para todas sus hijas y había tenido contactos con varios duques y condes y se sintió fuera de lugar. Él era un tercer hijo, no tendría oportunidad. Así que se fue a Roma y solo volvió cuando llegó el año de mudarse de la casa de campo a la ciudad pues era el turno de Daphne para presentarse en sociedad, y según los planes, no solo eso, Anthony iba a comprometerse y casarse con su novia, Kate Sheffield.

AMOR CON CONDICIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora