Quizá la mejor parte de cometer esa clase de deslices era la sensación de no ser atrapada. Poder sonreír luego de acabar con la travesura y saber que nadie sospecharía que fuiste tú. Penélope sonreía quitándose la capucha de su cabeza mientras iba en el carruaje de alquiler que había conseguido para llevar su panfleto después de la fiesta de los Hastings. Había logrado su cometido, vio a Colin salir de la mansión y así había frustrado los planes de Lord Cowper.
Tenía mucho que es escribir, estaba terminando cómo podía en pleno carruaje lo que había visto de la pedida de matrimonio de Daphne y el mundo entero queria saber.
Si que había sido una magnífica velada.
***
UNOS MOMENTOS ANTES
El salón estaba lleno de personas, sonaba la música y las parejas bailaban los valses. Escuchaba como hablaban y sonreía mientras tomaba de su copa de limonada. —Se ve divina, la señorita Daphne seguro algún día será una grandiosa duquesa.
—¿Realmente estás feliz con esto? Aún puedes decir que no. –Al moverse por el salón escuchó a Simon Basset hablar con su amiga y se quedó oculta tras una columna para seguir escuchando. Sabía que estaba en presencia de una grandiosa historia de amor. —lo de hoy es solo el anuncio de nuestro compromiso... Te lo pedí en privado pero aún siento que no hemos hablado casi y que me odias.
—Porque sí te detesto. Aún no te perdono lo de la bomba de harina. –Contestó ella con una risita adorable. —Pero tengo que admitir que tengo más en común contigo que con todos los caballeros con los he hablado, bailado y convivido. Es extraño para mí que seas tú, pero se siente bien. Además, siendo tu esposa tendré más oportunidades de vengarme por esa bomba de harina. De verdad te quiero, Simon. No puedo fingir que no es así, porque es lo qué sé. ¿Y tú? ¿Realmente me amas como dices si que me amas?
Era obvio que sí. Penélope sonrió encantada por sus amigos y en silencio les deseó toda la felicidad del mundo. Caminó por la fiesta hasta dar con su hermana mayor. —¿No crees que es precioso? Este baile de compromiso. Pronto tendrás el tuyo con el primo Jack.
—Penélope no finjas que te importa. El diamante... Que título al que le haces tan poco honor.
—Pru... Yo no lo pedí. Yo no quiero ser el diamante. Odio esto y lo sabes. Y claro que me importa tu felicidad, hermana.
—Si te importara no me robarías todo lo que quiero. –Y la mayor de las Featherington se fue dejándola sola. No comprendía porque Prudence había cambiado tanto. No era así antes, por el contrario era una hermana mayor comprensiva, a veces decía cosas irónicas pero era su forma de ser y ella solía disfrutarlo. Suspiró, la noche podría ser mágica en todos los aspectos pero sentir el rechazo de su hermana y que Colin la ignorase no era para nada mágico.
—¿No es algo irónico? El diamante de la temporada sigue sin pareja. –Cressida se posó a sus espaldas y volteó para ver a la rubia a la cara. —Penélope hoy es algo seguro para mí, saldré de aquí con pareja. Tú no tienes nada aún. Ese título que llevas es decorativo. Tienes una actitud para nada digna de un diamante.
—La víbora de los bailes.
—¿Qué dijiste? Te aconsejo que me hables con respeto. Seré una Bridgerton, cosa que tú no. Seguirás sin boda y sin rango pero tú te lo buscas, te portas como una cualquiera...
Penélope vio como Cressida se alejaba, no podia dejarla así, y aunque queria decirle muchas cosas, sus acciones hablarían mucho mas. Colin no caería en la trampa y ella sonreiría de satisfacción por haber vencido a Cressida. Eso sí que era muchísimo mejor que decirle que era una bruja. —¡Penélope! ¿Me concedes un baile? –Benedict sonreía y le ofrecía su mano. Ella sonrió y accedió. —Se nota tu decepción, sé que no soy mi hermano pero también soy un buen amigo, bueno, él es más amigable.
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AMOR CON CONDICIONES
FanfictionForjado bajo presión, probado en fuego y con un corte inmaculado, los diamantes se muestran al mundo con un brillo, lustre y porte únicos, y una señorita debe resaltar y solo una sobresale entre la multitud, y en la temporada de 1814, la elegida y f...