XVIII - Escándalos

1.4K 86 102
                                    

Era una noche que prometía ser espectacular.

Sábado, y las invitaciones a la casa Featherington se habían enviado a todas las familias nobles de Mayfair. El motivo de la celebración era el compromiso entre el conde Robert Huxley y la señorita Penélope Featherington, mejor conocida como el “DIAMANTE” de la temporada. 

Colin y ella habían esperado toda la semana porque Robert hiciera algo, cualquier cosa, pero resultó una decepción que también se esperaban cuando él no hizo nada, así que el siguiente paso de su plan era escapar durante la noche de la fiesta. 

Revista de Sociedad de L. Whistledown

La boda de la temporada está por suceder. Desde que la reina nombró a su diamante al inicio de las festividades, y aunque las actitudes de la señorita no siempre han sido bien comentadas en la alta sociedad, la reina sigue proclamándola su “favorita” y eso es algo que ha dejado abundantemente claro al invitarla más de una vez al palacio y acallar las habladurías a su alrededor. 

Sea cuál sea el destino de la señorita Penélope Featherington, algo es seguro, la velada de esta noche promete sorpresas y encanto pues la familia no ha escatimado en gastos para que la celebración sea “por todo lo alto”. 

Se sabe que Lady Featherington ha invitado a cada miembro de la aristocracia, e incluso la misma reina ha confirmado su asistencia al evento. 

¿Habrá algún escándalo de enormes magnitudes que nos dejen pasmados?

Eso tendremos que averiguarlo, querido lector. 

Penélope leía con una sonrisa aquel panfleto mientras estaba frente al espejo y Nancy, su doncella, terminaba de peinarla y arreglarla. Sabía cada palabra de aquella hoja pues la había escrito junto a Colin la noche que se coló a su habitación luego de que él despertara una hora después. Se sentía lista para enfrentar cualquier cosa que pudiera suceder aquella noche pues incluso se había salido con la suya al usar un vestido rosa de hombros descubiertos cuya tela parecía brillar cada vez que la luz de las velas lo golpeaba, y que estaba adornado con algunas flores bordadas. Recordó su conversación con Colin un par de noches atrás mientras miraba su reflejo en el espejo y suspiró. 

Saldría bien. 

—Estoy listo para huir contigo hasta el fin del mundo con tal de tenerte. Estamos casados ante los ojos de Dios y pronto lo estaremos delante de todos. Podré amarte sin ninguna condición. Por eso no quiero que te preocupes esa noche, promete que disfrutarás la fiesta. ¿Lo harás?

—¿Quieres que baile con el conde y finja felicidad?

—No. Para nada. Yo estaré, tu madre me ha invitado. Escucharás tu canción y bailaremos juntos. 

—Eso será escandaloso. -Contestó con una risita antes de darle un beso. —Pero tú y yo estamos hechos de escándalos. 

—Te veré la noche del sábado. 

—Te veré. 

—Señorita. ¿Le agrada el rubor? -Penélope miró a su doncella y asintió. Dejó que le aplicara un poco en las mejillas. —Luce preciosa esta noche. El señor Bridgerton tiene suerte, señorita. 

—Nancy, esta noche es nuestra noche. Es lo que siempre debió ser, sin distracciones. Todo tiene que salir bien para que Prudence pueda ser feliz y yo también.

 —Se merece toda la felicidad del mundo, señorita. El señor Bridgerton es todo un caballero, galante y muy bueno con usted, sin duda serán muy felices juntos. -Penélope tenía en un alto aprecio a su doncella, habían pasado por mucho juntas y Nancy siempre había estado ahí para ella. Era sincera y más de una vez había desobedecido las órdenes de sus padres para ayudarla. —Si se va la voy a extrañar. 

AMOR CON CONDICIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora