AMOR CON CONDICIONES

XVII - Las dos caras de la moneda

El amor suele tener dos caras y ambas caras son una llamada a lo prohibido incluso si tienes el "visto bueno" para estar con alguien más. Algo de lo que se estaban dando cuenta los hermanos Bridgerton número tres y número cinco. Era extraño para Eloise que su hermano mayor Colin estuviera en la casa principal debido a que él se había mudado a su piso de Bloomsbury.  —Es increíble todo el jaleo que hay en este lugar. -Llevaba un libro en la mano buscando un buen sitio para leer un poco pero sirvientes iban de un lado a otro organizando la mudanza para la nueva residencia de los Bridgerton en Bruton Street y así dejarle la mansión principal a Anthony y Kate en cuanto llegaran de su luna de miel. —y es igual de increíble que estés aquí. ¿Qué haces?

—Vine por galletas. -Dijo Colin comiéndose una y luego mirando a su hermana. El libro que llevaba era sobre plantas. Alzó una ceja y comió otra galleta. —Adivinaré, el señor Phillip Crane.

—No te metas en lo que no te importa.

—Me importa, eres mi hermana y tengo que cuidarte. -le extendió  la mano y ella puso el libro en la mano de su hermano. —Es una copia de flor agraica.

—Le mencioné que estuviste en Grecia y de hecho quiere hablar contigo de los olivares. ¿Podrías hacerlo? Por favor, tiene que ver que toda mi familia es agradable y yo no estoy loca y estoy leyendo esto porque me interesa, tengo múltiples intereses.

Colin no quiso recalcarle a su hermana menor que él no le había pedido explicación. —De acuerdo, te apoyo. Aunque ni siquiera estás presentada.

—Y siento alivio por ello, no voy a tener que someterme a toda la estupidez del cortejo porque ya tengo a alguien. Y si todo sale bien... -Soltó una risita y tomó el libro de regreso. —Colin ¿Qué harás con Pen? El baile de compromiso... Ella no desea casarse con el conde Huxley.  Una de las razones por las cuales siempre me he opuesto a los cortejos y matrimonios es porque he oído de espantosos arreglos que terminan mal y las mujeres sufren mucho. Evidentemente sé que papá nunca me haría eso, mamá tampoco y en caso de que falten, tengo la garantía de que Anthony como cabeza de familia tampoco va a permitir que eso suceda, incluso Benedict y tú, y estoy en una posición muy privilegiada por ello y estoy agradecida al respecto, pero para muchas mujeres no es así, mujeres como Penélope, enamoradas de un caballero y siendo obligadas a casarse con otro y quiero que ella sea muy feliz y quiero que tú seas feliz.

—El... Hablé con el conde y él me aseguró que cancelaría este compromiso, pero en caso de que no lo haga, quiero que sepas que voy a irme con Penélope a Escocia, regresaremos casados. -Eloise asintió estando de lado de su hermano y lo abrazó. —¿Y eso?

—Nada, saldrá bien. -Lo soltó de inmediato y le sonrió. —Te ayudaré con la escalera para que subas por su ventana.

—Hay un árbol, creo que no tendría problema en escalarlo.

—Tú tienes tan poco sentido del romance y la aventura. -Rodó los ojos y volvió a mirar a su hermano. —Te voy a perdir un favor, también a Benedict, necesito chaperones.

—¿Para qué? No vas a fiestas de sociedad.

—Ahora sí. Me invitaron a la boda de Sir George Crane con la señorita Marina Thompson. Ya le dije a nuestros padres que ustedes me acompañarían y papá dijo que estaba bien ya que él acompañaría a Frannie a Bath con la tía Winnie para dejarla en la mansión. Y mamá dijo algo sobre visitar a Gregory en Eton con Hyacinth ya que lo extraña muchísimo.  Como verás, solo tengo a dos hermanos en ese caso, Benedict y tú.

—Terrible decisión, sin duda. ¿Sabes que no me despegaré de ti ni un solo segundo? No podrás hacer ninguna travesura...

Eloise alzó una ceja y  se cruzó de brazos. —Yo creo que sí, porque si mal no recuerdo, me debes una, cuando llevé a mi mejor amiga a Sunrise Hall y los cubrí para que nadie supiera que había pasado la tarde contigo. Entonces ¿Qué me dices?