[Capítulo 11]

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Biel había llegado con retraso a su trabajo

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Biel había llegado con retraso a su trabajo.

Eran exactamente las 4:37 PM cuando llegó a "Los lentes de Miami" y entró al local, deteniéndose al observar que Astor estaba sentado al fondo, leyendo lo que parecía ser un cómic para niños.

Acto seguido, el chico procedió a abrir y acomodar las cosas que solían quedar fuera de su sitio durante las noches en que Biel se marchaba a su casa.

—Hola, Émile, esta vez llegaste muy tarde —le dijo Astor con una sombra de sonrisa subiendo a sus labios en cuanto lo vio.

Biel le sonrió de vuelta, soltando un suspiro.

—Sí, es que me quedé castigado por culpa de un idiota que no quería admitir que estaba enfermo —relató, pasando una mano por su cuello y transformando su sonrisa en una mueca—, ¿puedes creer que se desmayó por no haber comido bien? Honestamente, parece broma... Yo no me imagino no comer por cinco horas y va este y de desmaya por algo peor que eso.

Astor lo miró con deje divertido.

—¿Es tu amigo? —le cuestionó, ladeando la cabeza.

—Sí... No, definitivamente diría que no —contestó Biel, riéndose con algo de duda.

—Aww, mi nieto tiene un amigo. —Astor ignoró por completo lo que había dicho—. ¿Lo traerás para que lo conozca?

Biel pensó en esto, recordándose que justo ayer Grady había entrado al local de forma espontánea cuando su grupo de amigos (o quienes asumió que eran sus amigos) habían entrado a molestar a Astor.

Dejó de pensar en esto de golpe cuando oyó las campanas atadas a la puerta sonar, sobresaltándolo ligeramente y haciéndolo girar la cabeza de golpe en aquella dirección.

Vio que bajo el marco de la entrada se encontraba una chica bastante bonita y con el uniforme de su escuela. Su cabello era rizado y le llegaba hasta los omóplatos, mientras que su piel era achocolatada y sus ojos de un suave tono marrón que hacía juego con la sudadera encima de su uniforme escolar.

—¿Está abierto? —inquirió la chica, titubeando y sonriendo a medias—. Lo siento, es que vine aquí hace media hora y no había nadie... Eh, no sé si ya abrieron.

Biel reaccionó de inmediato, un tanto atontado por el hecho de que no reconocía a esta chica como un cliente que hubiera venido antes, además de que los clientes de ahí tendían a ser mayores de edad y, en su mayoría, hombres.

—Claro, claro —contestó, pestañeando con fuerza—. Está abierto. ¿Qué es lo que buscas?

La chica no se lo pensó dos veces antes de decir:

—Una guitarra acústica para principiantes... Ya sabes, de esas que no son particularmente caras y son ideales para los niños que apenas van a empezar a aprender.

Solo Se Vive Una Vez #1 © [COMPLETA] PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora