Solo Se Vive Una Vez #1 © [COMPLETA] PGP2023

[Capítulo 32]

Biel llegó a casa para cuando el reloj dio la 1:04 PM.

Había tardado un rato en encontrar la estación de autobuses, que estaba más lejos de lo que pensó en un inicio... Y es que esto se explicaba porque la zona donde vivía Nathan estaba repleta de familias acomodadas y ricas; era algo así como una colonia de clase alta.

Y, naturalmente, la gente rica no necesitaba de autobuses y todas las estaciones estaban relativamente lejos.

También había tenido que preguntarle a varias personas acerca de cómo llegar a su calle, puesto que Biel tenía muchos problemas para ubicarse a partir de lugares que no conocía... Bueno, tenía problemas para ubicarse en general.

Era un desastre para saber en dónde estaba.

Al cruzar la puerta de su casa, Biel soltó un hondo bostezo al percibir el cansancio que inundaba su cuerpo. Había dormido como un tronco, pero de alguna forma seguía sintiéndose un tanto exhausto.

Sin embargo, tan pronto cómo cruzó la puerta, Biel se dio cuenta del tenso ambiente que había en el interior de la casa.

—¿En dónde estabas? —La voz de su padre lo sobresaltó como a un gato al que le acababan de echar una cubeta de agua.

Biel se giró hacia su izquierda, dándose cuenta de que su padre estaba sentado en el sofá. Recordó que ese día descansaba, por lo que no le sorprendió encontrarlo ahí una vez que analizó lo sucedido.

—Eh, creía que Taoni te dijo a dónde había ido.... —contestó, incómodo. Pasó una mano por su cuello y agradeció haberse desecho del dolor de la resaca con la rara bebida que Nathan le había dado.

—Sí, me dijo que fuiste a una fiesta —respondió su padre, levantándose de su asiento y mostrando que Taoni había estado sentada a su lado viendo la televisión, quien también se sobresaltó un poco y no lo pensó demasiado antes de irse a esconder al comedor—. ¿Acaso eso explica porque llegaste un día después y hasta la tarde? Uno pensaría que te escabullirías en la madrugada... ¿Pero qué se supone que justifique que llegues a esta hora? ¡Estaba preocupado porque no atendías tu celular!

Los labios de Biel esbozaron una pequeña "o" al recordar que su celular se había quedado sin batería, cosa que había notado cuando se le ocurrió usar una aplicación de taxis para poder volver a casa y descubrió con decepción que no podía.

—Lo siento. Perdí la noción del tiempo —murmuró él, desviando su mirada hacia el suelo y removiendo sus pies con deje tenso—, pasé la noche en la casa de alguien...

Su padre bufó.

—Sé lo que hacen los adolescentes de tu edad —espetó con notable receto—, no me digas, ¿era casualmente la casa de una chica? ¿Acaso debo tener esa conversación contigo?

—Más bien era la casa de un chico —señaló Biel, un poco divertido al ver que la reacción de su padre rápidamente cambió de enfado a incredulidad.