CAPÍTULO 14: "Invasión de terreno"

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"Las caricias del agua eran diferentes esta vez, sentía un tacto mágico, casi erótico... Mi piel se erizaba y sentía que se me escapaba el aliento...

Es porque me recordaba a ti..."

La relación con Alex iba inesperadamente bien. Ambos eran más compatibles de lo que hubiera podido esperar. El tritón era más humano que muchas otras parejas que había tenido en el pasado, no había tenido un solo novio con el que se pudiese comparar.

Aquella complicidad, el amor, la pasión, el entusiasmo... podía ser solo el espejismo de la felicidad de una relación que empieza, pero lo cierto es que ninguna antes había empezado tan bien...

¿Era correcto sentirse así?

¿En algún momento la realidad le daría una bofetada en la cara?

Probablemente sí... o eso pensaba.

Pero en esos momentos todo brillaba con tal intensidad, que ni siquiera podía llegar a imaginarse cómo.

Estaba preparando el desayuno, como le gustaba hacer desde que habían empezado a salir.

La expresión de Alex al despertarse y ver los deliciosos manjares sobre la mesa era una imagen que no podía darse el lujo de perderse, así que se levantaba más temprano solo para sorprenderlo con distintos menús cada mañana.

Todo iba normal, como un día cualquiera, hasta que un sonido a sus espaldas lo alertó.

Se giró pero no vio nada, así que se asomó al recibidor, de donde provenía el sonido.

-¿A dón-... ¿Papá??-interrumpió su pregunta con otra pregunta-¿Qué haces aquí?-se alarmó repentinamente.

-Vengo a verte-alzó una ceja como si fuese obvio lo que acababa de decir-Me han dicho que estás haciendo un buen trabajo en el laboratorio, no te he visto el pelo desde que te contraté, podrías haberte pasado a saludar, mi oficina está en el mismo edificio-se encogió de hombros sin mucho interés en el asunto.

-N-no sé... estaba ocupado-respondió tratando de concentrarse en lo que realmente importaba-¿Cuándo hiciste una copia de la llave?-cambió de tema algo incómodo de saber que la tenía.

-Cuando compré el piso, no olvides que yo soy el dueño-agitó el llavero frente a su cara. Hasta que un sonido proveniente del piso superior llamó su atención-¿Quién está ahí?-frunció el ceño. Estaba seguro de haber visto la silueta de una persona cerca de las escaleras en el piso superior.

-¡Papá! ¡No puedes entrar en mi casa así!-se interpuso el moreno, algo agitado, no podía descubrir a Alex, lo llevaría de vuelta al laboratorio.

-¡Hay alguien arriba!-respondió molesto el hombre, ignorando las protestas de su hijo.

-¡Ya lo sé!-respondió algo colorado-¿Me estás escuchando? No puedes entrar cuando quieras, esta es mi casa-insistió molesto.

-¿Quién es? ¿Un chico? ¿Has traído a un ligue?-parecía disgustado ante la idea.

-Papá, soy gay, creí que ya lo habíamos hablado, y lo más importante, soy un adulto, que vive en esta casa, y tú, otro adulto que no, estás irrumpiendo sin permiso-volvió a insistir, a lo cual el hombre se giró a verle, dejando de lado por fin las escaleras.

-Serás un adulto, pero todavía vives bajo MI techo-volvió a agitar el llavero-No me gusta que traigas a cualquier muchacho que te ligues en el pub ese de mala muerte al que vas-mostró su desagrado.

-¡No le conoces! ¡No puedes hablar así!-estaba indignado, Alex lo estaba escuchando todo, no era necesario faltarle al respeto así.

-¿No lo conozco? Pues preséntamelo-resolvió arqueando una ceja antes de cruzarse de brazos.

Hydrophobia - Fargexby AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora