Capítulo 9

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Al día siguiente sólo fuimos al hospital a buscar a Theo pues este ya estaba listo para irse a casa. Theo planificó una comida con los chicos en la casa. 

Cuando los 5 se reunieron en la sala, mi advertencia fue


-Anoche Eric y yo limpiamos la casa, así que espero que me dejen todo exactamente igual como está. Reluciente. Miren a su alrededor y sientan el aroma de limpieza que hay en este departamento. Theo, los zapatos ya sabes donde van; Max y Jai, no jueguen a tirarse comida; Ben y Eric no salten en los muebles. Gracias.


Por primera vez en todo el tiempo que llevaba conociendo a esos cinco, se comportaron como chicos normales, bueno, lo que pudieron, pues no pararon de gritar y hacer escándalo.

Al caer la tarde los chicos se fueron, tenían "asuntos pendientes".

Cuando Theo y yo nos quedamos solos en casa, el silencio que nos invadió fue increíblemente incomodo. Nos quedamos mirándonos el uno al otro como si fuese la primera vez que nos viéramos, el ambiente empezó a sentirse tenso, por lo que decidí romperlo.


-Theo, llama a tu madre, está preocupada, llamó varias veces anoche.

-Claro, enseguida lo hago ¿Me pasas el teléfono? 


Cuando caminé para pasar el teléfono, resbalé y caí encima de él. Nuestras respiraciones podían confundirse, sentía su aliento en mi rostro y no me incomodaba estar en ese estado. Estar tan cerca de él me permitió admirar el hermoso brillo que salia de sus ojos café, podía viajar a través de ellos. Todo mi cuerpo se ruborizaba cada vez que respiraba, su boca, su nariz, sus ojos, hacían un contraste perfecto para completar el momento que estábamos viviendo, deseaba besarlo, refugiarme en sus brazos y sus manos que acariciaban mi pelo, él parecía querer lo mismo, me tocaba con una sensibilidad que parecía ser tocada por el viento, besó mi frente, cerré los ojos ante aquél beso, luego acarició mi cara con una de sus manos, mientras que con la otra sostenía mi espalda, posó un tierno beso en mi mejilla derecha y suavemente iba bajando hasta mi boca, pero para suerte o desgracia sonó el teléfono para terminar con aquello que quizás nunca empezó.


Nos separamos rápido y Theo contestó.

-¿Si? ¿Quién habla?... Hola, estamos bien, en casa ¿ustedes?... me alegro, te paso a Shailene... Es tu papá.

Mis manos estaba temblorosas y mi corazón latía desesperadamente.

-Hola papá –contesté.

-Princesa ¿Cómo te sientes? Noto tu voz un tanto neviosa –dijo papá.

Le dirigí la mirada a Theo que tenía la vista al suelo y respondí

-Papi estoy bien, estás imaginando cosas.

-Bueno... Hija, debo pedirte un favor y no vayas a decirme que no.

-Dime...

-Mañana en la noche, hay un evento muy importante de la empresa, un baile para ser específico y mi presencia o la de algún familiar es indispensable y no podré ir porque se presentó un problema en el trabajo, entonces, princesa necesito que tu y Theo me representen allá.

-¿¡Qué!? –dije y miré a Theo de una manera amenazante.

-Por favor, Shai, no será un evento muy extenso, habrá muchos chicos de tu edad, además Theo irá contigo. Es algo vital para la empresa.

-¿En qué cosa me metiste? ¿Es obligatorio? 

-No es obligatorio, pero si necesario. Además ya confirme su presencia. ¿Cuento con ustedes?

-No debiste hacer eso, pero ya que no tengo otra opción. Esta bien, cuenta conmigo. Papá, te importa si hablamos luego, estoy un poco cansada. Le das saludos a Jane de mi parte. 

-Pon a Theo al teléfono, debo explicarle lo de mañana. Te quiero hija, y gracias se que nunca me fallarás –se despidió mi padre.


Hice lo que dijo, le pasé el teléfono a Theo y me encerré en mi recámara.

No podía creer lo que casi hacíamos. Mi cuerpo quería besarlo, pero mi mente me recordaba que él era mi tormento.

Olvidar que eres tu. #SheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora