Capítulo 12

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La noche anterior la pasé tomando té, por lo que estuve encaminándome de la cocina a mi recámara, la cosa estuvo tranquila. Theo no se hizo sentir toda la noche, era como su no hubiese estado allí. Me desperté tarde la mañana siguiente pues lo que no dormí en la noche, lo aproveché en la madrugada.

El aroma a Waffles hizo que despertaran mis ojos, mi nariz y por consiguiente mi estómago. Me lavé los dientes y fui directo al comedor, fue muy agradable lo que esperó en aquel lugar, Theo había preparado el desayuno.

-Buen día señorita ¿preparada para el manjar de hoy? -preguntó apartando la silla para que me sentara.

-¿Cual es el menú? -seguí su juego.

-¿Se podrá usted abstener a comerse estos Waffles con un exquisito jugo de Naranja? -dijo destapando el plato estaba frente a mi lugar en el comedor.

-!Me encanta la idea! -respondí con una sonrisa.

Desayunamos y por primera vez en mucho tiempo pasamos una mañana entretenida y sin peleas.


Pasamos toda la tarde en casa viendo películas, solos, sin sus amigos ni mis amigas, solo él y yo. Pero la inquietud de que Theo se estaba comportando muy bien conmigo no podía dejar que me quedara con la duda sobre que le había hecho cambiar tanto.

-Theo, tengo una pregunta que debe salir de mis labios antes de que me ahogue, pero por favor que esto no arruine la paz que nos está invadiendo -le dije mirándole a los ojos.

-Dime, te escucho. Estoy dispuesto a responder todo lo que preguntes.

-¿A qué se debe tu intento de ser amable conmigo?

-Bueno... voy a ser sincero contigo. Cuando fui a tu casa por primera vez, te encontré en la terraza muy cariñosa con un tipo que se presentó como tu novio. Me pareciste muy linda, hermosa para ser franco, pero "hueca" y disculpa la sinceridad ¿Cómo una chica de tu categoría podía estar con semejante fenómeno? No dudé que en pensar que ustedes ya habían pasado esa etapa de toqueteo y utilizaron el siguiente nivel, las relaciones sexuales, por lo que me atreví a argumentar que eras igual que las demás chicas de tu edad. Cuando nuestros padres decidieron que viviríamos juntos, lo que pensé fue que haría todo por hacerte la convivencia imposible. Pero cuando llegué esa tarde fría a punto de anochecer que te encontré en el pasillo del edificio tan frágil y en este mismo sillón con lágrimas en los ojos me confesaste que aun mantenías tu inocencia, decidí cuidar de ti para que ningún chico pudiera hacerte dañó nunca más y si me lo permites, Shailene, podré ayudarte a ser feliz -confesó dejándome completamente atónita.

-Theo yo...

-Perdóname por los malos ratos. Te prometo que ya no me verás tan desordenado, haré un esfuerzo, pues es algo que soy. Shai, ahora soy yo quien te quiere preguntar algo.

-¿Si?

-¿Qué pasaría si te dijera que siento cosas especiales en mi estómago cuando estoy contigo? -dijo sosteniendo mi mano.

-¿Qué tienes hambre? si puede ser que tengas hambre -bromeé.

Theo sonrió de lado y puso mi mano en el lado izquierdo de su pecho. Podía sentir sus latidos eran como una máquina de palomitas de maiz, su corazón saltaba fuertemente.

-Esto es lo que siento cada vez que estás conmigo, cada vez que pasas por mi lado, cada vez que sonríes, cada vez que me regañas. No se que es lo que me pasa contigo, no tengo nombre para ponerle pero si puedo decir que me gusta y quisiera que pudieras sentir lo que yo.

-Theo no se que decir -susurré.

-No digas nada y deja que tu corazón lo haga -y luego de decir esto puso su mano en mi corazón que latía igual o más rápido que el suyo.

Estábamos muy cerca, podía sentir su calor, él acarició mis mejillas que lo hicieron sonreír, al parecer me había sonrojado. Se me escapó una lágrima que mojó las mejillas que Theo acariciaba. No dijo nada, solo se limitó a abrazarme.

-Tengo tanto miedo -le dije al oído.

-No tienes por que, estoy y estaré siempre contigo -dijo terminado el abrazo y sosteniendo mi cara con sus manos.

-No creo que esto esté bien ¿Qué van a decir nuestros padres si se enteran lo que nos pasa? -le pregunté triste.

-No creo que tengan derecho a meterse con nuestras vidas, después de todo nos dejaron solos aquí y nos somos familia, somos un hombre y una mujer con un corazón, el cual responde al otro. No pienses en los demás hermosa, mira mis ojos y mira lo que te gritan -dijo tocando mi frente con la suya.

Tenía ganas de abrazarlo y no salir nunca de sus brazos, pero sabía que no era correcto. No podíamos traicionar la confianza que nos había dado.

-Esto no pude ser -me puse de pie antes de que me atreviera a besarlo.

-¿Qué es lo que no puede ser? -preguntó parándose frente a mi.

-Tu y yo... no! -respondí dándole la espalda.

-Si no quieres que haya un "Tu y Yo", perfecto, que haya un "Nosotros" -me dio la vuelta y me besó. Fue mágico.

Olvidar que eres tu. #SheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora