Capítulo 28

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Pasamos una semana allí sin que nadie nos interrumpiera ni supiera de nuestro paradero excepto los amigos de Theo, que fueron a visitarnos y a darnos noticias de lo que sucedía en USA. Tambien nos convencieron de que hicieramos una noche de películas por lo que se quedarían a dormir allá y se irían muy temprano en la mañana.


Al despertar del siguiente día, me di cuenta que Theo no estaba en la cama, me pregunté donde estaría pues no acostumbraba a levantarse temprano. Me di una ducha y salí a buscarlo.
Cuando bajé hasta la sala, una de las empleadas de la casa me saludó muy amable, como si me conociera de toda la vida.
-¿Ya se fueron los chicos? –le pregunté.
-Así es, el Sr. James dejó esto para usted –respondió pasándome una nota.
-Gracias Lucy, y no le digas Sr. James.
Ella sonrió y continuó sus labores. Cuando me quedé a solas me dispuse a leer la nota de mi novio.
"Bonita, ve hasta el lago que queda detrás de las caballerizas, te tengo una sorpresa"

Seguí sus instrucciones y fui hasta el dichoso lago. Al llegar me encontré a Theo sentado en un bote.
-¿Que haces ahí? –le pregunté.
-Ven conmigo, iremos a navegar un rato –me mostró su blanca sonrisa.
-No –dije cabizbaja y casi en un susurro.
-¿Como? –preguntó al no haberme escuchado.
-No subiré a ese bote.
-Pero ¿Por qué? Es hermoso y solo será un rato, ademas tenemos que salir a despejar la mente, no podemos estar encerrados.
-Si quieres ve tu, yo te espero en la casa –dije y me di la vuelta para irme del lugar.
-¡Espera! –gritó desde el bote.
Salió del agua y fue conmigo.
-¿Qué sucede princesa? –preguntó abrazándome.
-No es nada –respondí aferrándome a su pecho.
El sostuvo mi cara entre sus manos haciendo que lo mirara a los ojos.
-Dime que sucede.
Dude por un momento, pero luego me di cuenta que si no le decía el de todos modos iba a enterarse.
-Le temo al agua abierta –dije cubriendo mi rostro con mis manos por vergüenza.
Theo sonrió y dijo:
-¿Eso era lo que no me querías decir?
Asentí tímidamente.
-Bonita, no tienes por que temerle al agua, no pasará nada, estás conmigo.
-Es que no sabes...
-Pues cuéntame –dijo sentándose.
Me senté junto a el y empecé a contarle la razón de mi fobia.
-Cuando tenía 12 años, fuimos de vacaciones a un hotel. Estando allí a papá se le ocurrió la idea de que fuéramos a navegar en el yate de mi abuelo. Mamá no quería pero por mi insistencia y la de mi padre terminó accediendo. Cuando estábamos en el yate, me acerqué para ver la presión que hacía el motor del yate al agua, me dio un mareo y caí al agua, estuve apunto de ahogarme si no hubiese sido porque mi papá me salvó. Hubiese muerto allí Theo... –le conté provocando que el recuerdo hiciera que las lagrimas bajaran por mis mejillas.
-Tranquila bonita... estoy aquí contigo, no te va pasar nada. Pero tienes que perder ese miedo. Vamos te ayudaré a que lo pierdas.
-Pero Theo...
-pero nada. Vamos, arriba. Subamos al bote.

Theo terminó por convencerme de subir al dichoso bote con el, por una parte estaba feliz por estar con el, pero por otra estaba aterrada de que se repitiera la historia.

Olvidar que eres tu. #SheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora