Medita con sumo cuidado Luz en el interior de aquella esfera de luces de colores que muestran su mundo, alarga la mano apuntando con su dedo diferentes lugares, a su señal, los datos fluyen como en cascada inagotable de información: ciudades, población, ejércitos desplegados, lugares estratégicos... y con gran interés, va asimilando todo aquello que se le muestra, adquiriendo una comprensión global del todo en él, para ir hilando en una sucesión de acontecimientos que marcarán su estrategia y definirán el resultado final deseado.
—Ya hemos iniciado el traslado de los japoneses a nuestras bases, se está realizando de manera ágil y efectiva. Está todo preparado para el inicio de la instrucción y preparación de los que vayan viniendo —Regresa Luzilda informando de las actuaciones iniciadas—. Me parece una medida muy acertada, de esta manera, la relación y la confianza entre nosotros y los japoneses se fortalecerá y harán más sencillas las relaciones futuras.
—Me alegro —susurra Luz mientras permanece perdido en sus pensamientos, buscando el punto exacto desde comenzar todo, la primera ficha de dominó que arrastre del resto—. ¡Sombra...! —Se recupera en un grito espontáneo.
—¿Cómo? —Se revuelve la mujer contrariada—. No te entiendo....
Pero Luz parece no prestarla atención e insiste en sus gritos.
—¿Sombra estás ahí?, responde. No estoy para juegos... —recalca cada vez más alterado.
«¡Ah! Ahora me buscas, solo cuando me necesitas. Pues no cuentes conmigo, me dijiste que estuviera una semana callado y eso es lo que voy a hacer, quedarme aquí en silencio sin hacer ni decir nada. Para que aprendas a tratarme con respeto», ofendido responde en un pensamiento.
—¡Sombra te repito que no tenemos tiempo para tonterías! ¡Te exijo que salgas y me atiendas! —se reitera enfadado.
«¡No!»
Grita y patalea entre maldiciones Luz, ante la mirada atónita de aquella mujer que no comprende como al demonio al que tanto admira, le dan esos arrebatos de locura mientras habla y discute acaloradamente consigo mismo.
—¡Sombra...! —gruñe el hombre como si estuviera endiablado.
«Está bien... saldré y haré como si nada hubiera pasado, pero solo si te disculpas y me presentas formalmente a tu nueva amiguita».
—¡Sombra...! —Trata de controlarse Luz—. De acuerdo, está bien. Mi estimado y único amigo, te pido con toda humildad que me perdones por haberte tratado con malas maneras y te doy mi palabra de que intentaré no volver a hacerlo. ¿Satisfecho?
Del interior de Luz, en similar forma, va saliendo una figura humana que busca para plantarse frente aquella mujer, que lo observa atónita al darse cuenta de que el demonio no estaba loco y realmente hablaba con otro ser en pensamientos.
—Luzilda. Este es Sombra, mi inseparable sombra, mi más y mejor amigo, mi aliado más fiel y el sinvergüenza más grande que podrás echarte a la cara —sonríe en una mueca forzada—. Te aconsejo que no te fíes de él o terminará por embaucarte y aprovecharse de ti.
—No le hagas caso, madame, solo me tiene envidia —recoge, en una explosión de sensaciones, la mano de la dama para besarla con efusividad—. Enchanté de vous rencontrer, mon amour —saluda con galantearía.
—Tout le plaisir est pour moi, monsieur —le responde coqueta.
Continúan en un despliegue de mutuas adulaciones y con extrema confianza que poco a poco, van encendiendo y encelando a Luz.
—¡Bueno, ya! Terminen con sus tan empalagosas verborreas. No hemos venido aquí para flirtear y entablar relaciones —termina por estallar Luz—. Si todavía no se han enterado, tenemos una guerra que organizar y ganar. Si fuerais tan amables, os agradecería a ambos que me prestéis toda vuestra atención...
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Luz-Bel III
RandomLuz-Bel, afligido por la corrupción con la que se gobierna el Infierno y la deriva a la que se precipita, tras conocer a Mon, una humana revolucionaria que planea un levantamiento por las malas condiciones en las que viven los de su especie, propond...