XVI Propuesta

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«Pero lo más importante, al menos en lo que nos afecta en estos momentos, es que, aunque nuestra avanzada tecnología podría darnos la posibilidad de desarrollar armas tan poderosas que nos sería relativamente fácil vencer a cualquier oponente que quisiéramos; nuestra capacidad para la investigación y fabricación de cualquier tipo de armamento está limitado al uso de armas cortas y de asalto. Por lo que hemos desarrollado un fusil láser muy efectivo, incluso contra tanques y carros de combate, pero que por su limitada potencia frente a otro tipo de armas pesadas, nos convierten en una presa fácil para cualquiera de nuestros competidores.

»En la actualidad, contamos con un cuerpo de seguridad de cien mil efectivos bien armados y pertrechados, cuyo único objetivo es garantizar la estabilidad interna, pero sobre todo, el control y vigilancia de nuestras fronteras, estando preparados para cualquier eventualidad que nos pusiera en peligro desde el exterior.

»Para protegernos de nuestros enemigos hemos levantado un enorme escudo energético capaz de soportar, hasta ahora, cualquier tipo de ataque conocido. Y aunque hemos sufrido algunas oleadas de Fanáticos y algunas que otras de Revolucionarios, hemos sabido protegernos con eficacia en todos los casos, mejorando nuestra capacidad defensiva con cada ataque sufrido.

»Además, el Programador, anuló toda capacidad de análisis y desarrollo de estrategias de ocupación y expansión militar en territorios ocupados por otros seres considerados inteligentes, entre los que entendemos entran los irracionales Fanáticos. En este sentido, y esto es muy importante, nuestra capacidad diplomática queda limitada, en exclusiva, a convenios de colaboración y no agresión, como el que firmamos con la Teocracia, y de otro tipo de acuerdos de asistencia a grupos disidentes que tengan cuyo objetivo principal la emancipación de sistemas opresores».

—¡¡Buf!! —prorrumpe de manera inconsciente Luz en una larga y sonora onomatopeya de cansancio que acalla en seco a la oradora—. Disculpa... —trata de buscar alguna justificación al comprender el desprecio que ha cometido.

—No importa —resuelve la mujer con cierto aire molesto por la desconsideración y falta de respeto—. Ya había terminando.

—Me parece muy interesante lo que me estás contando, en serio. Es que no sé que tengo que ver yo en todo esto.

—Pues, que serán datos que necesitarás saber si... —detiene la explicación la mujer.

—¿Si qué?

—Si vas a ayudarnos.

—¿A qué? ¿Y por qué debería hacerlo?

—Porque nosotros podemos abrir un portal como por el que entraste aquí y que te llevaría directo a tu padre.

—¿Puedes? —Tensa Luz todos sus músculos ante la posibilidad de poder acceder de inmediato a él.

—Sí —responde con rotundidad la mujer—, podría en este mismo momento.

—¡Hazlo! —reclama autoritario Luz.

—Primero tendrás que ayudarnos tú a nosotros. Quid pro Quo —eleva el tono la mujer, poniéndose a la misma altura, en cruce de miradas desafiantes.

—¡Haber empezado por ahí! ¿Qué quieres? Dime rápido y solucionémoslo más rápido todavía, no perdamos el tiempo.

—¡Tranquilo, león! No vayas tan rápido, no creas que te va a ser tan fácil... —Sonríe la mujer mientras pasa una mano por la nuca del varón, acariciando su pelo—. Ven, siéntate aquí y déjame que te muestre, arrastra una silla y sienta a su invitado frente a la gran pantalla que muestra en un tablero el mapa de mundo y las posesiones de las diferentes facciones en liza.

Luz-Bel IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora