20 Peras en conserva

99 18 15
                                        

Albert estaba buscando un regalo especial para su hermano menor que pronto se casaría y a su lado estaba Mycroft acompañándolo en su búsqueda. Ahora se hallaban en una feria artesanal de todo de tipo de productos para el consumo. Había conservas y toda clase de dulces por lo que el hermano de Sherlock se aseguraba de revisar todas las etiquetas para cerciorarse de que ninguna tuviera tanta azúcar. Ya que sabía lo que pasaba cuando el detective consumía demasiada azúcar además de que William se ponía muy inquieto cuando en su cuerpo había mucho dulzor.

-¿Cuál puede ser el indicado?- dijeron ambos y se rieron al estar pensando en lo mismo.

-Yo creo que lo que se vea más natural, ¿Qué te parecen esas peras en conserva?- le dijo Albert con elegancia a la vez que apuntaba ese producto.

-Me parece bien, hoy toca reunión de hermanos y sé que quieres destacar tanto como Louis.

-Esos dos tienen una relación mucho más cercana que la mía y la de Will.

-Yo me llevaré a Sherly para que no los importune.

-Nuevamente te lo agradezco. Es bueno tener una reunión a solas con mis hermanos.

-Seguramente tienen mucho que contarse y yo debo amenazar... es decir aconsejar a mi tonto hermano menor.

Albert se río con ganas pues estaba seguro de que Sherlock no escucharía nada de lo que Micky dijera. Tal vez por eso se llevaba bien con este pues ambos podían sacar de sus casillas a Mycroft. De vez en cuando salían a tomar una copa de vino y William al principio manifestó desconfianza, pero después aceptó la amistad que existía entre esos dos.

Una vez hicieron la compra guardaron el frasco en una bolsa de tela que tenía un dibujo hecho por Albert que había probabilidades de que fuera un gato. La hizo en un taller de manualidades al cual asistió con sus hermanos.

Albert agradecía menormente poder ser llamado hermano mayor de esos jóvenes tan elegantes y talentosos. Quiso ayudar a William con su carrera de actuación, pero este prefirió hacerlo solo, pero apoyado por Sherlock. Aquello hirió un poco su sensibilidad, pero supo aceptarlo y le manifestó todo su apoyo de otras maneras.

Ahora estaba listo para asistir a la reunión de hermanos que sería en la casa de William pues era un punto medio entre la pastelería y la mansión Moriarty. Una vez allá con su regalo que seguramente sería eclipsado por el de Louis sonrío de la mejor manera en la que era capaz.

En efecto Louis llego con un delicioso pastel de crema que opaco las peras en conserva que trajo Albert. Sin embargo, William probó primero el regalo de su hermano mayor.

-Will...- dijo conmovido Albert

-Están deliciosas, muchas gracias.

Louis un poco celoso partió el pastel y con algo de brusquedad le dejo su porción a Albert quien tuvo que reprimir una pequeña risa. Pues esto le recordaba otros tiempos en los que ambos competían por la atención de William. Albert idealizaba mucho a su hermano menor llamándolo incluso su salvador, unido redentor para la miseria emocional que vivía el primogénito de los Moriarty allí en esa casa.

-Muy bien, Louis cuéntanos como te va con Moran- dijeron ambos de manera amenazante.

-Sebas es muy dulce y preocupado. Se encarga de todo para que yo pueda jugar con francotirador.

-¿y el anillo para cuándo?- le pregunto maliciosamente Albert para devolvérsela.

Si Louis hubiera estado bebiendo algo seguramente lo habría escupido y su rostro se tornó de color carmín. Sentía mucha vergüenza pues en realidad su pareja no había dado ese paso todavía. A pesar de lo grande que era Moran en realidad era bastante tímido y cada vez que lograba juntar el valor para hacer la propuesta algo pasaba que lo hacía desistir.

-No hay que presionarlos, cuando estén listos podrán afianzar sus lazos- dijo William.

-Lo dice quien estuvo planeando lo de los fuegos artificiales por tres meses- señalo Albert mientras comía una pera en conserva- están deliciosas.

-¿Tú como sabes eso?- le preguntó William.

-Bond me cuenta muchas cosas después de que le diera el mejor vino para Moneypenny.

-Volviendo al punto... ¿debería proponerme yo?

- No y no, no dejaremos que nuestro hermanito se ponga en bandeja de plata para ese infeliz.

-Creo que lo haré de todas formas, yo lo amo y él me ama no debería importar quien lo diga.

-Está en su fase rebelde- dijeron los otros dos mientras se abrazaban melodramáticamente.

Siguieron comiendo y divirtiéndose pues así debían ser las reuniones de los hermanos Moriarty excluyendo al otro William pues ese no le agradaba a ninguno de los tres.

Mientras tanto Mycroft y Sherlock estaban teniendo una conversación profunda acerca de sus parejas en un restaurante.

-¿Y el anillo para cuándo?- le preguntó el detective en todo de burla pues a pesar de que Mycroft ocupara un buen cargo en el gobierno no juntaba el valor para proponérsele a Albert.

-A ti te lo facilitó él así que no eres quien para hablar- le dijo con tono arisco

-Son personas diferentes, pero si realmente te sientes así por él deberías juntar el valor y decírselo estoy seguro de que aceptará.

-¿Quién lo diría? Sherlock Holmes dando consejos de amor.

-¡Es la última vez que te ayudo!- le dijo mientras hacía una mueca ofendida. 

FrutalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora