24 Mermelada de mora

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William se despertó muy temprano ese día, abrió los ojos lleno de terror a eso de las cuatro de la mañana. Tanto que hizo que Sherlock dejará los brazos de Morfeo y lo abrazara un poco soñoliento. Acaricio sus cabellos dorados y le susurró que todo estaría bien pues no era más que una pesadilla. Las lágrimas del actor empaparon el pijama del detective, sentía tanta culpa como si hubiera cometido un pecado enorme.

-Ya, todo está bien. Estoy aquí contigo.

-te hice sufrir mucho Sherly... no quiero hacerlo otra vez- le dijo con la voz quebrada.

Aún quedaban restos de aquellos días en los que William descuido tanto su salud que incluso llegó a ser ingresado en el hospital. Su piel en ese tiempo era pálida y su aspecto no era el mejor pero aún así insistía en realizar su trabajo. La calidad de su actuación seguía intacta por lo que nadie pudo notarlo y el detective tenía muchos casos por esa época.

Por esto le costó darse cuenta de lo que le pasaba a su pareja, pero una vez se percato se sintió tan culpable que lloró amargamente. Pero estaría ahí por y para él, así como este lo ayudo en su incipiente adicción a los calmantes que le brindaban paz en medio de su bulliciosa mente.

Fue una época bastante oscura, pero ambos fueron la luz del otro en esos momentos de necesidad. Una vez estuvo más calmados los dos intentaron conciliar el sueño pues era muy temprano. Estuvieron abrazados dándose calor en esa fría madrugada de invierno sabiendo que no había mejor lugar para ellos que en los brazos del otro.

-Sherly gracias por amarme- susurró desde el fondo de su corazón.

-Gracias a ti por estar conmigo, Liam- le respondió en sueños.

Cuando despertaron tuvieron una buena noticia de parte de Jack quien señalo que la agenda de William estaba liberada.

-Usa este tiempo para ti- le dijo su manager.

Entonces a Sherlock se le ocurrió una idea y movió todos sus casos para el día siguiente pues quería tener una cita con su amado Liam. Este lo reprendió por su actitud irresponsable, pero en realidad estaba muy contento, así que juntos planearon a donde irían. Decidieron que comerían fuera así que alimentaron a sus mininos antes de salir.

Habían pasado varias cosas desde hace unos días, los Watson tuvieron a su hija y se encontraban muy felices. Louis se había ido de viaje con Moran y efectivamente se pidieron matrimonio mutuamente. Moneypenny quedó embarazada de Bond y el rubio no podía estar más feliz. Irene logró conquistar a miss Hudson y ahora eran novias. Billy se reencontró con un viejo amigo y Fred seguía ayudando en el refugio de gatos.

-¿Dónde te gustaría desayunar Liam?- le dijo mientras terminaba de atarse el cabello y afeitarse su incipiente barba.

-Me gustaría la pastelería de Louis, pero todavía no regresan- señalo risueñamente.

-Conozco un lugar muy bueno cerca del parque

-Vamos allá entonces, señor detective.

-Por supuesto mi señor del crimen.

-¿No dejarás de llamarme así?- le dijo con diversión.

-Me encanto como te viste vistiendo aquella capa, tan sexy

-¿ahora me dirás que te gustaría tomarme en ese traje?

Sherlock enmudeció y William entonces se dio cuenta de lo que dijo por lo que en sus mejillas se vio un pequeño rubor.

-Bueno ¿nos vamos?- carraspeó el rubio.

-Sí, y sobre lo otro... ¿es una oferta?- le dijo sugerentemente

-No lo sé, usted es el detective averígüelo -pronunció con un tono como si se tratase de seda.

Sherlock fue entonces a la caza de esa boca impertinente y seductora logrando su cometido de besar aquellos labios. Al parecer la sombra de la pesadilla se había ido completamente y fue reemplazada por la calidez del amor que se profesaban esos dos.

Después de terminar de alistarse dejaron el departamento para dirigirse al restaurante para desayunar. Todo estaba decorado hermosamente con linternas de varios colores. Se dirigieron a una mesa vacía y se dispusieron a ordenar.

-Este menú es exquisito, estoy seguro de que a Bond le encantaría- comentó William.

-De nuevo hablando de él, esta es nuestra cita-le dijo Sherlock con el ceño fruncido.

-No puedo evitarlo ya que paso mucho tiempo con él ¿celoso Sherly?

-Te seré sincero: Mucho- admitió el detective.

-Oh Sherly, sabes que solo te amo a ti. ¿Viste esta tostada con mermelada de Mora?

-Se ve deliciosa, pediré una también. ¿te parece acompañarla con café?

-Ningún café es mas delicioso que el tuyo, Darling

-¿Quieres que te bese aquí y ahora?

-Por supuesto- entonces cerró sus ojos para disfrutar más del contacto.

Algunas personas se quedaron mirando, pero eso no les importo y siguieron en lo suyo disfrutando del roce de sus labios.

-¿Están listos para ordenar?'- dijo una señorita con cierto rubor en sus mejillas al observarlos.

-Sí lo siento, queremos tostadas con mermelada de mora y dos tazas de café , por favor- señalo Sherlock.

-Enseguida-dijo ella pensando en si debía pedir un autógrafo o no

Después de un rato les trajeron su pedido y lo disfrutaron pues en realidad si era un gran lugar para comer. Una vez listos se dirigieron al siguiente lugar de su cita pues tenían todo el día libre gracias a Jack.

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