19 Pudín de mango

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William y Sherlock tenían mucho que planear acerca de su boda, los trajes y las invitaciones daban mucho trabajo. El rubio estaba muy estresado, pero lo sabía ocultar muy bien, aunque no tanto como para ser capaz de engañar a su prometido.

-Liam si lo deseas puedo encargarme yo de todo.- le dijo mientras lo veía leer varios sitios web para bodas.

-Sherly no es correcto que cargues el peso de los dos, no dejaré que lo hagas de nuevo.

-Te dije que lo hice y lo hago por amor. Además, por si te lo preguntas lo seguiré haciendo hasta que mi corazón deje de latir.

-Alguien se puso romántico- dijo Liam en un intento de ocultar lo feliz y avergonzado que estaba por esas palabras.

-Por ti Liam, soy capaz de decir hasta la más grande cursilería de todas- confesó Sherlock mientras le guiñaba un ojo.

-Mr. Holmes ¿puede besarme en este momento?- preguntó mirándolo de tal manera que hizo que Sherlock sintiera que su cuerpo se quemaba.

-Por supuesto.

Entonces se encargo de complacer el deseo de su pareja y próximamente esposo. Su contacto fue dulce y William coloco sus brazos alrededor del cuello de este. Se hubieran seguido besando de no ser porque el teléfono de Sherlock comenzó a sonar anunciando que tenía trabajo que hacer.

-Pero es domingo y temprano en la mañana mas encima- se quejó el detective mientras sacaba su celular desde su bolsillo.

Se trataba de una anciana a la que le habían robado su gata siamesa y lo único que dejaron los captores fue una nota en la cual señalaban que debía tener una cita en tal lugar en una hora especifica. La distinguida dama era una antigua cantante de ópera divorciada, pero con una belleza envidiable. Ella tenía sus sospechas de quien pudo haber sido, pero necesitaba que alguien lo confirmará.

-Está bien señora Dolores iré enseguida a buscar pistas en la escena del crimen- dijo Sherlock.

La mujer le agradeció y le dijo que lo esperaba a las doce del día además que parecía que era una clienta bastante estricta. Pues le señalo que lo esperaba puntual y por cada minuto que se tardará la recompensa sería menor.

-Clienta difícil ¿eh?- dijo William que era experto en reconocer las expresiones de su prometido.

-Bastante, pero si quiero darte la boda que mereces debo esforzarme.

-Querido ya te dije que no es necesario que te sacrifiques tanto por mí.

-Por ti Liam saltaría de un puente- le dijo mientras le guiñaba un ojo.

-Nunca hagas eso por favor.

-La vida sin ti no es vida Liam- expresó seriamente.

-No podría soportar la idea de que llegues hasta ese punto por mí- le respondió

Entonces se miraron de tal manera que sintieron escalofríos recorrerles las espaldas y se hubieran amado una vez más, pero Sherlock tenía que salir en ese momento..

-¿Me extrañaras Liam?

-Por supuesto, pero ahora vete.

Luego de que se dieran un último beso el detective fue a la casa de la señora en su motocicleta. Allí reunió toda la información posible y solo bastaba confirmar sus hipótesis, para esto tramo un plan con la dama y lo puso en marcha. Primero hizo una llamada a Lestrade quien estuvo más que gustoso de ayudarlo pues así podría quedarse con el crédito de resolver el asunto. Este se comunico con un tal Señor Morris que había caído en desgracia después de comprarle regalos caros a la ex cantante de ópera. Al parecer este estaba enamorado de ella desde que escucho su voz en grabaciones y añoraba que esta se acercará a él.

Después de una conversación en donde se le acusaba de varias infracciones a la ley aquel hombre aceptó devolver a la felina. La señora Dolores estaba muy contenta cuando su mascota le fue devuelta decidiendo que además de su recompensa también le daría un pack de pudines de mango. Aquellos eran de mucha calidad y seguramente le gustarían a Liam pues este era un fanático de las cosas dulces.

Llegó a su casa y lo encontró mirando lugares para la luna de miel, lo saludo con un beso y le dijo que podía descansar para comer el delicioso postre.

-Liam podemos escoger juntos el lugar después.

-Pero Sherly hay tantas opciones y quiero que sea perfecto- le confesó

-No te preocupes, si es contigo cualquier lugar será perfecto.

-No puedo esperar que te conviertas en mi esposo, eres tan dulce que me hace pensar que debí hacer algo muy bueno para tenerte como mi pareja.

-Con solo existir ya haces mis días una delicia.

Entonces fueron a sentarse a la mesa a degustar el pudín de mango y como Sherlock predijo a Liam le encanto probarlo. Después de comer decidieron que lo mejor sería ver una película para distraerse de los planes de boda. Se acurrucaron junto a Ecuación y Algoritmo que se encontraban en el sillón.

-Me encanta como actúas en esta película- le dijo con dulzura a su prometido.

-Lo sé, pero ya es como la quinta vez que la vemos.

-No puedo evitarlo, verte actuar de esa manera usando tu cuerpo para luchar es muy sexy.

William lo miró avergonzado, pero sumamente feliz y le beso en la mejilla, así pasaron el resto de la tarde mimándose.

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