La luz del sol reluciente y abrasador de México despertó a Clara hundida de lleno en su almohada. Parecía no haber dormido tan mal, recordando su conversación consigo misma la noche anterior. Unos toques en la puerta la hicieron salir de la cama, estirando sus agarrotados músculos por dormir en posición fetal. Una costumbre que no soltaría por muchos años que pasaran.
Al abrir la puerta encontró a Alejandro, con su bolso en su mano. Ese que le quitaron los secuaces de Valeria. Dio por perdidas sus pertenencias, como tantas otras veces que le robaron en la ciudad.
— Lo encontramos en casa de Valeria. Se me olvidó dártelo hace unos días.
Clara cogió la bolsa de tela, inspeccionando el interior. No faltaba nada, para su alivio.
— No sé cómo agradecértelo, Alejandro. Lo daba por perdido.
— No hay que darlas mija, para eso estamos. A cambio, dalo todo en tu primer día siendo una Vaquera, ¿de acuerdo?— La morena asintió con una sonrisa—. Bien. Nos vemos esta tarde.
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Clara se dejó caer al suelo, de rodillas, soltando un suspiro de puro agotamiento. Supo que las fuerzas especiales no serían moco de pavo, tampoco se esperaba que tuviera esas pésimas capacidades físicas y el poco aguante de un trote ligero durante unos pocos minutos.
Acababa de empezar un circuito de obstáculos junto a Storm, él completándolo sin apenas dificultad. Ella no. Su pésimo estado de salud le estaba pasando factura en un momento crucial. Y lo peor, se sentía completamente avergonzada bajo la atención del coronel.
Alejandro la contempló preocupado. Puede que Clara no fuera la solución definitiva para capturar a Valeria. Por ahora la chica solo había servido para distraer a Soap y otros hombres de la base, extrañados de que alguien como ella estuviera rondando por los campos de tiro.
Se acercó a ella, queriendo preguntarle por su estado.
— Clarita, ¿estás bien? —La respuesta probablemente sería negativa. El color había desaparecido de su rostro, quedando el rojo de la sangre circulando a toda velocidad por sus mejillas.
No se encontraba bien, y no entendía por qué. Negó con la cabeza, no podía hablar por la sequedad de su garganta y le zumbaban los oídos no pudiendo oír ni sus propios pensamientos. Una sensación equiparable a un orgasmo, solo que sin las endorfinas saliendo a borbotones de la corteza cerebral.
— Ven, vayamos a la enfermería —sugirió él ayudándola a levantarse pasando un brazo por su espalda.
Ella quiso oponerse, porque sabía que los análisis de sangre mostrarían pésimos resultados por el estrés y su pobre alimentación. No pudo, Alejandro la arrastró hacia el cuartel general, dejándola sobre una camilla segundos antes de perder la conciencia sobre la tela blanca que la cubría.
No despertó hasta que notó un pinchazo en su brazo, una mujer por lo menos diez años mayor que ella estaba sosteniendo un tubo que se llenaba de su sangre a cada segundo. Las agujas siempre le resultaron hipnóticas, se acostumbró a ver el líquido escarlata fluyendo fuera de sus venas e incluso le podía llegar a parecer relajante. Era sangre, y no una proveniente de heridas graves, por lo que no suponía un peligro visual para ella.
— Vaya, has vuelto —dijo ella con amabilidad—. Tranquila, es normal los primeros días...
— ¿Dónde está Alejandro? —La interrumpió Clara.
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𝖘𝖎𝖉𝖊𝖗𝖆𝖑
Diversos꧁•⊹٭Ghost x fem!OC٭⊹•꧂ "Las Almas necesita soldados, no sicarios; y Clara es de las mejores que tengo"- Alejandro Vargas. Portada en proceso... 🥇- 1 en #ghost 🏅- 9 en #español 🎖️- 1 en #sas 🥇-1 en #soldados
