Sus ojos se abrieron de sopetón y la luz amarillenta de aquel lugar la cegó por unos segundos. Pestañeó intentando enfocar su visión y vio sus manos sucias en primer lugar. Disparó ambas extremidades a su cuerpo para ver si tenía ropa puesta y deducir qué había pasado o dónde diablos estaba. Soltó el aire aliviada al sentir las prendas que llevaba previamente cubriendo su cuerpo.
Se limpió las manos en los pantalones e intentó enderezarse, pero una sensación de inestabilidad la sacudió dejándola mareada. Escuchó a lo lejos unas puertas cerrándose, y observó sus alrededores buscando una forma de orientarse en aquel lúgubre agujero. Al mirar al techo la luz volvió a hacerla cerrar los ojos con molestia. No recordaba que nadie en Las Almas la secuestrase ni cuánto tiempo llevaba allí; ni siquiera si era de día o de noche. Lo que sí sabía era que esto no era una base militar, era un lugar abandonado y remoto en el que no contaba con ayuda.
El repiqueteo de gotas de agua cayendo de las tuberías que bajaban del techo la hipnotizó unos segundos. Allí hacía frío y su piel se lo recordó erizándose todo lo que pudo involuntariamente. El olor a moho y humedad invadió sus sentidos que se afilaban cada vez más, y una arcada sacudió su cuerpo haciéndola caer hacia delante. Por lo que supuso, su estómago estaba completamente vacío al no poder evacuar nada más que bilis que le abrasó la garganta. Tosió y el sonido de su voz ahogada hizo eco en los pasillos de la prisión. Al oírlo, Graves sonrió de medio lado y se dirigió allí.
Clara creyó escuchar los lloriqueos de Storm, aunque no lo veía a su alrededor. Giró su cuerpo y lo vio en una esquina tembloroso y agazapado. Él solía ser valiente y defender a su dueña ante toda adversidad, pero ahora parecía un cachorro asustado al que habían torturado para que no volviera a sacar sus instintos más salvajes en defensa de la mexicana.
— ¿Storm? Chico, ¿qué te sucede? —musitó acercándose a él cautelosa, pues sabía que podía llevarse un mordisco por acto reflejo.
El perro echó las orejas hacia atrás y abrió la boca mostrando los dientes, por lo que Clara reculó y se pegó a la pared. No la reconocía, ni por su voz ni por su olor. No lograba comprender qué podían haberle hecho para alterar su conducta de esa manera.
Contuvo el aliento al abrirse la pesada puerta de la celda. Reconoció ese pelo rubio ceniza y esos ojos llenos de pura maldad. Philip Graves.
— Señorita, qué bien verte despierta. ¿Cómo te sientes?
Clara arrugó la frente ante la pregunta. ¿Qué respuesta esperaba?
— ¿Qué le habéis hecho?
— ¿A qué te...? Oh, el perro. Digamos que está en pleno viaje, y tardará en volver. Yo que tú no lo tocaría —dijo con una sonrisa siniestra. El muy cobarde no entraba a la celda por ese motivo, así que se mantenía en la puerta.
— ¡Desgraciado hijo de puta! —gritó queriendo levantarse, sin éxito por la falta de alimentos.
— Calma, Vaquera. Guarda fuerzas, las vas a necesitar para defenderte de tu amigo perruno.
Ese era el plan. Alterar la conciencia de Storm y ver cuánto aguantaba sin matar a Clara entre esas paredes frías y con la pintura descascarada. Todo el color desapareció de su piel, si es que le quedaba. Al percibirlo Graves, soltó una risa amarga y cerró la puerta. A continuación apagó la luz, dejándola más indefensa si cabía ante un posible ataque del animal, y el miedo la inundó cerrando su garganta y creando en su pecho una pesadez que le impidió respirar normal.
No podría haber imaginado una peor manera de morir que devorada por su fiel amigo, y los remordimientos por haber caído tan fácilmente en este embrollo le pesaron como nunca antes. Cerró los ojos y se hizo un ovillo en el suelo rugoso de aquella celda, desesperanzada y ansiando un final que acabase con toda esta tortura más pronto que tarde.
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𝖘𝖎𝖉𝖊𝖗𝖆𝖑
Casuale꧁•⊹٭Ghost x fem!OC٭⊹•꧂ "Las Almas necesita soldados, no sicarios; y Clara es de las mejores que tengo"- Alejandro Vargas. Portada en proceso... 🥇- 1 en #ghost 🏅- 9 en #español 🎖️- 1 en #sas 🥇-1 en #soldados
