Cap 24. - Donde alguna vez hubo un nosotros.

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Vinnie: 

— Este es el momento en que te cubro los ojos. —le digo a Lucas ya estando dentro del auto. El en cambio no dice nada, dejándose hacer tranquilamente y yo me quedo mirando su rostro cuando cierra los ojos, repasándolo.

— ¿Besito? —Lana se asoma entre los asientos y yo me sobresalto.

— No. Deja de ser tan chismosa, boba. —bufo, apartándola para luego vendar los ojos de Lu y tras asegurar con el cinturón de seguridad a todos, arranco el auto.

...

— Me dijiste que apenas se recuperase querías traerla aquí, ¿cierto? —desato la venda con cuidado, dejándola caer a un lado y Lucas repasa de un lado al otro la extensión cristalina y azul del mar.

— Es... —él traga grueso— es la primera vez que los niños vienen a la playa. —es lo único que dice entre un leve susurro y yo asiento, sacando a los nombrados del auto, que se quedaron dormidos en el camino, mientras Lucas se toma su tiempo.

— Los regalos... son cosas que le gustaban a ella, o al menos la mayoría de las que me acuerdo. Yo... —le digo a Lu tras acomodar a los niños, pero él no me presta atención, de hecho, parece estar absorto en sus pensamientos.

— ¿Hice mal en traerte aquí?, lo siento si es así, yo... bueno, quería, es decir... —me trabo torpemente, no quería empeorar todo. 

— Vinnie, por favor deja de... solo haz silencio. —masculla Lucas con cierto tono agresivo que me hace callar al instante.

Él se incorpora y solo lo sigo con la mirada, él ni siquiera me mira en ningún momento.

— No voy a actuar como si me sintiese bien con todo esto, ¿comprendes?, es decir, claro que lo aprecio y es un detalle muy lindo de tu parte, pero l-la... e-extraño, y d-duele como no te haces una idea, así que por... f-favor no pretendas que voy a estar con una sonrisa en el rostro todo el día como si todo este circo fuera una grandiosa idea porque lo único que veo es a ella y lo único en lo que puedo pensar es en lo decepcionada que debe estar de mí.

— A decir verdad son pocas las ganas que me quedan de seguir aquí, ni siquiera yendo a terapia puedo... no puedo... —su voz flaquea— e-estoy h-harto. Solo estoy aquí, siendo carga para todos, para ti, incluso para los niños que tienen que soportar todo nuestro drama familiar. Y es... no se supone que deba ser así, pero ya n-no sé qué hacer.

— Me siento agobiado, perdido, un completo inútil, y quisiera... quisiera llegar a casa y poder recibir un abrazo suyo una última vez. Escuchar como me arrulla como si fuera un crío, su voz... oh, Dios mío, su voz se oye borrosa en mi cabeza y eso me está volviendo l-loco. Y ya no quiero sentirme así, ya no... y-ya no quiero. No estoy bien, no voy a actuar como si así fuera, mucho menos pretender que soy fuerte porque n-no lo soy, soy un bueno para nada que solo empeora más las cosas, y aún así me doy el lujo de quejarme. Soy un idiota.

— Por mi culpa ella está... ya no esta, y ella tenía... tantas ganas de verme formar una familia, Vinnie. E-Ella... —él se cubre la boca cuando suelta un sollozo con fuerza, quedándose en silencio mientras sus hombros suben y bajan levemente debido al llanto.

— Lu... 

— ¿P-Puedo por favor abrazarte? —suplica y yo sin dudarlo me acerco para rodearlo en brazos, escuchando cómo rompe en llanto con rapidez.

— D-Duele... m-me d-duele, estoy c-cansado. —lo escucho balbucear adolorido y yo lo estrecho contra mí fuertemente.

— Haz sido un chico muy fuerte y haz podido con todo, Lu. Y créeme que tú mamá está muy orgullosa de ti, de todo lo que has logrado y de la maravillosa persona que eres, te lo prometo. —susurro.

— No soy la "maravillosa persona" que dices, yo ya lo acepté y tú también deberías de hacerlo de una vez por todas. —es lo único que dice con sequedad.

— Lo eres. Sí lo eres y para mí eso es suficiente, Lu. Y vas a estar bien, tú solito vas a poder, y sino, ahí vamos a estar los niños y yo.

Café con motas de vainilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora