Capítulo 29. - Donde alguna vez hubo un nosotros.

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Vinnie:

— Vinnie, cálmate. —escucho a Oliver decir, supongo que por la tensión repentina de mi cuerpo y el pequeño detalle de que mantenía los puños apretados con la suficiente fuerza para asegurar que mis nudillos estaban blancos.

— Voy a... sí. —no me detengo aún cuando Oliver me llama, dirigiéndome, no a romperle la boca a Jack por idiota, sino a por Lucas.

— En su boda el príncipe no debe llorar. —digo con la mayor suavidad que puedo, tomando las manos que Lucas estaba lastimándose inquietamente, el alza la cabeza hacia mí.

— Pense que ese era tu apodo. —él susurra con debilidad, sorbiendo de la nariz. Yo alzo su mentón para limpiar sus lágrimas.

— Lo es, sí. Pero puedo hacer una excepción solo por hoy y prestártelo. —le guiño un ojo juguetonamente y el ríe bajo cuando nota mi dedicación por arreglar pequeños mechones de cabello rebelde, el cuello de su camiseta, su corbata... cada pequeño detalle.

— Esto en verdad está siendo un desastre, no paran de hablar sobre mí. —murmura Lucas decaídamente.

—No importa, son todos una bola de idiotas fracasados sin oficio. Y no me importa que dos de ellos sean tus suegros. —cuando noto a Lucas listo, le tiendo el brazo y él une el suyo con este, entrelazándolos y ambos comenzamos a caminar por el altar.

— Le dije a Jack que al menos pusiera una foto suya, no lo hizo. —hace una mueca y estoy a punto de soltar las mil y un razones por las cuales un idiota como Jack no debería ser una opción, pero llegamos al final del altar.

— Lo estas haciendo a la perfección. —es lo único que digo  entres un susurro antes de tender a Lucas hacia Jack, quien lo toma de las manos.

— Estás realmente precioso. Yo... lo siento, hubo una pequeña confusión del Cura, y... —yo entrecierro los ojos hacia Jack y sus estúpidos intentos de justificarse.

— Si, está bien. —interrumpe Lucas la explicación de Jack, haciéndome reír. 

Su mirada se posa sobre mí, fulminante y yo me encojo de hombros, él suelta una leve risa. Yo sonrío levemente... él en verdad lucía precioso.

— Tus ojos tienen el mismo brillo que los de Jack al verlo, ¿sabías?, incluso parece ser mucho más fuerte. —escucho decir a Oliver cuando vuelvo a mi lugar y suspiro.

— Ya déjalo, ¿si? —lo corto, incómodo por su insistencia con el tema y mi disposición a realmente tomar su consejo, pero eso me haría un egoísta. Lucas ya estaba siendo feliz con alguien más y yo igual, era así como debía ser después de todo.

<< ¿Entonces por qué te sientes tan incorrecto? >> dice una pequeña voz en mi mente y bajo la mirada a mi agarre en la mano de Oliver. Me limito a distraer mis pensamientos con leves caricias en ella.

Sin embargo, me siento peor a medida que pasa la ceremonia. Y aún cuando anudo y desanudo el amarre de mi corbata, siento que la respiración me falla.

Los presentes aplauden cuando Christopher aparece con la almohadilla y los anillos caminando por el altar, seguido de Lana tirando, divertida, rosas rojas alrededor. Yo tenso la mandíbula y aprieto los puños.

En serio, ¿que sucedía conmigo? 

Café con motas de vainilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora