Capítulo 21. - Donde alguna vez hubo un nosotros.

11 1 0
                                    


Vinnie:

— ¿Qué hace él aquí? —la mirada de Jack se mantiene sobre mí, su mandíbula tensa y su posición a la defensiva. Lucas solo bufa indignado, a punto de cerrar la puerta en lo que me hala dentro pero Jack se lo impide.

— Lucas por favor, te lo suplico. Lo lamento muchísimo, por favor déjame arreglarlo, por favor. —pide Jack en lo que toma sus manos, suplicante. Lucas intenta apartarse entre repetidos "basta", pero el primero se niega a soltarlo, notándose cómo lo sujeta con fuerza.

— Te ha dicho ya que lo soltaras, ¿no es así? —intervengo por fin en lo que lo fulmino con la mirada.

— ¿Vas a decir que ya no me amas?, ¿que quieres a alguien más? —Jack mira a Lucas con furia, soltándole.— Seguramente estás dejándome por este infeliz. —masculla, mirándome resentidamente. 

— ¿Debo recordarte que quién dejó al otro fuiste tú, Jackson? —dice Lucas con cierto aburrimiento, frunciendo los labios. 

— ¿Ahora le dirás  a él los "te amo" que me dedicaste a mí? —Jack tiene intenciones de entrar a la casa agresivamente, pero se detiene cuando Lucas habla. 

— ¿Y si así fuese qué? —ahora es él quien se acerca amenazadoramente a Jack, dirigiéndole una mirada para nada dulce.— ¿Crees que eso cambiaría algo?, ¿te piensas que iba a olvidar el hecho de que te comportaste como un completo descerebrado conmigo en pleno hospital? —él lo empuja por el pecho con fuerza.— ¿SABES ACASO LO ASUSTADO QUE ESTABA POR TI?

— Lucas, estaba alterado, justo como ahora. Por favor, déjame...

— O te largas en este instante, o vas a acabar con el rostro repleto de moretones y no precisamente porque un auto te haya atropellado, o por Vinnie. Te lo estoy advirtiendo, Jack. Largo.

— Lucas...

— Lucas nada, largo. Y tú también. —su mirada llena de frialdad y enojo se dirige hacia mi, me encojo sobre mí mismo.— Largo los dos, no quiero verlos, a ninguno. —decreta y yo estoy a punto de refutar pero Lucas me dirige una mirada de súplica, de cansancio.

— Dijo que nos larguemos. —le digo a Jack, quien mira a Lucas con completa indignación, pero cuando este solo le devuelve la mirada con indiferencia, decide irse. 

Yo solo le doy una última mirada a Lucas a lo lejos, quien mira con adoración el ramo antes de olerlo una vez más, esa sonrisa infantil apareciendo en sus labios; haciendo a mi corazón latir desenfrenado, sabiendo que es gracias a mí que sonríe de esa manera.

Lucas alza la mirada, tomándome desprevenido y esta se encuentra con la mía durante unos segundos antes de que, con ese pensamiento en mente,  yo le sonría, yéndome de  allí. 


Café con motas de vainilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora