Oliver:
Vinnie y yo acabamos de escoger nuestros respectivos trajes, y luego de pagar, salimos de la tienda. Vamos a por un helado y tiempo después, encaminándonos al auto, diviso a Lucas a lo lejos y le hago una seña a Vi hacia él.
— Mira, ahí está Lucas. —digo, él voltea en su dirección.
Lucas hablaba por teléfono distraídamente antes de, distraídamente, despegar el celular de su oreja entre una expresión perpleja, más no a nuestra causa. Vinnie frunce un poco el ceño en confusión y yo tampoco entiendo por qué, hasta que noto cómo corre hacia un chico que lo alza en brazos, ambos abrazándose con fuerza. Un chico, que cuándo lo baja, se acerca a su rostro lo suficiente hasta que lo besa con ternura y Lucas corresponde, tomando su rostro entre una pequeña sonrisa.
— Vámonos. —masculla Vincent luego de ver la escena. Lo noto tenso y estoy a punto de hablar pero ni siquiera me lo permite, porque hala de mí abruptamente, limitándose a subir al auto entre un portazo considerablemente fuerte, haciéndome sobresaltar.
Acabo copiando su acción y noto cómo este encaja las llaves del auto y lo enciende con más agresividad de la necesaria.
— Vincent. —advierto, tomando su mano en un intento de distraer la estúpida idea de siquiera intentar manejar en tal estado.
— Por favor cálmate, destensa esa mandíbula, y respira. Así cómo tú mereces alguien que te quiera y cuide, él también, ¿no es así?, basta. —digo con dureza, él ni siquiera me mira, sus manos tiemblan levemente y él se limita a mantener estas apretadas en dos puños con la suficiente fuerza que sus nudillos se muestran blancos.
— Tienes razón, yo... lo siento. —susurra erráticamente.
— No pasa nada, solo... yo manejo, ¿okay? —él se limita a asentir y yo suspiro aliviado cuándo ambos nos intercambiamos de puesto. Y es así como llegamos a casa,
Ninguno dijo nada al respecto en ningún momento, porque el camino se mantuvo en completo silencio.
