Quizá ese día no fue el mejor, tampoco el más especial ni algo lindo que quiera recordar a cada minuto pero es algo que sucedió y tuvo que aprender a controlarlo y a pensar en el como un nuevo inicio donde pueda finalmente tener una familia, quizá uno donde en lugar de beta sea un omega, tuvo que empezar a vivir como alguien totalmente nuevo aun si no tenía el apoyo de su madre, su hermana se escapaba algunas veces para jugar con su pequeña y así formar un lugar seguro con su hermanito, pronto de que saco su galería todo fue un total éxito ya que pronto se convirtió en la maravilla e inspiración de muchos que iban, pronto sacó otra galería y pasó lo mismo que con la primera y prontamente pudo comprar una nueva casa no tan alejada a la de los padrinos de su hermosa Hikaru.No podía creer el como había cambiado tanto en tan solo siete años, derepente su vida dio un brinco totalmente nuevo que jamás pensó tener y ahora está ahí, en su última terapia ya que por fin tras un largo recorrido donde no era capaz de ver su propio talento (como cuando fue la inauguración de su galería y tuvo que esconderse porque quería llorar y Sing lo consoló) o cuando tras los primeros pasos de su luz y él no pudo alcanzarla porque no estuvo al pendiente, o cuando vio sus ojos por primera vez y no sabía que hacer más que verlos y sonreír como idiota.
Verdes.
No, no eran verdes como las hojas de los árboles, estos eran un verde totalmente diferente, ese que en cuanto los vio supo que no era japonés, ese que cuando se ponían nerviosos miraban fijamente mientras estaba tranquilo, ese donde se pusieron húmedos al oír el acepto de su parte, ese que en cuanto vio supo que los amaría hasta su muerte, ese que derepente fue apagando su brillo y ese mismo brillo ahora mismo lo ve en los ojos de su hija. Un verde jade, así eran los ojos de Hikaru Okumura. Todos se impactaron al verlos pero al ver la bonita reacción del japonés no tomaron mucha importancia, prontamente le salió más cabello hasta parecer una pequeña pantera que corría por toda la casa y que se ganó el cariño de todos los vecinos y de cualquiera que la viera podían saber que era feliz.
Momentos felices donde simplemente no importaba nada más que el bonito amanecer que aveces veía con su hija atraves de la ventana, aveces donde soltaba cualquier cosa cuando era una bebé, o cuando jugaba con Shoter a cualquier cosa sin importar si eran dragones o princesas o a la hora del té, ella era feliz con sus tíos, en cada cumpleaños siempre traían cosas sus tíos, Bones y el resto iban una vez cada tres meses para ponerse al corriente con los chismes y jugar con Hikaru, aveces hablaban por videollamada y de más cosas, Yut-lung y Shoter se comprometieron tras dos años después al ya terminar todos sus trabajos, se casaron una vez en Nueva York y otra en Japón solo con conocidos de ahí, su bebé ya no era la pequeña tranquila, sip, "era" ya que actualmente tiene siete años y prontamente en diciembre, ocho años. Ahora actualmente sigue en terapia y es la última sesión así que ¿por qué recuerda todo esto ahora mismo? El asunto es que al ser su última terapia no se siente listo para dejar el nido y más por lo que la doctora le dijo.
—¿Qué? —. Pregunto por segunda vez porque no le queda claro.
—Eiji, ¿cuál es el problema? Eres joven y tienes una vida por delante en todo sentido así que, ¿por qué no intentas salir con alguien? Quizá encuentres a alguien por ahí, un dulce alfa que llene tus necesidades, sabes que los supresores no son muy buenos —. Lo sabe, maldita sea lo sabe, sabe bien que no se pone del todo bien al tomar los supresores para su celo pero tampoco quiere pasarlo con alguien, no quiere darle una mala impresión a su hija —. No le darás una mala impresión a tu hija, Eiji, no necesariamente necesitas a un alfa desconocido, quizá algún conocido que te guste.
—Todos tienen parejas y son mis amigos, no haré eso.
—¿Qué hay de Sing? Es una buena persona, siempre a estado contigo apoyándote, Hikaru-chan lo quiere y es todo lo que alguien busca, también se nota que le gustas.
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Días nublosos.
FanfictionSu casta cambió y está en cinta. Su relación ahora mismo está en un punto sin retorno donde no sabe que hacer. Días donde definitivamente no puede descansar y ver esos estudios le causa demasiados sentimientos que no sabe que hacer. Eiji Okumura viv...