Todos dicen que los omegas deberían de ser puros y que solo son amas de casa que cuidan de sus hijos y sus alfas pero, eso es una mentira, aun si este estereotipo a estado más ausente que otros sigue habiendo malos comentarios sobre esto y no falta quien viene a joder todo esto, y no, nadie los detiene ni mucho menos protegen a estos porque son la casta más rebajada, cuando se dio cuenta que seria omega no pensó en todo esto, tenia peores problemas que una maldita sociedad machista, tampoco pensó en ma casta que cambiaría para dar su bebé, pensó en su pareja, en su relación y en el trabajo actual que a tenido desde ese entonces, todo fue horrible pero intento mantener la calma por su mejor amigo Shoter, le deje muchas cosas e intenta pagarle pero el siempre le dice que no le debe nada y aunque qusiera creerle no puede, se siente infinitamente agradecido.
Ve el collar que cuelga del cuello de Hikaru y sonríe, es el mismo que Shoter le dio en cuanto se mudo con ellos y supo que sería tío, pero, aparte del bonito collar en la cadena tenía un anillo colgando, ese anillo que un día prometido nunca quitárselo y al siguiente su pequeña hija lo tenía porque eso demuestra su superación del alfa y sobre el gran desarrollo que a tenido desde hace siete años, su pequeña sabe que es un anillo especial para él así que lo cuida con todo el amor del mundo y nunca se lo quita, el collar le fascina al tener un pequeño cristal negro con morado así que sus ojos brillan cada que lo ve.
Le fascina eso de ella y más el como sus pestañas negritas le dan el toque mágico y de curiosidad cada que ve el anillo o el collar, siempre quiere que Shoter o Eiji me cuenten sobre la historia de ambos, el peli-morado siempre le cuenta que se lo dio porque le daría valor al tenerla y que era su primer regalo hacia Hikaru, el anillo era otro asunto, aveces le decían que un ángel se los dio para ella, otras veces un dragón y luego estaba la verdadera, que una persona especial se lo dio pero al no ser capaz de seguirlo teniendo fue un regalo hacia su princesa, sea una o la otra a ella le encanta oír esas historias.
Hikaru desde el primer momento que existió era una pequeña bastante calmada y dulce, no lloraba para nada a menos que no le dieran de comer o le quitaran su peluche de cocodrilo o mono, no importaba la razón pero ella jamás lloro más de la cuenta y eso aun si no era una cosa de la cual se tenia que preocupar aveces se preguntaba si estaba bien eso o si era algo malo, su pediatra decía que era cuestión de su felicidad y que si no lloraba era porque era feliz así que no era cosa de la cual se preocupaba demasiado, siempre era calmada así que estaba feliz de que al menos menos estuviera bien.
—¡Sho no me quiere dar la almohada de cocodrilo de mi tío Bones! —. Grito la pequeña mientras señalaba al peli-morado que se encontraba encima del peluche desmayado, luego la vio a ella que tenía un puchero adorable en su rostro —. ¡Mamá!
—Ya, ya hija, esta bien, tu tío es más infantil que tu así que ve y demuéstrale que no lo necesitas —. Dice mientras le acariciaba la cabeza y la niña hizo otro puchero más grande —. Jejeje ¿ahora que?
—¡Tío mi mamá y mi tío Shoter me quitaron mi cocodrilo! —. Y así corrió hacia Alex y Yue que descansaban en la sombra del árbol y se lanzó hacia ellos sacandoles el aire.
Los dos adultos ríen al ver como Alex literalmente se pego contra el suelo y Yue rápidamente se para para revisar la cabecita de Hikaru y ver que no le haya pasado algo malo o algún raspón y la niña solamente sonríe y suelta una carcajada, Shoter se levanta para poder ver a su pareja y amigo y verificar que estén bien, el japonés solamente ríe mientras los observa desde lejos, definitivamente amaba la bonita familia que formaron durante esos siete años.
Amaba esos días hermosos donde no hacían nada más que reír y reír a montones hasta que reventaban de amor ante todo lo que hacían, amaba cuando sus amigos se reunían para poder ver a su pequeña flor crecer, siete años casi ocho iba a cumplir ese año y esta orgulloso del trabajo que hizo con ella y el como su bonita sonrisa le iluminaba todo su ser, esos bonitos cabellos color negros como la noche, esos bonitos ojos color jade que son brillantes y totalmente llenos de vida que desprenden una aura inocente, esa piel pálida pero sin pasarse le hace recordar como el bonito cielo del anochecer con tonalidades naranjas y cafeces y le encanta besar esas bonitas mejillas rosadas que parecen una bonita rosa esperando ser descubierta, le encanta su personalidad tranquila y inteligente pero al mismo tiempo extrovertida y super emocionada en conocer todo a su alrededor, es simplemente bonita y ya.
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Días nublosos.
Fiksi PenggemarSu casta cambió y está en cinta. Su relación ahora mismo está en un punto sin retorno donde no sabe que hacer. Días donde definitivamente no puede descansar y ver esos estudios le causa demasiados sentimientos que no sabe que hacer. Eiji Okumura viv...