7. Feromonas.

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Todo esta tenso, entro al mismo infierno en cuanto llego a Izumo y sus calles neutrales, todo empeoró cuando su respiración empezó a ser pesada y más al ver a su madre que abrió la puerta, ambos se vieron y ella lo vio con aquella cara que hace añ...

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Todo esta tenso, entro al mismo infierno en cuanto llego a Izumo y sus calles neutrales, todo empeoró cuando su respiración empezó a ser pesada y más al ver a su madre que abrió la puerta, ambos se vieron y ella lo vio con aquella cara que hace años no veía, una de asco. Vio a los chicos que estaban detrás de él y a su hija, a ella la vio sería y con el ceño fruncido lo dejo pasar a su hogar y cerró la puerta una vez entró.

—¿Qué haces aquí? —. Sin rodeos le preguntó una vez estando ambos dentro y sentados en el sillón —. Creí que dejaste en claro que no nos necesitabas.

—No fue eso lo que dije —. Y por segunda vez en esos meses se sintió como un niño pequeño otra vez, traga saliva y alza la mirada pero al ver la mirada de rencor de su madre solamente baja la mirada otra vez —. Regrese a Izumo porque quiero hablar contigo.

—Eso esta más que claro pero no entiendo el porqué, ¿acaso esa bebé es tuya? ¿Al fin decidiste estar con una omega como el beta que eres?

Esas palabras hacen que le duela el corazón pero intenta seguir adelante, tiene que hablarle claro, tiene que calmarse por su hijo y por él.

—Mamá yo...

—Y ese olor a fresas es demasiado dulce, ¿la mujer que estaba cargando la es tú mujer? Porque si es así tiene pésimos modales en no pasar y no presentarse como tal, ¿que clase de gustos horribles tienes, Eiji? ¿Al menos dirás algo o seguirás callado?

—No estoy casado, no aún —. Que confundan a Yue con una mujer le causa un poco de gracia pero si es su pareja no le causa mucha ya que entiende que tiene pareja y el no está para eso —. Es un omega pero no es mujer.

—Homosexual tenía que ser, claro, era de esperarse contigo y tus etapas de rebelde.

—Mamá, déjame hablar porfavor —. Su madre lo mira mal y su mirada va de arriba a abajo una y otra vez —. La bebé es mía pero no porque me haya juntado con una omega.

Suspira y cuenta hasta diez, una vez le diga no habrá vuelta atrás.

—Deje de ser beta para ser un omega según análisis médicos —. Lo dice y si a él le tomo meses y aun le sigue costando acostumbrarse a ser como tal, no quiere ver la reacción de su madre pero alza la mirada y la ve, ve la mirada de odio que le lanza y ese ceño fruncido que era solo cuando no cumplía con algo —. Esa pequeña es tu nieta, es mi hija con mi... ex pareja-

No termina de hablar porque siente un dolor en la mejilla. Le dio una cachetada, su mamá le dio una cachetada.

—¡¿Y todavía te atreves a venir a esta casa en estas circunstancias?! ¡¿Crees que tenemos el dinero para mantenerte a ti y a esa niña?! —. Le grita su madre y por la cachetada no sabe que hacer más que ver al suelo —. ¡Primero nos dejas y luego vienes a rogar! ¡Eres un maldito fenómeno que llenas de deshonra a tu padre que murió por tu ineptitud!

Días nublosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora