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N/A: Feliz navidad a todos chicos, el capitulo es corto y algo relajado para irnos fuerte mañana, ojalá y estén disfrutando este día con sus familias,gracias por el apoyo y ojalá y estén bien ♡

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Tras un desayuno y una petición entre los tres decidieron ir a prepararse cada quien a su respectivo cuarto, el rubio se despidió y les dijo que los pasaría a recoger a las dos, ambos japoneses asintieron y en cuanto cruzo la puerta decidieron hacer sus trabajos de cada quien, desde lo más normal el día, el japonés al saber que tendrían una salida familiar aún si parecía que estaba totalmente tranquilo su corazón no lo estaba y menos su mente, no había tenido una salida desde hace mucho tiempo, aparte de eso sabe que aunque no estén solos estar alado del rubio podía explotar en cualquier momento, estaba emocionado.

—¡¿Hikaru, estas lista?! —. Pregunta desde su habitación.

—¡No me presiones, tu ni tienes tu ropa! —. Se excusa la niña desde su habitación.

La niña a tomado un poco más de confianza con el rubio y eso le alegra, esperaba algo peor de su parte pero parece que esta todo en orden, su cabello gotea en su hombro gracias a su previa ducha, él japonés empieza a buscar algo elegante en su armario, ¿elegante? No, algo normal será mejor, no, a ver, otra vez esta nervioso y aunque su lobo esté aullando como loco y su corazón de brincos en cuanto recuerda al rubio y su gran noche se tiene que controlar, se tiene que calamar y buscar con atención la ropa indicada para la cita, ¿cita? Detiene sus manso en un pantalón negro y lo saca de un tirón, no es una cita, es una salida familiar, ¿salida familiar? Su corazón da un brinco, se tiene que calmar.

Esta tan nervioso que tiene que ir con su hija con al menos dos looks diferentes hasta que la niña lo regaña diciendo "son solo juegos, no te van a invitar a una cita romántica", al escuchar eso se regaño mentalmente al poner de excusa que no quería que saliera volando nada, no solo eso si no que ahora mismo parece un adolescente enamorado y esperando el "si" de una confesión donde es todo o nada, suspira viéndose al espejo, su hija va con un bluson naranja y una malla negra, quizá le copie el estilo o no, se deja el pantalón negro que tiene puesto y empieza a buscar algo en su ropero, se pone una camisa blanca y arriba decide por ponerse un chaleco cerrado color crema y se ve al espejo, así está bien.

Toma sus últimas cosas y su chamarra, sigue estando frío afuera y no quiere enfermarse y menos enfermar a su hija así que toman sus últimas cosas para empezar a salir y poder encontrarse con el rubio en el camino, el día no está tan mal como otros inviernos, no cae nieve y el frío está controlado, eso le agrada. Cuando avanzan un poco más encuentran al rubio dirigiéndose hacia ellos con una sonrisa, en cuanto están frente a frente ambos adultos sonríen y ven a la pequeña, el alfa se pone en cuclillas y le revuelve el cabello a la pequeña que suelta un leve quejido para luego verlo.

—¿Estás lista?

—¡Yo siempre!

Y eso le saca una gran sonrisa a los adultos. Cuando llegan al parque pueden observar varias familias en los juegos, una que otra pareja de adolescentes y otros grupos más grandes, todos se están divirtiendo y se oyen gritos y gritos de emoción emoción otros de pánico por la casa de los sustos y de más cosas, el ambiente es muy lindo y divertido, su hija los esta jalando a los dos para ir a algún juego de su preferencia y aunque él quería negarselo Aslan ya la está llevando hacia el juego.

No puede evitar tomar fotografías a todo el lugar, juegos, personas, parejas y de más cosas para camuflajear las fotos que les toma a su hija y al rubio cada que están juntos, ambos están sonriendo cada que están juntos y se suben a un juego infantil, parece que se divierten y espera que a si sea y que Hikaru este feliz con todo esto y después de la confesión. Tras un buen rato de juegos infantiles, gritos y risas deciden ir a comer un poco antes de continuar, los restaurantes están un poco alejados de todos los juegos por ende tienen que caminar un poco más mientras observan varios otros juegos que están cerca de esa zona.

—¡¿Podemos ir después a la montaña rusa?! —. Pregunta emocionada la niña señalando la atracción, el rubio la ve con una ceja alzada y el japonés no sabe que decirle, si lo niega el alfa dirá que si —. Porfis.

—¿Qué opinas Eiji? —. Pregunta el rubio mientras le alejaba la silla a la niña y luego al japonés.

—¿No te vas a asustar? —. La niña gira su cabeza en negación —. ¿Vas alcanzar el límite de estatura —. Cuando va a decir que si para su cabeza y piensa —. Ah...veremos si si o si no luego.

Así que empiezan a ver el menú y buscan que se les antoja para luego pedirlo al mesero y así poder tener algo en el estómago antes de que empiecen a jugar con los juegos más extremos del parque, después de que llegan sus pedidos empiezan a comer y hablan de cualquier cosa, juegos, pensamientos o alguna atracción que quieran subir en todo ese recorrido, no importa como lo vea y por donde, parecen una verdadera familia, puede que aún si Hikaru no lo sepa aún sabe que no lo odiara, si logra explicar toda la situación antes de que cree cosas incorrectas puede ser que sean la verdadera familia que deseo alguna vez.

Cuando terminan de comer pagan la cuenta y empiezan a recorrer el parque en busca de algún juego que no les haga vomitar o que pueda entrar su hija, ella pide subir a un juego y la dejan ir para que haga fila, después de que se les baje totalmente la comida podrán ir a la montaña rusa y ver si ella puede entrar, si no es así se irán a otro en cambio si la dejan subir podrán cuidar de ella arriba, al japonés no le hace mucha emoción subirse a esa clase de juegos pero por su pequeña haría lo que fuera, en cuanto pasan los dos siguientes juegos logran ver la montaña rusa para dirigirse a esta y empezar hacer fila, desde lejos pueden oir los gritos de las personas ahí y se pregunta seriamente si es buena idea.

—Si puede pasar pero tendrá que alguien subirse a su lado —. Explica el chico encargado del juego mientras tomaba su estatura.

—Iré yo si quieres —. Dice el japonés pero el rubio niega y se sube con Hikaru que ya e subiendo a la atracción —. ¿Estarán bien?

—¡Si!

Y va a confiar en el rubio de que cuidara a su hija.

Cuando la atracción empieza a avanzar su estómago empieza a resolverse y a sentir reacciones super exageradas y que hasta el día de hoy no sabía que podía sentir hasta que se subió, definitivamente fue mala idea subirse ahí. Las emociones y los gritos suben de intensidad cada que suben a la punta, no sabe que siente aparte de miedo, puede ver a su hija con los brazos arriba y al rubio agarrando uno de sus brazos para bajarlos, no puede volver a confiar a su hija después de eso, preferiría el carucel.

—¡Amo estooo! —. Grita la niña mientras intenta soltarse del rubio que le tiene las manos agarradas y que le sujeta de la protección que tiene puesta —. ¡Sueltense!!

—¡Agárrate fuerte!

Y no puede creer de verdad que estén haciendo esto solo por su hija.

Tras acabar de esa locura y bajan y el rubio esta a nada de vomitar pero soporta al ver a la niña totalmente feliz y con una sonrisa más grande que nada, ella se burla de sus reacciones mientras camina desequilibradamente pero se sigue riendo, eso la calienta el corazón a ambos y solamente se ven.

Se alegra demasiado estar junto a ellos.

—Hikaru, te quiero regalar algo —. La niña se acerca al rubio y este saca una bolsa azul con un moñito morado y otro rojo, a ella le brillan los ojos en cuanto lo recibe —. Tu papá me contó que te gustan los libros así que te regalo eso.

La niña sacó un libro de la bolsa y aunque no era el libro (las nieves del kilimanjaro) sonríe y lo abraza, el rubio le corresponde el abrazo mientras observa al japonés que sonríe tímidamente, tras eso el alfa la carga y empiezan a caminar hacia la salida, ya son las seis de la tarde y tienen que ir a descansar, todo está bien y su hija está feliz, aun no le dicen pero espera que salga todo bien cuando lo hagan.

Días nublosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora