24. Una petición.

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Tras un día apasionado y con demasiadas sensaciones pudo dormir tranquilamente dando paso a un día divertido alado de la persona que ama y con su hija, tras eso y tras recoger todo el desastre que había en toda su casa era digno de admiración, ropa por doquier y hasta chicle pegado en el techo, no solo eso, si no que también había mucha comida, moronas, chetos y refrescos tirados por doquier y más en la cocina, si, definitivamente iba a matar a esos cuatro en cuanto los vea y una de ellos despierte, tras eso empezó a recoger todo aunque todavía tiene un dolor de caderas, recuerda la noche anterior y se sonroja demasiado.

—Parece que sigues con dolor —. Dice el rubio mientras lo ve desde la entrada de la cocina, voltea a verlo rápidamente y cuando se ven conectan miradas, se levanta con cuidado del suelo y se apoya de la mesa antes de que esté venga y lo ayude —. Creo que fui brusco ayer.

—Esta bien, no te preocupes —. Dice mientras toma la mano del rubio y se pone bien de pie, se aleja un poco de él y sigue recogiendo las cosas, aun si arreglaron las cosas y paso algo más no quiere que su hija mal intérprete nada —. ¿Me puedes pasar una bolsa de ahí?

El rubio asiente y va a donde señaló con anterioridad, una vez que se voltea camina hasta la basura y sigue recogiendo las migajas de comida que hay en la mesa y en toda la cocina, aun si se ve extraño o simplemente bipolar no quiere que los vean, no es por pena, es porque no quiere que su hija mal intérprete todo y piense que aún estando con Sing estaba con otro, no quiere malos entendidos y quiere arreglar todo esto ahora mismo, no solo eso si no que también no sabe que siente ahora mismo, esta confundido al no saber del todo porque el chino lo ayudó a verse a solas con el rubio, esta temiendo por la reacción de su pequeña, esta teniendo un dolor en la cadena y sus piernas aveces tiemblan al recordar la noche anterior, esta preguntándose si Shoter sabía algo, demasiado dudas y ninguna pregunta.

No dicen nada durante un buen tiempo mientras recogen toda la basura, su hija está dormida en la planta de arriba pero no quiere que se despierte así que hace el mínimo de ruido, no solo eso si no que sabe que ella es capaz de estar arriba de las escaleras oyendo todo lo que pasa ahí abajo, no quiere dar explicaciones de más pero tampoco quiere dar una mala impresión.

—Eiji, ¿te puedo pedir algo? —. Su voz la escucha demasiado cerca y ahí es donde se da cuenta que él rubio esta detrás de él mirando la ventana que da hacia el patio trasero, no contesta pero lo deja hablar —. Quiero conocerla de verdad, quiero formar parte de su vida como algo más que tu amigo —. Abre bien los ojos al oír eso y su corazón da un salto —. Quiero que me logre decir "papá" o que al menos sepa que tiene un amigo en mi si me necesita, que si no me quiere que al menos me hable cuando ella guste, ¿Crees que mañana podamos salir juntos?

—Claro —. Y aunque este impactado por la confesión no piensa negarle la petición —. Mañana pueden ir a algún lugar y divertirse, pueden ir a comer o simplemente ir al cine, esta bien, de todos modos ella está ya de vacaciones —. Expulsión en realidad pero dos días después de su castigo sale de vacaciones.

—No, no me estas entendiendo, salir como una familia —. Oh —. Los tres juntos sin nadie más, solamente nosotros tres —. Y aunque no quiera eso le derrite el corazón —. Entiendo que tengas trabajo pero de verdad quiero intentar formar parte de su vida aun si quieres que ella no lo sepa aún.

—Claro que quiero que sepa que eres su padre —. Murmura mientras ve a todas partes en lo que lava los trastes —. Lo deseo pero no se como lo tomará, hace nada terminé con Sing y no quiero que piense mal de mi.

—Pensé que no tenían nada —. Y lo voltea a ver mal por primera vez durante la conversación —. ¿Qué? —. Quita la mirada del rubio y sigue su trabajo —. Mierda, Eiji lo siento, no tenía idea pensé que estabas soltero.

Días nublosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora