Definitivamente no pensó bien en todo lo que debería sentir en ese mismo momento, su estómago empezaba a elevarse en todo sentido, mariposas, nauseas, alegría, miedo, ansiedad, sentía demasiadas cosas tan solo verlo y no podía temer por nada en el mundo, fue su lugar seguro después de todo. Ver al rubio posando frente a miles de cámaras con una sonrisa encantadora, con esa ropa de marca que valía millonadas y con esos ojos verde jade que brillaban como el sol solo lo hacían sentir más confundido que antes, su corazón latía a mil por hora y sentía que iba a explotar, verlo ahí era...—¡Perfecto! Tomemos un descanso de cinco y volvemos —. Grita una omega de mediana estatura mientras le alcanza una botella de agua al rubio que la rechaza y se sienta en uno de los asientos de color negro que tiene ahí.
Verlo desde lejos es muy acosador de su parte, empieza a recordar cuando los dos se escapaban de su hogares y iban a recorrer la ciudad y regresaban hasta tarde, momentos y momentos que recuerda y su corazón se siente cálido, el olor a sol le llega a su nariz aún si siguen alejados, es ahí donde se da cuenta que el rubio ya lo noto, su corazón late desbordado en la locura y su cara se siente caliente y siente ganas de desaparecer ahí mismo, no pensó en lo que sentiría al verlo, no pensó tampoco las consecuencias ¿y si lo odiaba? ¿Y si lo invito a verlo para presumir? ¿Y si...? Pero deja de pensar al verlo.
—Eiji —. Y que su nombre salga como azúcar derretida en sus labios le es imposible pensar en algo negativo, siente sus manos en su rostro y se empieza a tornar rojo de la vergüenza pero es brutalmente acorralado entre sus brazos, lo abrazo —. ¿Eres tú de verdad?
—Ash... Soy yo —. Y su voz sale más entrecortada de lo que quisiera, su corazón late y espera que no lo sienta ni escuche el rubio o morirá de la vergüenza, siente cálido su hombro y se pregunta si el rubio está llorando —. Ash...
—No sabes cuanto te extrañe, te necesitaba a mi lado, mi torpe, torpe japonés —. Y que le susurre eso justo en el oído le hace tener una corriente eléctrica en todo su cuerpo, sus manos las posa en su espalda y siente de verdad ganas de llorar y romperse ahí mismo —. Perdóname por todo.
Y tampoco sabe porque tiene tantas ganas de llorar ni porque de un momento a otro siente la mirada nublosa y se aferra al pecho y espalda del rubio, sus pensamientos vuelan en todos sentidos y su corazón de siente pequeño al tenerlo nuevamente entre sus brazos, siente caricias en su espalda y es ahí donde se da cuenta que él chico sigue igual o más alto que él y eso le causa gracia, aun si es mayor que él siempre a sido el más pequeño de los dos, recuerda que cuando se vieron aún con la cara empapada el rubio lo observo y le dijo que parecía un niño, un niño bonito después le dijo.
—¡Aslan vuelve tenemos que seguir trabajando! —. La omega le grita desde su lugar mientras se acerca rápidamente hasta ellos —. ¿Quién es él?
—Ana, él es Eiji, un amigo así que porfavor danos unos minutos a solas —. Dice el alfa mientras se separa un poco de él pero sin alejarse demasiado, su manos sigue en su espalda baja así que eso lo pone más rojo que antes, la chica lo ve con el entrecejo fruncido pero cuando va a reclamar —. Diles que nos des cinco minutos más, enseguida voy.
No dice nada así que solo se voltea y maldice por lo bajo, sus feromonas son bastante dulce para su gusto así que tapa la nariz inconscientemente y el rubio lo nota de inmediato y suelta unas cuantas feromonas y lo vuelve a ver con atención, con tanta atención que hace que su corazón pare rápido y sus mejillas se pongan como manzanas rojas si es que eso es posible, traga saliva y ahí es donde se da cuenta de algo, uno: no están solos, dos: acaba de interrumpir su trabajo, y tres: se están viendo como una pareja.
—Deberías volver a trabajar —. Dice pero el rubio lo ve con tanto amor y ternura que le hace imposible pensar con claridad —. Ellos te esperan.
—Ellos pueden esperar, Eiji Okumura no —. Y que diga su nombre completo hace que deje de pensar correctamente en lo que debería y solo aparta la mirada y hace puchero —. Bones, Kong y Alex te extrañan, ¿no quieres verlos?
ESTÁS LEYENDO
Días nublosos.
FanfictionSu casta cambió y está en cinta. Su relación ahora mismo está en un punto sin retorno donde no sabe que hacer. Días donde definitivamente no puede descansar y ver esos estudios le causa demasiados sentimientos que no sabe que hacer. Eiji Okumura viv...