29. Una noticia inesperada

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Tras estar un buen rato abrazados se separan y empiezan a caminar hacia su casa, tienen que arreglar todo el asunto, no solo eso si no que también quiere decirle la verdad a su hija, quiere agradecerle al chino también por todo el apoyo que le dio en esos días donde no podía ver más allá de lo feo, de la crueldad y el miedo. Se encuentran hablando de todo lo ocurrido y espera que todo salga bien, espera que todo sea una mala broma del destino y puedan ser una familia de verdad.

—No odio ni a los niños ni a las parejas, admito que aveces me descontrolaba pensar que por mi culpa y horrible comunicación pasó lo que paso pero sería incapaz de terminar un contrato de trabajo por tremenda tontería —. Explica el rubio mientras lo ve, están en el taxi que se dirige a su hogar —. Quiero de verdad estar contigo y con nuestra hija.

Asiente a la confesión, quiere creerle y lo va hacer, sus manos están enlazadas desde que salieron del aeropuerto a escondidas, todos creen que el rubio va directo a Nueva York pero la verdad es que la que va es su manager que será recogida por Frederick Arthur, amigo y rival en el mundo de modelaje, ahora trabajarán juntos mientras el alfa sigue en Japón. Esa es la verdad y que después de salir de este corrieron a tomar un taxi para evitar ser vistos por la prensa, no  han separado sus manos desde entonces y espera que siga así.

—¿Le diremos a Hikaru? —. Pregunta nervioso —. ¿Ahora?

—¿No quieres? —. El otro asiente —. Le diremos cuando te sientas listo, cariño.

—Es solo que estoy nervioso por su reacción, no se que dirá o como será su reacción y tengo miedo de que me odie.

—Ella jamás te va a odiar, si en dado caso no entiende la situación y me corre de la casa entonces me iré y dejaré que se tome su tiempo, a todos nos costó tiempo, estaremos bien.

Y espera que de verdad esa así y que no salga nada malo de ahí.

Una vez que estuvieron frente a la calle donde era el hogar del japonés sabían que había llegado el momento justo donde sería todo o nada, suspira bajándose del taxi y el rubio pagando este, decide terminar con toda esta carga y decirle todo a su pequeña flor, caminan y no tienen ningún plan, es como ir a la guerra sin saber que hay del bando enemigo, no sabe que hacer más que avanzar y avanzar para poder acabar todo esto, cuando están fuera de la residencia intenta relajarse.

—Espera aquí, seguro Hikaru ya volvió de la casa de Shoter, le diré y entrarás para verla, ¿esta bien? —. Pregunta nervioso el japonés, al sentir la mano del rubio en la propia sonríe débilmente.

—Estará todo bien, no te preocupes.

Asiente y se dirige a la puerta, gira la manija y entra a la casa, están ahí el chino y su hija en el sillón viendo una película, la niña al oír la puerta va corriendo hacia los brazos de su papá y lo abraza, se están así durante un buen tiempo sintiendo los sentimientos y el calor del otro, quiere quedarse así porque es su lugar seguro, no solo eso si no que al estar así agarra valor para poder decirle la verdad y darle una señal a Sing para que los deje a solas, este asiente y le da un beso en la nuca para despedirse de él y salir de su casa, espera unos minutos y luego se dirige al sillón con su hija en brazos.

—Hikaru, tenemos que hablar —. Dice firmemente mientras la deja en el sillón a su lado, ella lo mira curiosa y presta atención a todo lo que hace —. Tu...bueno, quizá ya sabes que yo te tuve cuando eras una bebé, ¿cierto? —. Asiente —. Bueno, también que no naciste como algunos de tus compañeros al tener mamá y papá.

—Papá, sea cual sea el problema dímelo, sin problemas ni pelos en la lengua —. Y que su hija tenga más valor que él le calienta el corazón.

—¿Quieres conocer a tu padre, verdad? —. La niña abre los ojos rápidamente —. Y...y no es malo, lo entiendo, se que lo quieres ver y no tiene nada de malo, tampoco es malo desear tener una familia más normal, por eso quiero decirte la verdad —. Ambos se ven y se da cuenta que la niña tiene las manitas hechos puños —. Cuando me enteré de ti era una época complicada y como sabes, tu abuela no estaba contenta al tenerte fuera del matrimonio, al ser una temporada difícil me fue imposible decirle a tu padre de ti, por eso decidimos tus tíos y yo mudarnos para poder tenerte.

—¿N-no sabe de mi? —. Pregunta la niña con un hilo de voz, va a llorar —. ¿Todos lo sabían menos él?

—Fue difícil para él, estaba teniendo peores problemas con tu tío hermano de él, si, todos sabían excepto él pero ahora que lo sabe quiere verte —. Y eso hace que sus ojos estén más abiertos —. Sabe de ti, Hikaru, y solo tu eliges si quieres o no verlo, si dices que no: se irá y volverá cuando gustes, si aceptas ahora mismo entrará por esa puerta.

—¿De verdad quiere verme? ¿Después de tantos años? —. Y esas preguntas le rompen demasiado así que la abraza y asiente con su cabeza —. ¿Por qué?

—Porqué quiere formar parte de tu vida.

La niña se limpia los ojos rápidamente y asiente rápidamente, quiere verlo, el japonés le besa la cabeza y le revuelve el cabello para ir directamente a la puerta y darle la señal al rubio para que entre,  el contrario va directo a la casa y espera que salga todo bien y no tengan que evitar algún accidente o algo por el estilo. Cuando cruza la puerta se puede dar cuenta que la tensión está en el aire y que se escucha un leve hipido, es Hikaru, supone y eso le rompe el corazón en mil pedazos.

—¿Lista?

—Si —. Dice con un hilo de voz y cuando ve al rubio cruzar el pasillo algo se detiene dentro de ella, ambos se ven y ambos están nerviosos y no saben que decir, no se mueven para nada y el japonés se ve un poco impaciente al ver que no hacen nada —¿Es él?

—¿Te esperabas algo mejor o peor? —. Pregunta intentando relajar el ambiente y la niña intenta esconder una pequeña risa —. ¿Cómo te encuentras?

—Con los gustos de mi papá supongo que esta bien, estoy bien con eso —. Y su sonrisa se rompe, esta temblando como gelatina en ese pequeño lugar que tiene parada —. ¿De verdad quieres estar aquí?

—Deseo estar aquí contigo y con Eiji, lo deseo con toda mi alma —. Y eso le encoge horrible el corazón a tal grado de querer llorar, los tres se miran y el rubio se inca un poco para ver bien a la pequeña —. ¿No me vas a correr de la casa si me quedo?

—No, no creo que pueda.

—Eres fuerte, tu papá me contó que mordiste a un compañero —. Y eso les saca una sonrisa a ambos —. Esta bien, eres fuerte y debes demostrarlo, no te dejes.

—No la impulses —. Regaña con gentileza el japonés, los nervios desaparecen cada vez más.

—¿Te puedo abrazar...?

Y asiente para luego sentir los pequeños brazos de su hija en su cuello, corresponde el abrazo para luego cargarla y juntar con gentileza al japonés, es un abrazo cálido donde puede sentir la alegría, paz, tristeza pero sobretodo el aura familia que alguna vez desearon, esta todo en orden ahora mismo, esta todo bien y eso esta bien, lo lograron, lo lograron aunque haya habido problemas en el camino, es su primer abrazo con su hija y espera que su pareja algún tiempo más, es un abrazo familiar.

Días nublosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora