23. Betados.

50 4 32
                                        


Su vida daba vueltas que en su mente jamás hubieran pasado, cosas que se le harían difíciles de pensarlas o alguna otra cosa por el estilo al no poder sentirse identificado o algo, pero, el destino le tenía otros planes para él y su patética vida, su casta, su cuerpo, una nueva vida, nuevas personas y adiós a otras personas, todo paso tan rápido que no podia saber que hacer y simplemente aveces perdía la compostura pero intentaba no hacerlo seguido, no fue hasta que por fin pudo aceptar que dejó de ser un beta para siempre, no se arrepentía aunque aveces deseaba volver al pasado y tener su vida pasada pero algo lo detenía en su catastrófica mente, su pequeña.

Hikaru siempre fue buena y amable, eso le gustaba y le hacía creer que fue un buen padre aun si aveces se le iban las cosas de las manos, nunca estuvo solo pero aveces se sentía tan abandonado que no podía evitar llorar, gracias a mucho esfuerzo salieron adelante, se alegra demasiado que por fin hayan podido formar una familia llena de cariño y amor, pero nuevamente el destino fue cruel con él al ponerle a su ex enfrente de él, se quiso alejar pero el corazón y el destino no se podía evitar, tampoco sabe porque está pensando todo esto, quizá sea porque extraña a su cachorra, quizá sea porque está en el pecho del rubio ahora mismo, o quizá sea por lo que va a pasar a continuación.

No lo sabe con exactitud porque tener las manos del rubio en su cintura y cabeza le hace pensar en todo menos eso.

—¿En que piensas? —. Y su voz aterciopelada le saca de sus pensamientos, de acurruca más en el pecho de este sintiendo su corazón latir.

—Ash, ¿estás bien con todo esto? —. Y tiene la duda que si de verdad quiere ser parte de su pequeña y rota familia pero feliz, o, simplemente una aventura de una noche, no es ahí que escucha la risa del rubio—. ¿E-eso que significa?

—Ay Eiji, ¿de verdad crees que todo lo que dije anoche era mentira? —. Y que ahora estén tan cerca el uno con el otro a centímetros de sus rostros porque el rubio se movió le hace sonrojar y latir el corazón con rapidez —. Te amo, te amo y amaré conocer a nuestra hija y poder formar una familia contigo.

Y eso le olvida todas sus inseguridades para poder abrazarlo fuertemente y no querer soltarlo, se abrazan y sus piernas se enredan con las contrarias haciendo su propio lugar seguro, las manos del rubio le acarician los cabellos negros y largos con cariño mientras besaba su frente, de verdad quiere algo serio con ellos, de verdad pueden ser una familia juntos como debieron ser desde un principio, si se pudo, se alegra demasiado de haber tomado la oportunidad para explicarle todo con calma aun si se atravesó algo de último momento, sus caderas le duelen un poco pero no se quiere concentrar en eso y menos porque al recordar todo lo que hicieron anoche le hace sonrojar demasiado, aunque haya sido algo de imprevisto no puede evitar pensar que le gusto, quizá todo salga bien desde ahora, se acurruca más contra él y siente el cuerpo del contrario acercarse igual, al menos es mutuo el amor, sonríe y aunque muchas veces intentará negar todos sus sentimientos no lo lograba del todo.

Los mimos siguen en su cabello que aveces bajan a su cintura causando un alivio en ellas, la habitación apestaba a feromonas de fresas con sol y aún si es un olor bonito le empiezan a avergonzar, no solo eso, las cobijas siguen enredadas en su cintura y piernas junto a las contrarias, están juntos los dos en la misma cama después de unas cuantas rondas donde cayeron rendidos a la cama, le avergüenza admitirlo pero le gusto, aunque bueno, todo del rubio le gusta y...y decirlo tras años después de negación puede aceptarlo, es lindo estar así.

Aunque le encanta estar juntos de esta manera y espera que se repita, no pueden quedarse así, tienen muchas cosas que hacer y explicar, tiene trabajo (mentira) y supone que el rubio también.

—Creo que es mejor que nos vayamos, Hikaru estará preocupada —. Dice el japonés mientras intentaba pararse, cosa cosa no logro por el dolor de caderas —. Ugh.

Días nublosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora