Siente todo su cuerpo totalmente pesado y caliente, siente que está en un horno totalmente anestesiado porque no siente nada de nada a su alrededor, sus oídos están tapados o algo por el estilo porque no puede oír nada, su respiración es lenta y un poco dolorosa, su celo, supone, no sabe que siente ni nada por el estilo pero solo sabe que siente todo dentro de sí totalmente caliente y quiere algo, quiere amor, no, quiere descansar, eso quiere. Siente unas manos en su brazo derecho y debajo de sus rodillas, alguien lo está cargando, intenta abrir sus ojos pero todo está oscuro.—Estarás bien Eiji, no te preocupes.
Esa voz es cálida y protectora, es como una manta en invierno, es un café contra el sueño, es...es tierna como la voz de un hermano mayor, conoce a alguien así, sabe que han estado mucho tiempo juntos y le hubiera encantado estar más tiempo juntos los dos, se acurruca en el pecho del chico, siente las frescas feromonas del alfa en su rostro y lo relajan de muchas formas, Sing es muy bueno con él siempre y solamente recibe migajas de su parte, siente una lágrima caer en su mejilla y siente que alguien la quita, esa pequeña mano cálida que siempre está dispuesta en ayudar y dar amor a quien lo necesite, esa pequeña mano es de su nena y se pregunta que hacen los dos.
Escucha a lo lejos que el chino le pide varias cosas a su hija y aunque no sabe perfectamente que dice entiende que lo están cuidando, no abre del todo sus ojos, si lo hace ve todo oscuro y no identifica muchas cosas, aparte de eso sabe que no se tiene que preocupar por nada más que por si mismo, esta entrando su celo nuevamente, dos días estuvo bastante controlado al pasarlo con alguien el primer día y estuvo todo bien, era de esperarse que volviera a recaer con el tiempo, también tras la visita de la omega sabe que olvidó sus supresores y que no se pudo controlar con tantas emociones mezcladas dentro de si, fue todo muy fuerte.
—Hikaru déjanos solo porfavor —. La niña va a decir algo pero el chino le revuelve el pelo —. Te agradezco que me hayas llamado, yo cuidare de tu papi, ve con Yue y dile que te dé de cenar.
Supone que asiente porque escucha pasos en las escaleras y por él número de escalones sabe que está bajando, su respiración empieza a controlarse, siente un liquido en su garganta, también una mano en su nuca, le está dando de beber, intenta abrir sus ojos pero están demasiado pesados, quiere hablar pero sus labios están temblando y el agua los tranquilizan un poco hasta que deja de beber, están húmedos ahora, traga toda el agua pero no siente tanta diferencia, por más que quiere decirle algo, agradecerle, preguntar que hace ahí o decir algo aunque sea una estupidez simplemente no puede.
—Shhh....no digas nada, descansa, Hikaru estará bien —. Siente sus dedos en su cabello, son suaves, bastante suaves así que se acerca más a ellos y pide más mimos, este los entrega pero tiempo después los quita —. Los supresores bebibles harán efecto en unas horas, tendrás que aguantar.
Ahora entiende lo del agua, quiere agradecerle pero solo atina a sacar un leve ruido por su garganta, no sabe si fue un gemido, quejido o bufido, no lo sabe pero espera y no sea lo primero o morirá de vergüenza, se acomoda un poco en ¿la cama? ¿Sillón? No lo sabe, siente que está drogado o slgo por el estilo, no le pasa eso al tener la seguridad de que tomó sus supresores y no tendrá un accidente, de tantas cosas supone que todo se le vino abajo y olvidó toda responsabilidad, se pregunta si Sing lo cuidara con amor como otras veces o lo dejara como él lo hizo con anterioridad, fue un idiota que no supo sus sentimientos.
—Te están marcando, ¿que hago? —. Pregunta con un hilo de voz el chino, entreabre sus ojos y el chino solo hace una mueca —. Es Ash.
—N...o...no —. Logra decir finalmente mientras siente que morirá, derepente deja de oír el vibrador del celular y siente un trapo húmedo en la frente.
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Días nublosos.
FanficSu casta cambió y está en cinta. Su relación ahora mismo está en un punto sin retorno donde no sabe que hacer. Días donde definitivamente no puede descansar y ver esos estudios le causa demasiados sentimientos que no sabe que hacer. Eiji Okumura viv...