9- Los amores en los tiempos del cólera

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De vuelta nuevamente a la fiesta de disfraces, la tranquilidad que en el ambiente se respiraba era extraña por un lado Mousse estaba receloso y molesto por haber perdido contra Ranma y el tenerse que resignar con encontrar a otra persona y la otra cara de la moneda la protagonizaba Ukyo que, viéndose en una encrucijada donde no sentía que Shampoo fuera la mala del paseo y a la vez la culpaba por el accidente de Ranma, decidió preguntarle a Shinobu.

-¿Tú eres Shinobu? - le preguntó la castaña a la albina.

-Esa soy yo - respondió Shinobu contenta.

-Seré directa: ¿qué pasó el día que Ranma sufrió su accidente? - Ukyo fue al grano.

-Venía con mi abuelo desde Yokohama - empezó a relatar la de cabellera blanca -estaba en una competencia de Taekwondo, normalmente esa vía es poco transitada pero ese día había mucha gente yendo a visitar a sus familiares ya que eran vacaciones de verano. Como Japón es un país muy sísmico ese día tembló, y hubo un deslizamiento. Un camión que pasaba por allí venía sin frenos e intentando evitar el montículo chocó a Ranma y cayó por un precipicio.

-¿Qué pasó con el padre de Ranma?

-Él le decía "vamos, ponte de pie que eso no es para tanto" - Shinobu apretó sus puños -créeme que me provocaban ganas de golpearlo hasta cansarme... si no hubiera sido por mi abuelo, Ranma podría estar muerto en estos momentos - sacó su teléfono y le mostró una foto del accidente -sabía que algún día me tocaría explicar esto.

-¡Cielos! - Ukyo desvió la mirada al ver a su querido Ranma ensangrentado.

-Tengo un vídeo cuando los policías nos interrogaron ¿quieres verlo? - la señorita Arisaka lo buscó en su teléfono -aquí está.

Ukyo prestó atención al material audiovisual, en el mismo se mostraba a Shinobu decirle la misma historia que le contó a ella a los oficiales de policía que la interrogaron, cuando llegó el momento de decirles a los agentes dónde estaba el padre del chico, ambos callaron, la única explicación que encontraron fue que salió huyendo. Y vaya que la actitud que las hermanas Tendo y, sobre todo, Soun han notado en Genma era extraña.

-Tal vez pueda ayudarles - habló una voz femenina.

-¿Kasumi? - Shinobu la vio con un tapabocas -no te dio tan fuerte como pensé.

-Con un remedio colombiano que me enseñó el doctor Tofu me siento mejor - la mayor de las Tendo explicó -a mi padre y al tío Genma los invitaron pero... no sé... al tío Genma lo he visto muy esquivo. Salió con el maestro Happosai.

-Quizá él nos lleve a la pista de quién es el que atropelló a Ranma - Ukyo dedujo.

-Si lo seguimos a dónde van, podemos averiguar más... - Shinobu tomó de las manos a Ukyo.

"¿Qué es esto? es muy cálida" dijo internamente la chef okonomiyaki.

"Es muy linda, más linda que Ranko... ¡maldita sea! ¿qué me pasa?" Shinobu se sonrojó.

-Veo que se llevan bien ustedes dos - Kasumi sonrió con los ojos cerrados.

-Son alucinaciones tuyas - Ukyo y Shinobu se soltaron las manos y se ignoraron olímpicamente.

A las dos chicas que Kasumi trataba de verlas como algo más allá que unas simples desconocidas que apenas empezaban a relacionarse más, pero demasiado cercanas como para ser simplemente conocidas comunes y corrientes. Al otro lado de la plaza donde las personas disfrazadas disfrutaban de buena música, desde rock de los años ochenta famosa en el hemisferio occidental hasta música tradicional japonesa, electrónica y demás estilos musicales agradables para bailar. Sentados en una banca estaban Shampoo y Ranma algo aburridos por los problemas que Mousse y Ukyo habían causado hace un par de horas, como sintiéndose fuera de lugar en medio de la fiesta.

-¿Conoces a más gente que se convierta en otras cosas al tocar el agua fría? - inquirió Ranma abriendo un paquete de papas fritas -oh, aparte de mí, olvidé mencionarlo.

-Pues Mousse se convierte en pato - le respondió la chica de cabello azul.

-No sé quién tiene peor suerte... o el pobre Mousse o el pato que se ahogó - el muchacho de la trenza se encogió de hombros.

-Creo que ambos - Shampoo dijo algo más animada -Pantimedias Taro se transforma en un monstruo.

-¿Pantimedias Taro? ¿qué nombre es ese? me compadezco - el pelinegro se vio sorprendido por esa confesión.

-Un nombre terrible y el que se lo puso fue Happosai - la amazona señaló a un hombrecillo siendo cargado en hombros de Genma Saotome -y el que lo lleva cargando es tu padre.

-¿Mi padre? sí, mamá me dijo que era él - Ranma lo miró con cierto desagrado.

-Hablando se entiende la gente - Shampoo lo tomó de la mano -¿por qué no le das una oportunidad de explicarse? no lo hagas por él, hazlo por ti y hazlo por el bien de tu memoria, Ranma.

-No te prometo mucho pero hablaré con él - el chico miró a su compañera -pero deberías darle las gracias a Ukyo, ella te ayudó mucho con ese embrollo.

-Te prometo que lo haré - ella simplemente le sonrió.

Para mala fortuna de Ranma, o para buena de Genma depende desde el punto de vista que se observe, Soun se marchó con ellos de vuelta al dojo Tendo. Sólo dejó a sus tres hijas allí para que disfrutaran de la fiesta y el chico no pudo siquiera hablar con él o con el señor Tendo, siendo casi las cuatro de la mañana la fiesta finalizó satisfactoriamente salvo por el problema del puesto de comidas rápidas. Esa noche, Shampoo se quedó a dormir junto a Ranma en la misma habitación en donde Nodoka se alojaba; indiferentemente de dónde estuvieran ambos chicos su energía y la química que tenían entre los dos era simplemente interesante.

Ya cuando los dos se despertaron a eso de las once de la mañana, Shampoo salió de la posada con la intención de volver a su restaurante antes de poner un pie afuera se detuvo y miró de soslayo a Ranma que estaba ya en su lugar de trabajo y aunque no quisiera irse había escuchado a su abuela Cologne de algo que pasaría: los más estrictos catadores de café y de té de toda China llegarían a Japón a una convención.

-Ranma - llamó Shampoo -¿puedes esperarme dos días? - le preguntó la de cabello azul.

-¿A dónde irás? - indagó el joven.

-A ninguna parte... sólo estaré concentrada para poder salir victoriosa en algo - la amazona dio un paso al frente y le pasó una cajita de terciopelo roja -ábrela cuando te sientas solo.

-Te irá bien, Shampoo - Ranma la abrazó cariñosamente -yo también quiero regalarte algo - buscó entre su bolsillo y encontró una pulsera de color blanco -quiero que tengas esto. Por alguna razón esto estaba entre las cosas que encontraron en mi accidente.

"Esta pulsera la he visto en algún lugar, ¡es cierto! Akane la despreció y nunca la usó" pensó Shampoo.

Recuerdos de NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora