14- Un viaje a esquiar

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Al inicio del mes de diciembre, en donde la nieve ya empezaba a ser bastante densa en algunos puntos en las partes más lejanas en las montañas y precisamente ese día Genma y Soun decidieron ir a un viaje para poder esquiar. Happosai estaba agradecido con ir ya que podría hacer de las suyas en la central invernal. Aquellas fechas en las que se respiraba el ambiente festivo de la navidad que no hacía sino aumentar con cada día previo a la celebración.

La primera que salió de la casa Tendo fue Kasumi que llevaba una tabla de snowboard, si bien a la mayor de las hermanas Tendo que en la gran mayoría de ocasiones se mantenía al margen de las situaciones más llenas de adrenalina no era de piedra, ella también disfrutaba de sentir el vértigo de bajar por una pendiente inclinada o de aprender artes marciales junto a su querida hermana Akane.

—Es increíble el cambio que ha tenido Kasumi ¿o no Tendo? — Genma expresó.

—Es verdad, Genma — respondió Soun —aún puedo recordar ese día.

[...]

Un año antes

La noticia de la desaparición de Ranma ya había llegado a oídos de la familia Tendo por cortesía de Genma Saotome, Kasumi aún mantenía esa faceta de amabilidad y dulzura que tanto le caracteriza; la tristeza que expelía Akane con sus miradas tan nostálgicas y tan apagadas por culpa de la incertidumbre de no saber adónde pudo haberse ido su prometido, orillaron a la mayor de las tres a tomar una decisión.

—Akane — Kasumi entró a la habitación de la mencionada —¿puedo hacer algo para animarte?

—Pues — la menor suspiró pesadamente —no sé... si estuviera Ranma ya estaríamos peleando, o practicando para algún desafío o sólo practicando artes marciales — Akane se levantó —Kasumi, lamento decirte esto pero no puedes ayudarme.

Kasumi enmudeció unos segundos, obviamente Akane y Ranma tenían sus diferencias, sus peleas y los días que ambos pasaban juntos no tenían precio y tal vez jamás regresen, la mayor quiso darse por vencida y se levantó de la cama, caminó hacia la puerta y una vez estando allí se le ocurrió algo; una idea descabellada pero que posiblemente ayudaría en cierta medida a su hermana menor.

—¿Qué tal si yo entreno contigo? sé que no puedo remplazar a Ranma y su relación pero necesitas a alguien en quien confiar — propuso Kasumi.

—¿Segura? — Akane arqueó una ceja.

Y la castaña asintió, a Akane se le iluminaron los ojos y la abrazó por la espalda. En su mente quería gritar pero no era capaz, ahora estaba más tranquila con la idea de su hermana mayor de entrenar juntas aunque la más joven tenía miedo de lastimarla. 

Durante el primer mes, Akane le enseñó lo básico pero que sorpresa se llevó cuando Kasumi empezaba a entender todo de una forma muy rápida. Los siguientes meses pasaron con tranquilidad, de vez en cuando la pelinegra le enseñaba más técnicas de defensa personal a su hermana mayor, además su enseñanza se vio recompensada con la paciencia que tuvo Kasumi en enseñarle a mejorar en la cocina a ella. Obviamente el primer mes fue un desastre pero con el tiempo fue corrigiendo errores hasta el punto que su comida al menos ya no causaba indigestión o insoportables dolores de estómago, en otras palabras, podría decirse que ahora la comida de Akane era decente.

[...]

Kasumi y Akane dirigían el grupo hacia la parada de autobuses más cercana, mientras tanto Nabiki estaba retrasada con algo que a Genma pareciera habérsele olvidado algo dentro de la casa, sólo a alguien descuidado se le olvidaría un abrigo para colocarse durante las bajas temperaturas que se registran en la montaña a la que iban. 

Recuerdos de NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora