17- Una Navidad en la casa Tendo

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La noche del 24 de diciembre de ese año todos los invitados de Akane a la fiesta de Nochebuena en su casa, allí estaban Ukyo, Shampoo, Ranma, Nodoka que mantenía su distancia con respecto a Genma; Akemi, que se tomó el día libre, y Cologne. 

Mientras tanto en la cocina Shampoo, Ranko y Nodoka le estaban ayudando a Kasumi a preparar la cena, y aunque afuera el frío calaba hasta los huesos, la calidez que se sentía dentro de la casa de los Tendo era agradable salvo para una persona: Genma Saotome. Mientras él y Soun sostenían una reñida partida de Shogi algo pasaba por la mente del patriarca Saotome, era un pensamiento que no le dejaba del todo concentrarse en lo suyo aun cuando él fuera perdiendo contra su mejor amigo.

—Te gané amigo mío — le dijo Soun.

—Sí, muy bien Soun — Genma le felicitó, algo raro en él.

—¿Está bien, Saotome? 

—Eh, sí — le respondió desenfadado —saldré un momento.

A pesar de todo lo raro que le pudiera parecer Genma a toda su familia en el fondo Soun sabía que ése hombre no era malo, cuando el Saotome mayor salió de la casa con un morral terceado en los hombros siguió un camino que lo dirigía hacia un centro comercial. Un guardia de seguridad le indicó el lugar dónde pudiera ir a cambiarse; durante todas las noches desde que regresó de las montañas después de unas cortas pero sustanciosas vacaciones el padre de Ranma solía salir del dojo Tendo y marcharse a diferentes lugares en los que trabajaba brindando seguridad por su experiencias en artes marciales.

(...)

Entre las risas y la cena navideña que Nodoka preparó con un poco de ayuda algo inesperada todos ponían atención a la televisión en la que transmitían una película que normalmente se ven en esas épocas, Akane y Ryoga estaban sujetados de las manos mientras Shampoo y Ranma no despegaban la mirada del televisor sin embargo una persona no estaba tan interesada en eso, aunque bien algo hacía Genma que a Soun le hiciera sentir que algo no anda bien, él no estaba enterado de absolutamente nada.

—¿Han leído el poema de Edgar Allan Poe "el cuervo"? — indagó Akemi con una sonrisa.

—Yo lo tengo en la posada — Ranma contestó —de hecho tengo libros de todo tipo en una mini biblioteca.

—La verdad es que cada vez que voy a visitar a Ranma él se la pasa leyendo — Shampoo se llevó una galleta mientras hablaba.

Akemi sonrió, le sería realmente agradable para ella hablar con alguien que sepa de literatura clásica, pese a la clara diferencia de edad entre ella y Ranma y la obvia relación de afecto que demostraba él abrazando a Shampoo por la espalda y sirviéndole este como cojín para que la amazona no se sintiera incómoda, fue observado por Akane y Ryoga. Los dos estando al tanto acerca de la condición de amnesia, padecimiento tenido por el pelinegro de la trenza causado tras un accidente.

—Así que Ranma — Akemi lo tocó con su bastón —¿cuál es tu libro favorito?

—Pues... la verdad hay varios como la llamada de Cthulu de Lovecraft o una recopilación de cuentos de Poe — el chico respondió —pero no quiero hablar de eso todavía, me gustaría saber si Akane o Kasumi están completamente seguras de irse a vivir a Alaska.

—Pues ya dije que me iré si vienen tú, Shampoo y Ryoga — Akane respondió.

—Y yo pretendo irme sin Akane — Kasumi agregó.

—Son muy cercanas como hermanas — Ranma observó —eso me parece muy bello de su parte.

Akane se sintió halagada, sonrió bobamente y recordó aquellos días de sus vidas que no volverás por culpa de la amnesia de Ranma aun así eso no implica que deban llevarse mal con ella incluso él sentía que antes de perder los recuerdos tenía una conexión.

Recuerdos de NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora